La apu?alada de Vallecas fue asesinada por su marido, seg¨²n la polic¨ªa
Carlos y Esther ten¨ªan una hija de 10 meses y compart¨ªan edad, matrimonio, trabajo, casa y coche. Pero en la madrugada del mi¨¦rcoles, seg¨²n la polic¨ªa, Carlos asest¨® a Esther cinco pu?aladas, la estrangul¨®, la quem¨® y la arroj¨® del Renault-5 a una calle de Vallecas, muy pr¨®xima al domicilio conyugal de Le¨®n Felipe, 4, un bloque en el que hay 260 viviendas.Ese mismo d¨ªa, los agentes detuvieron a Carlos Mart¨ªn Molinero, de 34 a?os, en la avenida de la Ciudad de Barcelona. Anoche permanec¨ªa en la sede de la Brigada de la Polic¨ªa Judicial. A la espera de su abogada, no hab¨ªa declarado.
El m¨®vil del asesinato permanece en la oscuridad. La pareja carec¨ªa de pasado conflictivo. Ninguno posee antecedentes penales. Su vida discurr¨ªa, a tenor de las investigaciones, unida al Banco de Gesti¨®n Financiera, donde ella, Mar¨ªa Esther Alejano Aguilaniedo, estaba de baja, y ¨¦l liberado por su trabajo de sindicalista en la CGT. Ninguno de sus conocidos daba ayer cr¨¦dito a la acusaci¨®n policial. A sus 34 a?os, la pareja parec¨ªa volcada en la peque?a de 10 meses.
Los vecinos aseguran que siempre les pareci¨® una pareja que se llevaba bien. Nunca escucharon gritos o peleas por el patio: "S¨®lo o¨ªamos llorar a la nifia", asegura la mujer que vive debajo de ellos. La vecina de arriba trat¨® con Carlos un problema casero y le recuerda como un hombre amable y de exquisito trato. ?Qu¨¦ pas¨®? Sobre las nueve de la ma?ana del mi¨¦rcoles, un jardinero descubri¨® en la calle de Maruja Garc¨ªa Romero (Vallecas-Villa) el cad¨¢ver en llamas de la mujer. Yac¨ªa boca abajo con un jersey gris y unos pantalones. El abrigo que ard¨ªa junto a su pierna la tapaba. Un hilo de nailon rodeaba su cuello. Las marcas de cinco pu?aladas cubr¨ªan su ab domen y su t¨®rax.
Un testigo vi o c¨®mo fue arrojada de un Renault 5. Guard¨® en su memoria la matr¨ªcula y alert¨® a la polic¨ªa. Esta pista gui¨® hasta el marido al Grupo de Homicidios de la Polic¨ªa Judicial. El coche figuraba a nombre de Esther.
La polic¨ªa, a falta de las declaraciones del marido, sostiene que la mat¨® en el coche. Emple¨® un hilo de nailon y un punz¨®n o destornillador. Esta arma a¨²n no ha sido encontrada. Tras asesinar a su esposa, siempre seg¨²n la polic¨ªa, le quit¨® la documentaci¨®n. Pasaron 15 minutos y la arroj¨® y prendi¨® fuego para evitar la identificaci¨®n.
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