"Muchos no se acostumbran a que la vida no valga nada"

El p¨¢nico se ha apoderado de Apartad¨®. Ayer resonaba todav¨ªa el eco de las r¨¢fagas de ametralladora M-60 que, la v¨ªspera de madrugada, segaron la vida de 35 trabajadores agr¨ªcolas del sector del pl¨¢tano en este pueblo de la zona de Urab¨¢, cerca del Caribe.Mientras los familiares de las v¨ªctimas preparaban el sepelio colectivo, muchos de los sobrevivientes se agolpaban en las oficinas de las empresas para pedir su liquidaci¨®n "porque aqu¨ª ya no hay futuro y a situaci¨®n es cada vez m¨¢s preocupante", seg¨²n afirma Gilberto Torres, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores Agr¨ªcolas, que agrupa a 14.000 de los 20.000 obreros de la regi¨®n. "Es que no todos se acostumbran a que aqu¨ª la vida no valga nada y prefieren regresar a sus parcelas, aunque sea para morirse de hambre, porque es mejor as¨ª que asesinado".

En la verbena que un grupo de familias del barrio de La Chinita organiz¨® el s¨¢bado con el fin de recolectar fondos con la venta de licor para comprar uniformes y ¨²tiles escolares a los ni?os que la pr¨®xima semana empiezan las clases, asist¨ªan unas 300 personas. "Llegaron como 20 hombres vestidos de militar y comenzaron a boliar plomo [disparar] contra los esperanzados ", que es como se llama a los militantes del legalizado Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL), ahora Esperanza, Paz y Libertad.

"Llamaron a varios de los militantes que por la tarde hab¨ªan participado en una manitestaci¨®n con el senador An¨ªbal Palacio, como parte de la campa?a electoral que se avecina, y sin ning¨²n miramiento los mataron. Estamos seguros que eran hombres del Quinto Frente de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, comunistas]", afirma Torres.

La matanza del fin de semana es la que mayor n¨²mero de v¨ªctimas ha provocado en una regi¨®n donde los asesinatos -colectivos o selectivos- forman parte de la cotidianeidad. Esta zona selv¨¢tica genera cada a?o unos 200 millones de d¨®lares por la exportaci¨®n de pl¨¢tanos. Entre octubre y diciembre pasados, los enfrentamientos entre grupos guerrilleros que intentan controlar la regi¨®n y organizaciones paramilitares costaron la vida a 180 trabajadores agr¨ªcolas.

Si en el a?o 1989 la violencia se deb¨ªa a la acci¨®n de los grupos paramilitares anticomunistas, financiados por el narcotr¨¢fico, la actual ola terrorista parece motivada por la proximidad de los comicios legislativos de marzo y municipales de octubre. Esperanza, Paz y Libertad, que presenta un candidato propio a la alcald¨ªa de Apartado, aspira a desplazar de all¨ª a la comunista Uni¨®n Patri¨®tica (UP) e incluso, ali¨¢ndose con liberales, ganar a ¨¦sta tambi¨¦n las alcald¨ªas de otros poblados importantes de la regi¨®n.

Pero Urab¨¢ no es la ¨²nica zona donde la confrontaci¨®n armada afecta al proceso electoral. Se calcula que en por lo menos 200 de los 1.024 municipios colombianos, la guerrilla tiene influencia en el proceso electoral, ya sea por la v¨ªa armada o el chanta e a los candidatos. Por esta raz¨®n, el presidente, C¨¦sar Gaviria, apoy¨® recientemente la decisi¨®n de reemplazar con alcaldes militares a los ediles asesinados por la guerrilla, como ya ocurri¨® en otras zonas estrat¨¦gicas del pa¨ªs.