Primero, Vietnam; Cuba, ?cu¨¢ndo?
El debate sobre el embargo comercialal r¨¦gimen de Fidel Castro cobra cuerpo en EE UU ante la intransigencia oficial
Si para Estados Unidos es posible enterrar el fantasma de Vietnam, ?por qu¨¦ no el de Cuba? Si es posible buscar la reconciliaci¨®n con un pa¨ªs en el que murieron m¨¢s de 58.000 soldados estadounidenses en una guerra de legendaria repercusi¨®n interna, ?por qu¨¦ no hacerlo con Cuba? Si es posible levantar el embargo econ¨®mico a Vietnam, ?por qu¨¦ no a Cuba?Las respuestas a estas preguntas se pierden en Washington en la confusi¨®n de una pol¨ªtica r¨ªgida que no atiende suficientemente a los cambios registrados en el mundo en los ¨²ltimos a?os ni a los peque?os pero significativos pasos que se han producido en la propia Cuba en los ¨²ltimos meses.
La mayor¨ªa de los especialistas consultados por este peri¨®dico en Estados Unidos tienen hoy la impresi¨®n de que el levantamiento del embargo comercial a Cuba acelerar¨ªa dr¨¢sticamente el ritmo de las reformas econ¨®micas t¨ªmidamente introducidas por el r¨¦gimen de Fidel Castro y, como consecuencia, empujar¨ªa tambi¨¦n las transformaciones pol¨ªticas que la comunidad internacional reclama en la isla comunista de Am¨¦rica.
Hacerlo o no hacerlo es decisi¨®n del Gobierno norteamericano, que sigue valorando prioritariamente los efectos pol¨ªticos internos que, una decisi¨®n de ese calibre tendr¨ªa, espec¨ªficamente el riesgo de que el desbloqueo de Cuba volcase del lado de la oposici¨®n el voto de la comunidad cubano -norteamericana y, con ¨¦l , el del fundamental Estado de Florida.
Esta situaci¨®n puede, sin embargo, no ser permanente. Desde que Bill Clinton anunci¨® el levantamiento de! embargo econ¨®mico a Vietnam, algo ha empezado a moverse en Washington en relaci¨®n con Cuba. Algo discreto, inapreciable desde los titulares de los peri¨®dicos, pero visible entre los grupos de presi¨®n que manejan el asunto en los pasillos del Congreso.
En el Capitolio, parlamentarios favorables al desbloqueo de Cuba buscan alianzas con otros congresistas dem¨®cratas, especialmente aquellos de origen mexicano que no perdonan a los cubano-norteamericanos su oposici¨®n al Tratado de Libre Comercio, para impulsar iniciativas legislativas en contra del embargo. Charles Rangel, congresista por Nueva York, ha pedido esta semana a la C¨¢mara de Representantes que "se ponga fin a la guerra fr¨ªa en el hemisferio" y se levante el embargo a Cuba.
Integraci¨®n regional
Rangel es un conocido abogado de esa causa, pero Bill Richardson, el n¨²mero tres de la jerarqu¨ªa dem¨®crata en el Congreso y aliado tradicional de los partidarios del embargo, ha dicho esta semana por primera vez, respecto a Cuba, que "hay que tener en cuenta que el hemisferio norteamericano se est¨¢ moviendo hacia el libre comercio y la integraci¨®n regional" y ha pedido "un di¨¢logo m¨¢s constructivo" sobre las relaciones con La Habana.Entre los que act¨²an por el lado de los grupos de presi¨®n, Wayne Smith, antiguo jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana y director de Cuba Exchange, de la Universidad de John Hopkins, afirma que el embargo a Cuba es insostenible porque han desaparecido ya las razones que verdaderamente lo justificaban: Cuba retir¨® sus tropas de ?frica, ha cesado su apoyo a grupos guerrilleros latinoamericanos y ha reducido dr¨¢sticamente sus lazos militares con Rusia. En definitiva, ha dejado de ser una amenaza para los intereses de Estados Unidos.
Un portavoz del Departamento de Estado insiste, no obstante, en que no existen planes de levantar el bloqueo a Cuba porque "¨¦sta es la mejor herramienta que tiene el Gobierno norteamericano para que los cubanos adopten reformas en su pol¨ªtica de derechos humanos". El Gobierno norteamericano sigue manteniendo que la suerte de Fidel Castro est¨¢ echada y su ca¨ªda es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo.
Cuando Bill Clinton explic¨® las razones del levantamiento del embargo a Vietnam dijo que cuanto mayor fuese la presencia econ¨®mica de Estados Unidos en ese pa¨ªs, m¨¢s posibilidades tendr¨ªa de presionar para el esclarecimiento de la suerte de los desaparecidos de guerra. Trasladado ese argumento a Cuba, parece evidente que cuanto mayor sea la dependencia econ¨®mica de Cuba de Estados Unidos, mayor ser¨¢ tambi¨¦n la capacidad de este pa¨ªs de presionar por los cambios pol¨ªticos.
El portavoz del Departamento de Estado afirma que, a diferencia de Vietnam, "Cuba no ha hecho absolutamente nada para merecerlo". Los acontecimientos de los ¨²ltimos meses desmienten ese punto de vista. Los signos de cambios en Cuba son t¨ªmidos y contradictorios todav¨ªa, pero quiz¨¢ suficientes para aprovecharlos como rendija por la que introducir mayores reformas.
El presidente Castro asegur¨¦ en un discurso a finales de diciembre: "Creo que tenemos que hacer algunas concesiones, y las vamos a hacer". La ofensiva comercial cubana hacia los mercados de Am¨¦rica Latina, Chile y Colombia especialmente, ha sido particularmente apreciable en los ¨²ltimos meses, y un portavoz de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington afirma que "las reformas econ¨®micas que el Gobierno est¨¢ introduciendo van en la direcci¨®n de adaptar la econom¨ªa cubana a las actuales circunstancias del mundo".
Las propias autoridades cubanas admiten que el levantamiento del embargo norteamericano "impulsar¨ªa esas reformas", seg¨²n un portavoz oficial en Washington. Pensar que, junto a eso, Fidel Castro va a reconocer que tras las reformas econ¨®micas llegar¨¢n las reformas pol¨ªticas es todav¨ªa pedir demasiado, pero expertos en la situaci¨®n cubana no tienen dudas de que as¨ª ocurrir¨¢.
"Si lo que pedimos es que haya cambios en el sentido de elecciones libres o legalizaci¨®n de partidos pol¨ªticos, es verdad que eso no ha ocurrido. Pero, de acuerdo a los est¨¢ndares cubanos, el hecho de que el Gobierno no quiera vigilar cada m¨ªnimo movimiento econ¨®mico es un cambio, y el hecho de que el Gobierno suelte un poco la mano es tambi¨¦n un cambio pol¨ªtico", afirma Jorge Dom¨ªnguez, miembro del Di¨¢logo Interamericano.
Bill Clinton sostuvo tambi¨¦n su decisi¨®n respecto a Vietnam sobre la base de abrir un mercado necesario para las exportaciones norteamericanas. El congresista Rangel asegura que los exportadores estadounidenses est¨¢n perdiendo 2.000 millones de d¨®lares al a?o por culpa de la pol¨ªtica de la Administraci¨®n respecto a Cuba. Por su parte, un portavoz oficial cubano asegura que el Gobierno de su pa¨ªs comprar¨ªa en el mercado norteamericano productos alimentarios b¨¢sicos en la dieta cubana, como arroz y pollo, para ahorrarse el alto coste del transporte desde los actuales puntos de origen de esos productos, Europa y China.
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