Un directivo bancario relaciona a Bertr¨¢n de Caralt con las inversiones con DNI falsos
La Audiencia de Barcelona sent¨® ayer en el banquillo al primer acusado por el supuesto fraude fiscal de 2.000 millones de pesetas con DNI falsos. Ram¨®n Miguel Girabert, directivo del Banco Santander, relacion¨® las inversiones realizadas con los mencionados DNI y las empresas av¨ªcolas del grupo de Bertr¨¢n de Caralt, acusado por el fiscal de ser el verdadero inversor. Bertr¨¢n, empresario emblem¨¢tico de la burgues¨ªa catalana que declarar¨¢ hoy o ma?ana, coment¨® en un descanso: "Ojal¨¢ el dinero hubiera sido m¨ªo".
A preguntas de la acusaci¨®n, el subdirector del ¨¢rea de grandes empresas del Banco de Santander respondi¨®: "Si todos los riesgos se amparaban en el aval de Bertr¨¢n, en alg¨²n sitio estar¨¢ la conexi¨®n. Si no, no s¨¦ por qu¨¦ era avalador".La primera sesi¨®n del juicio empez¨® con m¨²ltiples alegaciones de los defensores de los 17 acusados, que se enfrentan a una petici¨®n de 69 a?os de c¨¢rcel. La mayor¨ªa de los letrados solicitaron la nulidad del procedimiento, rechazada despu¨¦s por el tribunal. Girabert dej¨® claro que la pr¨¢ctica de invertir cantidades de dinero con simples fotocopias de DNI y con una carta de inversi¨®n, sin comprobar la identidad del inversor, se hizo desde 1988 "por la confianza" que merec¨ªa Timoteo Ram¨ªrez, que fue quien aport¨® las fotocopias. Ram¨ªrez es uno de los hombres de confianza de Bertr¨¢n, para el que trabaja desde hace a?os. La acusaci¨®n argumenta que Bertr¨¢n de Caralt -a trav¨¦s de la colaboraci¨®n del empleado Timoteo Ram¨ªrez, de Manuel Ribas y de Jaime Parera- ide¨® un sistema para ocultar a Hacienda sus inversiones y eludir el pago de impuestos.
Girabert afirm¨® que conoci¨® a Ram¨ªrez en el a?o 1984 porque era uno de los gestores de las empresas de Bertr¨¢n de Caralt. "Se ven¨ªan manteniendo operaciones en torno a los 2.000 millones".
Girabert concret¨® que la mayor¨ªa de las operaciones de activos estaban avaladas por Bertr¨¢n. Ante la evidencia de que esa declaraci¨®n perjudicaba a Bertr¨¢n, su abogado defensor pregunt¨® a Girabert si ten¨ªa constancia de que su cliente fuese el principal accionista de las empresas. Y Girabert contest¨®: "No me consta. Pero todas las operaciones impostantes estaban avaladas por ¨¦l".
El modo de operar era siempre el mismo. Ram¨ªrez le comunicaba mediante una llamada telef¨®nica que le iban a llevar la documentaci¨®n y el dinero para una inversi¨®n. Posteriormente, a la entidad acud¨ªa un empleado de Ram¨ªrez (Jaime Parera) con la carta de inversi¨®n, la fotocopia de un DNI y los talones. El banco, sin m¨¢s, proced¨ªa a la inversi¨®n y s¨®lo comprobaba que la firma de la carta y la del DNI fuese la misma. Y como reconoci¨® ayer el misma Girabert, ignoraba qui¨¦n era la persona cuyos datos se utilizaban.
Lo mismo ocurr¨ªa cuando se proced¨ªa a la desinversi¨®n: volv¨ªa a acudir Parera con el recibo ya escrito y firmado en un documento particular -no del banco- y se les entregaba el dinero, siempre en cantidades muy fraccionadas y en cheque al portador. "Oiga, y si el inversor del DNI utilizado hubiera aparecido para cobrar, ?qu¨¦ hubiera hecho?", pregunt¨® e fiscal. "Nada, no lo hubiese podido justificar", reconoci¨® Girabert. En varias ocasiones insisti¨® en que la pr¨¢ctica se admiti¨® por la confianza en Ram¨ªrez y que ignoraba el enga?o de los DNI.
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