Bosnia: Clinton acusa a Europa
"En el asunto bosnio, los europeos no saben lo que quieren", dijo con impaciencia el responsable de la pol¨ªtica exterior estadounidense, Warren Christopher, al abandonar Francia. Y asombr¨® a todo el mundo...Warren Christopher, a quien se acusaba de parecerse demasiado a su antiguo jefe Jimmy Carter por su temperamento, a la vez angelical e indeciso, ha adquirido en el transcurso de las ¨²ltimas semanas una aut¨¦ntica estatura.
Los europeos se acaban de dar cuenta de ello en detrimento propio. A la pregunta planteada por Fran?ois Mitterrand, en nombre de Francia y del Reino Unido, de si Estados Unidos querr¨ªa presionar para que los serbios, los croatas y los bosnios aceptasen un compromiso, Warren Christopher respondi¨® sin contemplaciones: no. Estados Unidos no est¨¢ dispuesto a actuar de garante en un compromiso que hace el juego al agresor serbio y no tiene en absoluto en cuenta las reivindicaciones de los musulmanes de Bosnia, que son las v¨ªctimas.
A la pregunta de si las tropas norteamericanas podr¨ªan ayudar a las fuerzas de protecci¨®n de la ONU (Unprofor) a liberar el aer¨®dromo de Tula y a garantizar el relevo del contingente canadiense de Srebrenica, Warren Christopher respondi¨® una vez m¨¢s: no. Es inadmisible que EE UU despliegue tropas sobre el terreno en lugar de hacerlo los europeos. En cambio, el secretario de Estado norteamericano declar¨® no comprender por qu¨¦ los europeos han rechazado la reiterada oferta estadounidense de un ataque a¨¦reo localizado contra determinados centros estrat¨¦gicos.
Por una vez, la posici¨®n norteamericana se ha considerado discutible, pero clara. Las conversaciones han tenido un tono de particular gravedad. Se ha discutido la posibilidad de una extensi¨®n de la guerra si no se calmaba la situaci¨®n entre el Danubio y los Balcanes. Los interlocutores se?alaron la contradicci¨®n que exist¨ªa entre las exigencias probosnias de la opini¨®n p¨²blica y la visi¨®n geopol¨ªtica de los l¨ªderes. Tambi¨¦n se trat¨® la situaci¨®n en Argelia, donde la cifra de muertos asciende ya a doscientos cada semana. M¨¢s que durante la guerra de descolonizaci¨®n de Argelia por parte de Francia. Si Argelia se volviera islamista, ?qu¨¦ ocurrir¨ªa con todo el Magreb? ?Qu¨¦ pasar¨ªa con Egipto? ?C¨®mo se podr¨ªa lograr el objetivo b¨¢sico de la pol¨ªtica estadounidense, que es aislar a Ir¨¢n?
Pero volvamos a Bosnia.
Se plantea la cuesti¨®n del mantenimiento o la retirada de los 26.000 cascos azules. Los soldados de la ONU han salvado de la muerte, la enfermedad y el hambre a varios cientos de miles de personas. Pero, sobre todo y a pesar de eso, la situaci¨®n acaba de llegar al umbral de lo insoportable. Porque los serbios no creen en la voluntad pol¨ªtica y militar de los occidentales.
Desde el anuncio de la decisi¨®n de la OTAN en Bruselas de hacer respetar, por la fuerza si fuese necesario, las resoluciones del Consejo de Seguridad, la aviaci¨®n serbia se ha puesto en movimiento, algo que no hab¨ªa hecho los d¨ªas anteriores. Y no se ha respondido a ese desaf¨ªo.
?Por qu¨¦ no quieren intervenir las potencias occidentales? Es una pregunta muy importante, b¨¢sica, a la que hay que tratar de responder sin apasionamiento. Porque veo que se est¨¢ alimentando a la opini¨®n p¨²blica con una pol¨¦mica de distracci¨®n. Se afirma que el secretario general de la ONU, Butros Gali, hace un consumo excesivo de generales de la Unprofor. Ya va por el sexto. Pero ?de qui¨¦n depende Butros Gali? Del Consejo de Seguridad. ?Cu¨¢l es su funci¨®n? La ejecuci¨®n de las decisiones de dicho consejo. Y, sobre todo, ?cu¨¢les son sus medios y sus m¨¦todos? Los medios son los que las potencias ponen a su disposici¨®n, y los m¨¦todos, aquellos que le son dictados. La ¨²nica culpa de Butros Gali es aparentar a veces tener una autonom¨ªa de decisi¨®n y de ejecuci¨®n de la que carece totalmente.
Por tanto, no es el secretario general de la ONU quien est¨¢ en tela de juicio. Hablemos m¨¢s bien de las bater¨ªas de artiller¨ªa desplegadas en las colinas que dominan Sarajevo. Los generales no pueden comprometerse a bombardearlas. ?Porque no tienen esa orden expl¨ªcita? Sin duda. Pero tambi¨¦n, y esto resulta m¨¢s instructivo, porque, como dijo p¨²blicamente el general De Briquemont, "el ataque a¨¦reo no ser¨ªa una soluci¨®n". ?sa es tambi¨¦n la opini¨®n del general Cot y la del general Morillon. Seg¨²n estos tres militares, despu¨¦s de un ataque semejante contra las bater¨ªas serbias, el aeropuerto de Sarajevo ser¨ªa aniquilado y se entrar¨ªa en guerra. Conclusi¨®n: no puede haber ataque a¨¦reo sin la intervenci¨®n de decenas de miles de hombres en tierra.
