Una oportunidad para acorralar a Clinton

La oposici¨®n republicana est¨¢ decidida a convertir el caso Whitewater, el conflicto financiero de Arkansas en el que est¨¢ implicado el matrimonio Clinton, en un esc¨¢ndalo que decida la suerte del presidente norteamericano en los pr¨®ximos a?os. En esa batalla, la minor¨ªa parlamentaria ha arrancado ya el compromiso dem¨®crata de convocar audiencias sobre determinados aspectos del esc¨¢ndalo en los comit¨¦s de Banca del Senado y la C¨¢mara de Representantes.Tanto el presidente del comit¨¦ del Senado, Donald Riegle, como el de la C¨¢mara, Henry Gonz¨¢lez, ambos dem¨®cratas, han comunicado su intenci¨®n de celebrar, "tan pronto como sea posible recabar los datos necesarios", audiencias sobre la quiebra de la firma financiera Madison Guaranty Savings y los pr¨¦stamos hechos por esa entidad al proyecto urban¨ªstico Whitewater. Bill y Hillary Clinton eran socios al 50% en ¨¦sta con los due?os de Madison.

Este compromiso en el Capitolio ha sido considerado como un triunfo parcial de los republicanos, que est¨¢n convencidos de que el estallido del esc¨¢ndalo, que ahora mismo est¨¢ latente pero controlado, "es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo", en palabras del senador republicano por Nueva York Alphonse d'Amato.

La oposici¨®n en el Congreso est¨¢ especialmente interesada en conocer cu¨¢l era la relaci¨®n financiera entre Madison y Whitewater, y qu¨¦ influencia tuvo el presidente -entonces gobernador de Arkansas- en retrasar la quiebra de Madison. Se calcula que ese retraso cost¨® a los contribuyentes 47 millones de d¨®lares m¨¢s (6. 500 millones de pesetas) en pagos a los depositantes.

Despu¨¦s del nombramiento por el Departamento de Justicia de un investigador independiente, Robert Fisk, para hacerse cargo del caso, Bill Clinton, aprovechando su buen momento de popularidad y su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, parece haberse sobrepuesto a la presi¨®n del caso Whitewater.

Dos peri¨®dicos conservadores han pasado, sin embargo, a la ofensiva en los ¨²ltimos d¨ªas sobre uno de los aspectos m¨¢s delicados del asunto: la muerte del asesor jur¨ªdico de la Casa Blanca, Vicent Foster. El mismo d¨ªa en que ¨¦ste, viejo amigo y colaborador de Clinton, se quit¨® la vida junto al r¨ªo Potomac, funcionarios de la Casa Blanca sacaron de su despacho los documentos que recog¨ªan los datos sobre la participaci¨®n de los Clinton en Whitewater. Bill Clinton orden¨® ya el mes pasado la entrega de esos documentos al Departamento de Justicia, pero persisten las dudas sobre su contenido y la posible relaci¨®n con la muerte de Foster.

El diario The Wall Street Journal anunci¨® el lunes en un editorial que hab¨ªa decidido pedir por v¨ªa judicial acceso al contenido de esos documentos. Ese peri¨®dico basaba parte de sus dudas sobre la muerte de Foster en una informaci¨®n publicada la pasada semana por el diario sensacionalista The New York Post, en la que se recog¨ªan testimonios de algunos funcionarios q ue podr¨ªan contradecir la versi¨®n oficial del suicidio.

Entre esos testimonios est¨¢n los del forense que analiz¨® el cuerpo y de uno de los oficiales de polic¨ªa que acudieron primero al lugar del suceso. Seg¨²n las citas de ambos que recogen The New York Post y The Wall Street Journal, los restros de sangre, la posici¨®n del cad¨¢ver y la colocaci¨®n de la pistola no se corresponden totalmente con otros casos en los que la v¨ªctima tambi¨¦n se peg¨® un tiro en la boca.

Una muerte para investigar

La muerte de Vicent Foster ser¨¢ uno de los asuntos a cubrir por la investigaci¨®n de Robert Fiske, quien ha anunciado que podr¨ªa llamar a declarar a Hillary y Bill Clinton. La primera dama, cuyo papel en Whitewater parece particularmente relevante, sali¨® en defensa de su marido, a quien calific¨® como v¨ªctima de una confabulaci¨®n conservadora. Pero el papel p¨²blico de Hillary Clinton se ha ido reduciendo a partir de la aparici¨®n de las primeras informaciones sobre su participaci¨®n en Whitewater. Algunos observadores norteamericanos consideran que el objetivo ¨²ltimo de este esc¨¢ndalo es, de hecho, silenciar a la influyente esposa del presidente.

La intenci¨®n de la minor¨ªa republicana en el Congreso es conseguir que las audiencias sobre Whitewater comiencen antes del final de este mes, a fin de entrar en primavera -y en la campa?a para las pr¨®ximas elecciones parlamentarias parciales- con el esc¨¢ndalo financiero de Arkansas en las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Por el momento, el grueso de la prensa y la televisi¨®n llevan varias semanas ausentes de ese asunto, pero todo el mundo est¨¢ a la espera de los datos que pueda ir aportando Fiske.