Diario de un aprendiz de cham¨¢n
El antrop¨®logo catal¨¢n Josep M. Fericgla relata en un libro su estancia entre los j¨ªbaros y su iniciaci¨®n como brujo
"Mi¨¦rcoles, 14 de julio, 1993. Macas. Lluvia, lluvia, lluvia. Siempre duermo bien en la selva con el sonido de la lluvia. Lo que s¨ª me impide dormir tranquilo es notar a los vampiros volando cerca. Me horroriza pensar que me pueden chupar f¨¢cilmente la sangre de la cabeza y s¨¦ que aunque me esconda en el saco de dormir pueden atravesar la tela y llegar a mi sangre". Josep Maria Fericgla, el antrop¨®logo catal¨¢n especializado en la investigaci¨®n de los estados alterados de conciencia (experiment¨®, ingiri¨¦ndola, con la seta alucin¨®gena Amanita muscaria), tiene por fin listo para publicaci¨®n el esperado diario personal de su estancia entre los j¨ªbaros schuaras de la Amazonia ecuatoriana. Dicho diario corresponde a su tercera campa?a con los schuaras, de junio a agosto del a?o pasado, realizada en el marco de un estudio sobre la ayahuasca -la p¨®cima alucin¨®gena de los j¨ªbaros- que le ha financiado la Generalitat de Catalu?a.Fericgla convivi¨® con los indios (le apodaron Ny¨¦ke, velludo), recopil¨® gran cantidad de informaci¨®n etnol¨®gica (desde usos culinarios al empleo de una planta que retira la menstruaci¨®n) y, para mejor conocer su sistema de pensamiento, se hizo iniciar como cham¨¢n -iwish¨ªn- por un notable brujo.
Dardos m¨¢gicos
En el curso de ese "meritoriaje cham¨¢nico" y tras obligarse a singulares purificaciones (nada de relaciones sexuales en tres meses y la primera, entonces, en un r¨ªo, sin coito y precedida del autochupado (?) del pene mediante una ca?ita), el antrop¨®logo realiz¨® numerosas tomas rituales de ayahuasca. ?mulo de Carlos Castaneda -el estudioso de la brujer¨ªa de los yaqui mexicanos con cuya peripecia vital la de Fericgla guarda paralelismos-, el cient¨ªfico catal¨¢n aprendi¨® de su maestro j¨ªbaro el uso de diferentes t¨¦cnicas m¨¢gicas, entre ellas el uso de los, dardos ts¨¦ntsak -para curar, pero tambi¨¦n para atacar a brujos rivales-.
Algunas de las iniciativas de Fericgla, profesional de reconocida solvencia, han provocado cierta inquietud en c¨ªrculos acad¨¦micos, como el hecho de que efectuase electroencefalogramas a los j¨ªbaros bajo el efecto de la ayahuasca y proporcionara dosis de LSD a varios chamanes "para que compararan".
El brujo Pedro Juank, con dos dosis de LSD puro en el cuerpo, explic¨® que le provocaba efectos similares a los de la ayahuasca, "pero con m¨¢s sue?os de flores y como de puntitos brillantes", y que pod¨ªa curar "muy y muy bien con el ¨¦sede", como pronunciaba ¨¦l. Otro brujo afirm¨® que el LSD "es magn¨ªfico" y que tuvo la sensaci¨®n de volar y vio "estrellas, flores, muchas flores, y el cielo que tomaba formas" (Fericgla anota que las visiones de los j¨ªbaros recuerdan la iconograf¨ªa hippy, pese a que, evidentemente, no han tenido contacto con esa cultura).
Redactado sobre el terreno, el diario (que aparecer¨¢ en marzo, en catal¨¢n, editado por La Cam pana y bajo el t¨ªtulo J¨ªbaros, el pueblo de los sue?os) es un voluminoso texto que combina teor¨ªa cient¨ªfica, aventura, pasi¨®n, poes¨ªa y humor ("Domingo, 18. Macas. Adicto al allioli"). Lejos de los escritos etnol¨®gicos m¨¢s al uso, el de Fericgla, sin rehuir algunas disquisiciones muy t¨¦cnicas, presenta una franqueza despatarrante. En particular, llaman la atenci¨®n del lector los frecuentes enfados de Fericgla por el modo de ser de los indios, la cr¨ªtica visceral de la "corrupci¨®n" de las misiones cristianas y el apunte detallado de estados de ¨¢nimo ("...Voy sorbiendo caipiri?as, antes de darme cuenta ya tengo una trompa de espanto").
