El Senado japon¨¦s rechaza las reformas de Hosokawa para combatir la corrupci¨®n pol¨ªtica
Ocurri¨® lo que tem¨ªa el sector m¨¢s progresista de la sociedad japonesa. Las reformas encargadas de modificar sustancialmente el sistema pol¨ªtico nip¨®n y combatir la corrupci¨®n de su funcionamiento fueron rechazadas ayer en el pleno del Senado por 130 sufragios contra 118, en una votaci¨®n que, por sus caracter¨ªsticas, demostr¨® la precariedad de la coalici¨®n gubernamental y abri¨® una crisis de compleja soluci¨®n. El primer ministro, Morihiro Hosokawa, que no dimite pese a que vincul¨® su permanencia en el Gobierno japon¨¦s a la aprobaci¨®n de las reformas, ha descartado la celebraci¨®n de elecciones generales anticipadas y prometi¨® intentar de nuevo que sus propuestas modernizadoras salgan adelante.
Hosokawa perdi¨® la votaci¨®n por culpa de 17 desertores del Partido Socialista, uno de los siete que integran la alianza. Estos se sumaron a la oposici¨®n conservadora y comunista. La Bolsa de Tokio acus¨® negativamente el desarrollo del plenario temiendo que el Ejecutivo, empe?ado en sacar adelante los cambios aprobados en noviembre por la C¨¢mara baja retrasase nuevamente la esperada ofensiva contra la recesi¨®n econ¨®mica.A la carrera, y hasta ¨²ltima hora, el jefe de Gobierno, dirigentes de las formaciones coaligadas hace cinco meses y el mando socialista intentaron in¨²tilmente la conciliaci¨®n con el conservador Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD) y evitar la fuga de quienes rompieron la disciplina de voto, denunciando nefastas consecuencias en el contenido del proyecto de ley de reforma electoral. "Vamos a retomar el poder", advert¨ªa un diputado liberal.
Uno de los proyectos bloqueados en el trascendental rev¨¦s encajado ayer por el primer ministro nip¨®n m¨¢s popular en muchos a?os combina la representaci¨®n directa y proporcional y establece asimismo cautelas y sanciones contra la escandalosa relaci¨®n de empresarios, pol¨ªticos y bur¨®cratas. Sobre esta mafiosa fraternidad recaen las principales responsabilidades de los esc¨¢ndalos pol¨ªtico-financieros japoneses registrados en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El nuevo reglamento sobre elecciones pretende una asignaci¨®n m¨¢s equitativa de los esca?os parlamentarios y equilibrar el peso del voto urbano con el rural, descaradamente favorecido durante los 38 a?os de dominio liberal porque permit¨® a sus beneficiarios pr¨®rrogas autom¨¢ticas en el Ejecutivo.
El PLD, entre otras discrepancias con Morihiro Hosokawa, no est¨¢ de acuerdo en la distribuci¨®n de los 500 esca?os del Congreso y trata de eliminar aquella disposici¨®n que proh¨ªbe a los pol¨ªticos recibir de las empresas privadas donaciones que se tornan siempre en facturas cuando el candidato resulta electo. Despu¨¦s de la derrota, Hosokawa compareci¨® ante la prensa. La expresi¨®n sombr¨ªa de su semblante denot¨® la seriedad del golpe. "Todav¨ªa tenemos tiempo. Vamos a intentarlo de nuevo", dijo en una declaraci¨®n televisada en directo.
El tiempo se agota
No es mucho, sin embargo, el plazo disponible por el descendiente de samurais. El Parlamento concluye su per¨ªodo de sesiones el pr¨®ximo d¨ªa 29 y las pr¨®ximas fechas se prometen pr¨®digos en intrigas y mercadeos. Es de esperar que el primer ministro ensaye un nuevo compromiso con los liberales en una negociaci¨®n que forzosamente deber¨¢ ser a la baja y desempolve el art¨ªculo constitucional necesario para abrir las puertas a la votaci¨®n del Comit¨¦ Conjunto de la dos C¨¢maras y la devoluci¨®n de la reforma a la consideraci¨®n del Senado.Si fracasa otra vez, es casi inevitable la dimisi¨®n de Hosokawa y la celebraci¨®n de elecciones anticipadas. Yohei Kono, presidente del PLD, se mostraba euf¨®rico y convencido de que la reforma, en sus actuales t¨¦rminos, es imposible. "La diferencia de votos ha sido demasiada", subray¨®.
Los tr¨¢nsfugas, que han puesto a Hosokawa contra las cuerdas y le obligan al encaje de bolillos, sostienen que el Partido Socialista, con el mayor n¨²mero de diputados en la agrupaci¨®n pese a haber perdido casi la mitad en los comicios generales de junio pasado, han cedido demasiado para impedir as¨ª la desmembraci¨®n de la junta en el Gobierno y no han recibido mucho a cambio. Creen asimismo que el socialismo, en colisi¨®n con los extremos m¨¢s conservadores de la alianza al abordar cuestiones como Corea del Norte, mercado del arroz o participaci¨®n militar japonesa en las misiones pacificadoras de Naciones Unidas, est¨¢ perdiendo su propia identidad.
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