La gran noche del marrano de Echanove

"Tengo unas ganas tremendas de hacerlo", dec¨ªa anoche Juan Echanove parafraseando a Roc¨ªo Jurado. Eran sus ¨²ltimas palabras antes de pisar el escenario en el que estren¨® El cerdo, versi¨®n teatral de Estrategia para dos jamones, de Raymond Cousse, que. anoche lleg¨® al teatro Alb¨¦niz, de Madrid. All¨ª, al igual que en los teatros que ha recorrido en su gira, recibi¨® los aplausos de un p¨²blico que a la salida afirmaba estar acongojado. Despu¨¦s, como si de un ceremonial autofagocitador se tratara, dio una fiesta a sus amigos ¨ªntimos en la que s¨®lo se consumi¨® derivados del cerdo.

Vino Pata Negra, jam¨®n, lomo, salchich¨®n, chicharrones, mortadela, morcilla y butifarra (tra¨ªda en la tarifa mini Barcelona-Madrid por la productora Fagot, responsable del espect¨¢culo junto con La Llave Maestra, otra productora detr¨¢s de la que est¨¢ el propio Echanove) fueron los ¨²nicos productos en la fiesta privada que ofreci¨® el actor.Tanto en ella como en el estreno estuvieron famosos y caras conocidas como Carlos Saura, Antonio Gala, Juanjo Men¨¦ndez, Pedro Mari S¨¢nchez, Antonio Gim¨¦nez Rico, Juan Francisco Marco (director general del INAEM), Jos¨¦ Luis Alonso de Santos, Tina Sainz, Vicente Aranda, Jos¨¦ Coronado, Luis Eduardo Aute, V¨ªctor Manuel o Pastora Vega.

Echanove afirmaba estar encantado de ver a todos los amigos: "Es tremendo para m¨ª comprobar que hay gente que me quiere, quiz¨¢ sea lo m¨¢s importante". No obstante, el que parec¨ªa m¨¢s amigo era Jos¨¦ Luis Castro, director del espect¨¢culo, ya que las primeras palabras que pronunci¨® Echanove cuando sali¨® de escena tras recibir las ovaciones, fueron: "Gracias, Castro". Despu¨¦s, mientras se duchaba, s¨®lo le retumbaba un nombre en la cabeza, tal y como ¨¦l declar¨®: "Castro, Castro, Castro...".

Eso s¨ª, mientras recib¨ªa a casi multitudes en su camerino, lo que le golpeaba en la mollera era otra cosa: "Ma?ana tengo que hacerlo, ma?ana tengo que hacerlo". Quiz¨¢ se deb¨ªa a que, tras 78 funciones de este espect¨¢culo a las espaldas, comprob¨® anoche lo que es actuar en Madrid: "Cre¨ªa que no me iba a ocurrir, pero ha sido tremendo ver c¨®mo en la segunda escena me han empezado a temblar las canillas: representar en esta ciudad es algo tan grande que hasta fisiol¨®gicamente te trastorna".

Nervios

No s¨®lo ¨¦l estuvo nervioso. Jos¨¦ Luis Castro, que hace tres meses sufri¨® dos infartos, tambi¨¦n ten¨ªa la procesi¨®n por dentro. Al empezar Echanove la segunda escena, Castro se meti¨® una cafinitrina al cuerpo, no porque tuviera miedo de otro ataque, sino s¨®lo para prevenir: "Es tremendo saber que ¨¦l est¨¢ ah¨ª afuera y que no puedes hacer nada para apoyarle, s¨®lo estar aqu¨ª dici¨¦ndole ?¨¢nimo, ¨¢nimo!".Tambi¨¦n acudi¨® el m¨²sico del espect¨¢culo, Paco Aguilera, quien tuvo que recibir seis o siete felicitaciones por la escenograf¨ªa que nunca hab¨ªa realizado. Quien no pudo asistir fue el responsable de la versi¨®n, Antonio Andr¨¦s Lape?a, que mand¨® un fax desde Barcelona donde est¨¢ interpretando una obra de Ch¨¦jov.

Quiz¨¢ lo m¨¢s tierno de la noche fue ver a Echanove preparando todo su ritual porcino en los camerinos del teatro Alb¨¦niz, en los que hac¨ªa ejercicios que iban desde el levantamiento de pesas hasta la concentraci¨®n para convertirse en un marrano, pasando por un atropellado maquillaje que consist¨ªa en embadurnarse de una masa guarra todo el cuerpo.