El Sal¨®n del Comic de Angulema consagra este a?o a Nikita Mandryka
El espa?ol Miguel Anxo Prado, premio a la mejor obra extranjera
La organizaci¨®n del Sal¨®n del Comic de Angulema se toma muy en serio su anual entrega de premios. Tal vez demasiado. Si los americanos otorgan oscars, los franceses se conforman con sus premios Alph'Art. Este nombre es un homenaje al ¨²ltimo e inacabado album de Herg¨¦, Tintin et AlphArt. Antes, los galardones atend¨ªan por el nombre de Alfred. Se otorgan 12, pero los que realmente cuentan son cuatro: mejor gui¨®n, mejor ¨¢lbum franc¨¦s, mejor ¨¢lbum extranjero publicado en Francia y el Gran Premio del Jurado en reconocimiento a la obra de toda una vida de un autor, nacional o extranjero.Este a?o, el gran premio del jurado presidido por Gerard Lauzier, se lo ha llevado un genuino outsider de la historieta francesa, Nikita Mandryka. Este dibujante, curtido en la gloriosa (y fenecida) revista Pilote, cuna de Asterix, el aviador Michel Tanguy y el teniente Blueberry, ha practicado siempre un humor bestia, extra?o y surreal que no le ha convertido precisamente en un superventas. Tiene a su favor haber creado, junto a Michel Goflib y Clalre Br¨¦techer, a principios de los setenta, la revista L'Echo Des Savanes, que, por lo menos, hizo reir mucho a quien esto firma. Asimismo, Mandryka es el padre de uno de los superh¨¦roes m¨¢s delirantes de todos los tiempos, Le Concombre Masqu¨¦, un pepinillo con antifaz cuyas andanzas s¨®lo encontraron apoyo y simpat¨ªas entre los lectores m¨¢s zumbados del mundo del comic.
?Vivan las viejas glorias!
El jurado consider¨® que el mejor ¨¢lbum franc¨¦s de 1993 era L'Histoire du corbac aux baskets -algo as¨ª como La historia del cuervo con zapatillas deportivas-, escrito y dibujado por Fred, un cincuent¨®n que lleva publicados 30 libros y que siempre ha estado especializado en historias po¨¦tico-surrealistas como ¨¦sta con la que se ha llevado el premio. L'Histoire du corbac aux baskets es una peculiar relectura de La metamorfosis de Franz Kafka en la que el protagonista amanece un d¨ªa convertido, no en cucaracha, sino en cuervo.Uno de los mejores momentos de la (en general) aburrida soir¨¦e fue el recuerdo a los maestros muertos este a?o. Jean Giraud, alias Moebius, habl¨® maravillas del argentino Alberto Breccia. Y sobre Harvey Kurtzman (creador de la imprescindible revista Mad) hicieron lo propio el norteamericano Art Spiegelman -autor del brillante d¨ªptico sobre el holocausto jud¨ªo Maus, cuyo segundo tomo sigue in¨¦dito en Espa?a- y el franc¨¦s Ren¨¦ Petillon (creador de Jack Palmer, el detective m¨¢s est¨²pido de la historia, s¨®lo comparable al teniente Frank Drebin de la saga cinematogr¨¢fica Ag¨¢rralo como puedas.
Como no s¨®lo de viejas glorias vive el mundo del comic, los otros dos premios importantes fueron a parar a manos de gente" joven. Marc-Antoine Mathieu gan¨® el premio al mejor gui¨®n por su ¨¢lbum Le processus. Y nuestro compatriota Miguel Anxo Prado se llev¨® por segunda vez el galard¨®n otorgado al mejor ¨¢lbum for¨¢neo editado en Francia en 1993. Curiosamente, como se pudo comprobar por los aplausos del respetable, Prado es m¨¢s popular en Francia que en Espa?a. Su ¨¢lbum Trazo de tiza (en franc¨¦s, Trait de craie) se ha vendido como rosquillas.
Ser¨ªa injusto terminar esta cr¨®nica sin citar lo mejor de la ceremonia hollywoodiense (un tanto rid¨ªcula, francamente): la aparici¨®n de la pasmosamente hermosa cantante Lio (?recuerdan su hit Amoureux solitaires?) otorgando el premio a Fred. El balanceo de sus pechos (emergiendo de un delicioso corpi?o) mientras se acercaba al dibujante, hizo que acudir a la pretenciosa velada tuviera cierta l¨®gica.
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