Una pregunta que sigue en el aire: ?por qu¨¦ no podr¨ªa producirse una intervenci¨®n masiva? En el Consejo de Seguridad, ni los rusos ni los chinos lo desean. Bor¨ªs Yeltsin se contentaba con ser moderadamente hostil, pero su Parlamento acaba de lanzar una advertencia para impedir cualquier intento de tocar a los serbios. Con eso se acaba la ONU. Pero ?y la OTAN? Estados Unidos s¨®lo se siente preocupado por la tragedia de la antigua Yugoslavia en la medida en que pueda perjudicar a su dispositivo estrat¨¦gico en Grecia y Turqu¨ªa. Por tanto, se volver¨¢ a hablar de ello cuando les toque verse afectados a Kosovo y a Macedonia. Los brit¨¢nicos, al igual que los canadienses, siguen a los estadounidenses. Se acab¨® la ONU, se acab¨® la OTAN. ?Y Europa? No se puede contar con Alemania, cuya Constituci¨®n la ata oportunamente de pies y manos.
?Queda, entonces, el entorno regional? Miremos un mapa. Los griegos, los b¨²lgaros y los rumanos consiguen ayudar a los serbios a pesar del embargo. ?Por qu¨¦? No quieren un Estado musulm¨¢n que tendr¨ªa un poder de atracci¨®n sobre el mill¨®n de turcohablantes de Bulgaria, los 3,5 millones de Kosovo y los 200.000 de Macedonia y de Tracia. ?Supone esto tener poco en cuenta la singularidad del islam bosnio, tan reciente, tan laico, tan occidental? Efectivamente. As¨ª es. En cuanto a los austr¨ªacos, igual que los alemanes, ayudaron a los croatas (lo hacen menos en la actualidad). Los turcos s¨®lo vigilan lo que ocurre en Albania y en Kosovo. Los h¨²ngaros esperan que les llegue el momento. ?Pero cu¨¢l es, desde el principio, el inter¨¦s com¨²n de todos esos pa¨ªses? Que no haya disturbios en el espacio entre los Balcanes y el Danubio. Que en ese espacio haya una potencia que pueda imponer orden. Como mucho, dos potencias: Serbia y Croacia.
?Cometen todos estos Estados un error moral? ?Desde luego! ?Un error pol¨ªtico? Creo que s¨ª. Es inevitable que el ejemplo de un reagrupamiento ¨¦tnico ante el que todo el mundo se inclina, y que viene dado por la potencia serbia, d¨¦ ideas a todos los dem¨¢s pa¨ªses. Piensen s¨®lo en Hungr¨ªa, con un tercio de su poblaci¨®n en Rumania (dos millones), Eslovaquia
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(650.000) y... Serbia (350.000). ?Y ¨¦ste es un problema entre cientos! ?Constituyen estos reagrupamientos ¨¦tnicos, que han adquirido a veces las dimensiones de purificaciones ¨¦tnicas, un peligro fascista? S¨ª, pero hay que precisar que toda la evoluci¨®n poscomunista va en la direcci¨®n del autoritarismo ¨¦tnico. Los armenios y los azer¨ªes, por ejemplo, precedieron a los serbios y los croatas en este terreno. Pero es cierto que esta horrible evoluci¨®n podr¨ªa haberse detenido en Bosnia y Herzegovina, puesto que, al principio, todos los combatientes afirmaban ser "bosnios" o "yugoslavos", mientras que ahora desean constituir un Estado musulm¨¢n.
Hay un movimiento de opini¨®n en Francia, el Reino Unido y Espa?a que exige que se adopte la soluci¨®n de Warren Christopher, que consiste, a falta de una intervenci¨®n que nadie parece desear, en levantar el embargo de armas, embargo que, como dice el presidente bosnio, Izetbegovic, es la ¨²nica decisi¨®n de la ONU que se hace cumplir, y que, seg¨²n el propio Warren Christopher, s¨®lo beneficia a los serbios. Puesto que los bosnios tendr¨¢n ahora la capacidad de defenderse, al menos no les escatimemos los medios para ello.
El problema se ha planteado y los europeos se encuentran en un aprieto. Algunos dicen que no hay que a?adir guerra a la guerra, armas a las armas, y que los norteamericanos quieren al mismo tiempo no involucrarse, proteger a los bosnios e impedir los disturbios en los Balcanes, lo que supone una posici¨®n a la vez contradictoria y c¨®moda. Otros consideran que el punto de vista estadounidense tiene algo positivo, y es que hace salir a los europeos del inmovilismo. En realidad, nadie tiene una verdadera soluci¨®n. Todo se decidir¨¢ en las pr¨®ximas semanas, si no en los pr¨®ximos d¨ªas.
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