Ultim¨¢tum a los serbios
LA ORGANIZACI?N del Atl¨¢ntico Norte decidi¨® finalmente ayer conminar a las fuerzas serbias que sitian la ciudad de Sarajevo a retirar su artiller¨ªa en un plazo m¨¢ximo de diez d¨ªas, bajo amenaza de bombardeos a¨¦reos en caso contrario. Es la primera vez que la OTAN adopta un acuerdo de esta naturaleza, que ni siquiera fue preciso en plena guerra fr¨ªa. El continuo bombardeo a que ha estado sometida la poblaci¨®n civil de la capital bosnia desde abril de 1992 y, sobre todo, el horror m¨¢s reciente del ob¨²s que caus¨® 68 muertos en el mercado han provocado una intensa corriente en la opini¨®n p¨²blica occidental a favor de que se tomen medidas para frenar esta matanza. Aunque la decisi¨®n llega in¨²tilmente tarde, hay que felicitarse de que la OTAN y la UE hayan empezado a mostrar cierta firmeza.Algunos Gobiernos, como el franc¨¦s y el norteamericano, propon¨ªan medidas claras: dar un plazo de entre siete y diez d¨ªas a los serbios para que retiren su artiller¨ªa de las cercan¨ªas de Sarajevo y tomar las medidas operativas para que, pasado ese plazo, la aviaci¨®n de la OTAN, que se encuentra ya preparada en diversos aeropuertos italianos, bombardee esas posiciones artilleras y rompa el cerco de fuego que sufre esta ciudad. El argumento principal de los que propugnaban esta actitud era que, ante la inminencia de una intervenci¨®n de la aviaci¨®n aliada, los serbios tendr¨ªan que recoger velas y reducir sus acciones agresivas, lo cual abrir¨ªa mayores posibilidades para ulteriores negociaciones de paz. De hecho, la mera discusi¨®n de los t¨¦rminos del ultim¨¢tum en Bruselas result¨® determinante para que los jefes militares serbio y bosnio declararan ayer mismo ante el general en jefe de los cascos azules un inmediato alto el fuego y la retirada de unidades artilleras de las colinas en torno a Sarajevo. La comunidad internacional har¨¢ bien en no cre¨¦rselo, sin embargo: es una m¨²sica que hemos o¨ªdo con frecuencia.
Las objeciones al empleo de la violencia limitada han sido numerosas en la opini¨®n espa?ola y europea. Se empe?an as¨ª en no ver que si hace tres a?os, como se argument¨® en las p¨¢ginas de este peri¨®dico, se hubiesen tomado medidas para el empleo de la fuerza contra los agresores serbios, ello hubiese permitido sin duda una evoluci¨®n distinta en el conflicto de la antigua Yugoslavia. Hoy, parece evidente que los Gobiernos, ante el impacto causado en sus pueblos por la matanza del mercado, quieren dar una impresi¨®n de energ¨ªa de la que han carecido durante a?os, sobre todo, probablemente, porque proteger Sarajevo, tapa un esc¨¢ndalo de sangre sin prejuzgar ni comprometer otros des¨®rdenes u otros planes para la antigua Yugoslavia.
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