Els Joglars hace levitar al p¨²blico madrile?o
El grupo catal¨¢n, con su inevitable director, estrena su nueva producci¨®n
Boadella triunf¨® anoche en Madrid. O al menos eso se trasluc¨ªa de los comentarios de un p¨²blico que sal¨ªa casi levitanido despu¨¦s de ver su espect¨¢culo El Nacional, que represent¨® anoche con su m¨ªtica compa?¨ªa Els Joglars, en el teatro Alb¨¦niz. Minutos antes del estreno, con el suelo del escenario cubierto de alfombras, Boadella daba las ¨²ltimas recomendaciones a sus c¨®micos, cuyas expresiones no eran precisamente de comicidad, aunque s¨ª sus indumentarias.
Estaba a punto de iniciarse el estreno madrile?o y mientras uno de sus actores, Jes¨²s Agelet, se mostraba quejumbroso porque el tel¨®n del teatro Alb¨¦niz no ten¨ªa chivatera (agujero por el que desde el escenario se puede cotillear el patio de butacas). "?Y c¨®mo me entero yo de quien ha venido?", dec¨ªa desolado. La directora del Alb¨¦niz, Teresa Vico, se mostraba dispuesta a agujerear el tel¨®n con un berbiqu¨ª, con tal de complacer. Dos horas m¨¢s tarde, todo era relajo en una peque?a fiesta en la que a Els Joglars y su inevitable Boadella todo el mundo les masajeaba el ego. Otro de los c¨®micos, Ram¨®n Fontser¨¦, que ha aprendido a tocar la trompeta para el espect¨¢culo del que es protagonista, daba vueltas para tratar de relajarse.
Encantados
A pesar de todo, estaban encantados de encontrarse en Madrid, plaza en la que Els Joglars siempre se sienten relajados. Y por lo que se vio y oy¨® en el estreno de anoche parece que el p¨²blico de Madrid tambi¨¦n est¨¢ encantado con el provocador grupo catal¨¢n. Ah¨ª estuvieron dos ministros (Carmen Alborch, de Cultura y Jos¨¦ Borrell, de Obras P¨²blicas y Transportes); Juan Francisco Marco, director del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica; Ram¨®n Caravaca, de la Consejer¨ªa de Cultura de la Comunidad de Madrid; Pedro D¨ªez, presidente de la asamblea de dicha comunidad; as¨ª como numerosos pol¨ªticos del PSOE e IU.Tambi¨¦n la profesi¨®n teatral respondi¨® con la presencia de nmerosos actores y directores.Antes de empezar en el vest¨ªbulo del teatro se hac¨ªan relaciones p¨²blicas y en los canierinos ocurr¨ªan cosas raras. Fontser¨¦ se afeitaba la cocorota: lo exige su papel de antiguo acomodador de teatro que adem¨¢s es calvo, mientras que a ¨¦l a¨²n le aguanta el pelo de la cabeza.
Tres o cuatro actores, pecho henchido, hac¨ªan gorgoritos para aclarar voces y cantos. Otros se quitaban sus ropas de progres del 68 reciclados en hippy del 93, para bajar a¨²n m¨¢s en los estratos sociales y vestirse de mendigos. Ropajes, cuya confecci¨®n ha costado bastante a las figurinistas D¨¦borah Chambers y Dolors Caminal (tambi¨¦n prestigiada pintora catalana). No les fue f¨¢cil hacer un vestuario que luego iluminado en un escenario diera la sensaci¨®n de andrajos de aut¨¦nticos costrosos. A la salida, la pr¨¢ctica totalidad de los asistentes afirmaban estar levitando. Andr¨¦s Pajares, emocionado, afirmaba: "Esto es una lecci¨®n de arte". El autor y director Ferm¨ªn Cabal dec¨ªa: "Boadella en sus horas buenas es el genio del teatro espa?ol".
Los dos ministros estaban m¨¢s que entusiasmados. Alborch no acusaba los golpes que Boadella da en su espect¨¢culo a los teatros p¨²blicos y repet¨ªa que eso "era una maravilla". Borrell, que record¨® que ya estuvo en el estreno del espect¨¢culo en Gerona no ocult¨® ser un fan de Els Joglars: "Me gustan, y para qu¨¦ me voy a privar, bastantes cosas tengo que hacer que me son ingratas, obviamente son muy provocadores, pero disfruto".
Babelia
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