"Es cierto", reconoce el autor, "explico lo que no se dice nunca del trabajo de campo, lo feo, lo contradictorio, lo que no cuadra con las ideas preconcebidas, lo ¨ªntimo. Me va a costar garrotazos por parte del mundo acad¨¦mico", reflexiona.
El diario se abre con una explicaci¨®n del plan, de trabajo de Fericgla entre los j¨ªbaros, un estudio enmarcado en su hip¨®tesis del uso universal de sustancias visionarias para facilitar la adap taci¨®n del ser humano a n¨²cleos ecol¨®gicos, mentales y sociales espec¨ªficos. El inter¨¦s concreto por los j¨ªbaros responde a la importancia que ¨¦stos, dan a sus sue?os y visiones (les indican, dicen, el futuro y les informan de lo que pasa en otros lugares), y a que son uno de los pueblos del mundo que consumen mayor cantidad de sustancias alucin¨®genas. Principalmente el natem o ayahuasca, que se prepara con la liana del mismo nombre (Banisteriopsis caapi) junto con otras plantas (yaj¨ª -que sintetiza dimetiltriptamina, DMT-, par¨¢pra, chiriqui¨¢sip o sam¨ªki) con diferentes acciones neuroqu¨ªmicas que inciden en el estado mental (de hecho, si se hierve sola la liana y se bebe, lo ¨²nico que provoca es sonidos fuertes y v¨®mitos). Y el maikiwu¨¢ (Brugmansia sp.), "la planta con efectos alucin¨®genos m¨¢s potente que existe en la tierra" (produce escopolomina y otros alcaloides, y deja al usuario entre dos y cuatro d¨ªas inconsciente y con visiones in temas; una variedad, el kawa maikiwu¨¢ se la dan los j¨ªbaros a los pe rros para que alucinen y aprendan a cazar). Los shuaras, seg¨²n Fericgla, creen en lo que ven cuando toman esas sustancias y consideran que el futuro es modificable volvi¨¦ndolas a ingerir y mejorando la visi¨®n.
'Velludo' contra 'Mono Aullador'
Los j¨ªbaros figuran en el imaginario occidental junto a otros pueblos ex¨®ticos por su fiereza guerrera (simbolizada en la cerbatana y los dardos empapados del, letal curare) y su habilidad para reducir cabezas, las c¨¦lebres ts¨¢ntsas, Fericgla detalla el procedimiento: decapitaci¨®n, corte en la nuca para sacar el cr¨¢neo, cosido de los orificios -boca, ojos-, hervido en una poci¨®n, relleno de arena y, una vez producida la reducci¨®n, retoque de las facciones para devolver su aspecto al rostro del enemigo.La antropolog¨ªa est¨¢ rescatando ahora a los j¨ªbaros del reino de lo legendario para mostrarlos en toda su complejidad: la oniromancia, el consumo de alucin¨®genos, la relaci¨®n con la naturaleza, la ritualizaci¨®n de la violencia... En Francia, es actualidad el libro de Philippe Descola Les lances du cr¨¦puscule (Plon), al que Le Monde y Lib¨¦ration han dedicado estos d¨ªas el espacio central de sus suplementos literarios. Descola, al que se considera ya el heredero de L¨¦vi-Strauss, ha estudiado, desde el estructuralismo y durante dos a?os y medio, a los j¨ªbaros achuaras, vecinos de los schuaras de Fericgla y enemigos hereditarios de ¨¦stos. El de Descola es tambi¨¦n un trabajo etnogr¨¢fico con tono de cr¨®nica, cercano a los Tristes tr¨®picos de su maestro.
En su diario, Feriegla menciona un encuentro con Descola en el pueblo ecuatoriano de El Pueyo. El catal¨¢n, aunque alaba el trabajo del franc¨¦s, describe a ¨¦ste como "acad¨¦mico y estirado", y le molesta de ¨¦l "su tono displicente"' y su "distanciamiento". ?Trasladan Ny¨¦ke (Velludo) -Fericgla para los schuaras- y Yakum (Mono Aullador) -como denominan los achuaras a Descola, por el color rubio de su barba- el enfrentamiento de sus respectivas tribus al mundo de la ciencia?
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