N¨²?ez no quiere hipotecar al Barcelona con la renovaci¨®n de la plantilla exigida por Cruyff
No hay otra alternativa en el Bar?a que aguardar como sea al final de temporada, porque no se vislumbran medidas a cortoplazo para atajar la crisis. Cualquier soluci¨®n est¨¢ en manos de una plantilla puesta en entredicho por su entrenador. La directiva no cuestiona la continuidad de Johan Cruyff aunque s¨ª su m¨¦todo. Dice el t¨¦cnico que la salida es renovar el equipo. El presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez cree que atender la lista de peticiones de Cruyff, encabezada por Fran, Ca?izares y Garitano, significar¨ªa hipotecar al club.
N¨²?ez recela de los ¨²ltimos fichajes del entrenador y no quiere malgastar m¨¢s dinero. La econom¨ªa de la entidad no da para muchos dispendios. La marcha de la Fundaci¨®n es m¨¢s lenta de lo previsto."Quien ha capitalizado la gloria sabr¨¢ c¨®mo sacarnos tambi¨¦n de la miseria". El diagn¨®stico, que tiene a Cruyff como punto de referencia, corresponde, a uno de los directivos m¨¢s pr¨®ximos a N¨²?ez. Las relaciones entre el presidente y el entrenador se han tensado desde que Cruyff adivina un inter¨¦s en N¨²?ez por especular con su futuro.
La difusi¨®n de que el t¨¦cnico hab¨ªa sufrido ciertos problemas en su coraz¨®n y que aspiraba a un cargo de despacho una vez terminara su contrato en junio de 1995 provoc¨® un desmentido categ¨®rico y, acto seguido, una caza de brujas para conocer el emisor de la noticia.
N¨²?ez, que en su d¨ªa medit¨® la posibilidad de no renovar el contrato de Cruyff, recela tanto del entrenador como el entrenador del presidente. El t¨¦cnico inst¨® ya el a?o pasado al m¨¢ximo dirigente a renovar la plantilla, y la directiva se opuso por cuestiones financieras y profesionales. Cruyff ha insistido esta temporada y N¨²?ez contin¨²a mostr¨¢ndose reticente.
El presidente entiende -de acuerdo a opiniones expresadas a directivos de su confianza- que el entrenador se ha equivocado en los ¨²ltimos fichajes (Witschige, Pablo, Iv¨¢n, Estebaranz) y que, adem¨¢s, el club ha tenido que recurrir a f¨®rmulas ingeniosas para cubrir incorporaciones millonarias como la de Romario. Tal situaci¨®n le hace mostrarse precavido ante la demanda de Cruyff.
El entrenador ha solicitado de cuatro a cinco refuerzos. La lista la encabezan Ca?izares, Fran y Garitano. Hay otras posibilidades, como las de Caminero, Soloz¨¢bal, Aldana o Juanele. La agenda comprende pr¨¢cticamente a todo los j¨®venes valores del f¨²tbol espa?ol. Los t¨¦cnicos, adem¨¢s, est¨¢n peinando Europa. Interesa la continuidad de Laudrup, se da por segura la de Romario, no se plantea rescindir el contrato de Koeman y se negociar¨¢ el traspaso de Stoichkov.
La cantera debe cubrir los huecos. Cruyff piensa en contar con cinco o seis jugadores de los equipos inferiores para la pr¨®xima temporada. La continuidad de Salinas, Juan Carlos y Eusebio, jugadores que acaban contrato -al margen de Zubizarreta y Laudrup- est¨¢ pr¨¢cticamente descartada.
N¨²?ez ha encargado a la comisi¨®n econ¨®mica un plan de inversi¨®n que contempla como amortizaci¨®n los fichajes m¨¢s urgentes, pero no est¨¢ dispuesto a atender todas las peticiones del entrenador ni en el cap¨ªtulo de altas ni en el de bajas. El club tiene solvencia y liquidez, pero la directiva no quiere endeudarse con operaciones ciegas. "Nos interesan jugadores buenos, bonitos y baratos", sintetiz¨® un vicepresidente, "es decir, que acaben contrato o tengan cl¨¢usulas de rescisi¨®n asumibles o, en su defecto, que sus clubes de procedencia est¨¦n dispuestos a cambiar trigo por pan
El presidente entiende que los fichajes que mejor resultado le han dado al club han sido los que consult¨® a t¨¦cnicos ajenos al club (Javier Clemente, Luis Aragon¨¦s o Bobby Robson) en el momento del aterrizaje de Cruyff en el Camp Nou. Quiz¨¢ ahora adopte la misma f¨®rmula antes de acceder a las peticiones del entrenador holand¨¦s.
Cruyff ha perdido liderazgo respecto al plantel. La situaci¨®n est¨¢ tan deteriorada, seg¨²n Cruyff, que se impone el bistur¨ª. Pero ahora, a diferencia de antes, se muerde la lengua p¨²blicamente, porque sabe que est¨¢ en manos de los jugadores.
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