Salud y deporte
Lo siento, pero no lograr¨¢n convencerme de que el deporte es sano. Aunque no niego que pueda ser saludable corretear de vez en cuando, tomando ciertas precauciones, por una pradera soleada, o pedalear, sin esforzarse demasiado, una vez a la semana y convenientemente alejado del tr¨¢fico.Se pongan como se pongan, no puede ser sano correr los 42 kil¨®metros del marat¨®n sobre el asfalto sabiendo que el primer practicante de la especialidad, un soldado griego bastante bien entrenado, muri¨® a consecuencia del esfuerzo. Y eso que corr¨ªa en solitario, sin el riesgo adicional de ser aplastado por 2.500 atletas urbanos vestidos en tonos fosforescentes y rigurosamente, numerados.
Mi incredulidad es una secuela de mi infancia, cuando la pr¨¢ctica del f¨²tbol colegial, patio de cemento y porter¨ªas de hierro forjado, me produjo incontables hematomas, cientos de esguinces, sofocones y heridas cuyas cicatrices a¨²n pueden apreciarse si alguien se toma la molestia de echar una ojeada a mis espinillas.
Hacer yoguing es para m¨ª hacer el oso. As¨ª lo pienso cuando contemplo el sufrido trote matinal de los corredores de carril-bus que aspiran con fruici¨®n masoquista los escapes de los autobuses, emparedados entre dos veh¨ªculos de la EMT o corriendo en pos de un autob¨²s de transporte escolar, sin demasiadas garant¨ªas de alcanzarlo, para darles un escarmiento a los jodidos ni?os que hacen cuchufletas desde la ventanilla trasera. Todo esto antes de ir a trabajar y pr¨¢cticamente en ayunas.
No es momento de gastar bromas acerca de los sufridos ciclistas que ejercitan su derecho leg¨ªtimo al pedaleo en transitadas carreteras y autopistas con determinaci¨®n de kamikazes. Tampoco estar¨ªa bien ensa?arse con esos san¨ªsimos monta?eros aficionados que acostumbran a extraviarse en los riscos de la sierra todos los fines de semana que las condiciones meteorol¨®gicas se lo permiten.
Sigo creyendo firmemente que hacer deporte causa muchas m¨¢is v¨ªctimas anuales que no hacerlo, y eso que, para no apabullar a los defensores de la tesis contraria, no he incluido en mi lista los miles de meniscos que ruedan por los suelos en cada jornada de liga, los cacharrazos profesionales de los motoristas y automovilistas federados, los ataques de ci¨¢tica de los jugadores de golf y los saludables batacazos de esos chalados que se entregan al puenting, el cuelging, el parapenting y dem¨¢s especialidades volanderas.
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