Jul¨ªan acabo con los valores asturianos
Los goles del delantero del Getafe derrotaron al Sporting
El Sporting se trajo a sus juaneles a Las Margaritas y el Getafe respondi¨® con el oficio de los veteranos. Los ¨²ltimos productos de la escuela de Mareo ense?aron las u?as en el feudo getafense y se encontraron con Juli¨¢n. Dos zarpazos del delantero local bastaron.Flaque¨® el filial gijon¨¦s tras el segundo gol, cuando rindi¨® armas a los locales, pero dispuso de una hora de fe en el f¨²tbol moderno, de calidad, que conde n¨® al Getafe a unas labores impropias de un conjunto que juega en su propio campo. Sin duda, influy¨® la consecuci¨®n del primer gol, tempranero, monumento a la efectividad, pero determin¨® la excelente factura de los nuevos prospectos asturianos.
El Sporting Atl¨¦tico present¨®, de salida, sus credenciales. Un juego fluido, vertical, inteligente y r¨¢pido que puso en apuros a Caballero-hasta el punto de llevarle al borde de la expulsi¨®n en un mano a mano con un delantero gijon¨¦s. El ¨¢rbitro no lo vio, o no quiso verlo, dado el escaso minutaje transcurrido, y en la siguiente jugada Juli¨¢n clav¨® el bal¨®n en la red.
Buscar el empate
Ante tal efectividad, el Sporting olvid¨® los complejos y las complicaciones y se aplic¨® en la b¨²squeda r¨¢pida del empate. Aprovech¨® los nervios de la defensa local, del propio Caballero, y la irregularidad que proporcionaba el helado c¨¦sped del campo. S¨®lo la torpeza de Puente le impidi¨® obtener el premio esperado, pero el p¨²blico agradeci¨® la juventud y el desparpajo de Fredi, Dani, Mor¨¢n o Jos¨¦ Manuel, jugadores con un nivel t¨¦cnico individual envidiable y educados en el f¨²tbol moderno y vistoso, el bal¨®n al suelo, el pase corto y las triangulaciones.
El Getafe, con el marcador a favor y el descaro gijon¨¦s en contra, cedi¨® el bal¨®n y se refugi¨® en su campo. La consigna era proteger a Caballero y esperar. Las genialidades llegaron de la mano de Juli¨¢n y, sobre todo, de Montero, que cuaj¨® un partido excelente, pleno de fuerza, habilidad y visi¨®n de juego. El delantero getafense siempre supo parar, mirar y templar; encontr¨® al compa?ero desmarcado o, si n o, eligi¨® la jugada personal, llevando el peligro a las inmediaciones de Jes¨²s. El p¨²blico se lo supo agradecer con, una gran ovaci¨®n al ser sustituido.
A Montero, no obstante, le falt¨® culminar su actuaci¨®n con un gol. Lo busc¨® con ah¨ªnco, pero quien s¨ª lo encontr¨® fue Juli¨¢n, s¨ªmbolo en la ma?ana de ayer de oportunidad, efectividad y efectismo. El segundo tanto es el mejor ejemplo de ello y as¨ª lo reconoci¨® el aficionado sacando pa?uelos.
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