En el limite
El destino ha colocado al Madrid y al Tenerife en un nuevo trance crucial. La gloria de uno pasa por la desdicha del otro, como ha ocurrido en las dos ¨²ltimas temporadas. El partido de hoy se juega de nuevo en el l¨ªmite de la emoci¨®n y de la trascendencia.
. El Madrid, que casi tiene abandonadas sus esperanzas en la Liga, intentar¨¢ tapar un nuevo agujero en su trayectoria. El Tenerife, refugiado en el anonimato de la clasificaci¨®n, quiere una gran empresa en la Copa.
El partido presentar¨¢ una gran variedad de factores, desde los emocionales hasta los m¨¢s prosaicos, como el estado del c¨¦sped.
El resultado de ?da. El Madrid sali¨® satisfecho con el resultado que alcanz¨® en Tener?fe. El 1-0 es suficiente para el equipo de Floro. Sin embargo, sus partidos m¨¢s recientes se han caracterizado por la pobre producci¨®n de goles. En cuatro de los cinco encuentros m¨¢s recientes de Liga no ha conseguido marcar (Sevilla, Barcelona, Osasuna y Valladolid). La estad¨ªstica dice tambi¨¦n que el Tenerife acostumbra a recibir alg¨²n gol en cada partido.
El poder de las bandas. El Madrid es un equipo que vive en gran medida de su poder en las dos bandas. La aportaci¨®n de Michel y Luis Enrique ser¨¢ decisiva en el desarrollo del partido. Cuando el Madrid encuentra dificultades en los flancos tiende a taponarse y a vivir del pelotazo.
La Paciencia. El Tenerife intentar¨¢ tocar el bal¨®n hasta encontrar su momento. Es uno de los equipos que mejor interpreta la estrategia defensiva del Madrid. En el ¨²ltimo partido, varios balones cruzaron la l¨ªnea de defensores y dejaron a Dertycia y Latorre en situaciones favorables ante Buyo.
La memoria. Los enfrentamientos entre el Madrid y el Tenerife han contribuido a traspasar la normalidad. El peso del recuerdo es fundamental. Esta caracter¨ªstica va a acelerar la adrenalina de los equipos y de los aficionados que acudan al Bernab¨¦u.
El c¨¦sped. Nunca el estado de un campo ha suscitado m¨¢s comentarios. Desde el Madrid, Floro y los jugadores acusan a los defectos del c¨¦sped del mal juego. Para el Tenerife, el problema es parecido. Es un conjunto que toca y enhebra. En cualquier caso, el Bernab¨¦u penaliza a los equipos que buscan el juego raso y que no tienen vocaci¨®n defensiva.
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