Tiempos de integracion
"Olvidemos el transcurrir del tiempo, / olvidemos el conflicto de opiniones. / Apelemos al infinito / y llevemos all¨ª nuestras posiciones " (Tzuang Tzu).Sigo con inter¨¦s el debate socialista y veo que est¨¢ en armon¨ªa con los tiempos que vivimos. Los socialistas estamos pasando una crisis de integraci¨®n. Fil¨®sofos y psic¨®logos explican c¨®mo a los periodos de integraci¨®n y de unidad del ser humano, de la sociedad y de la historia de la humanidad suceden periodos de diferenciaci¨®n y desuni¨®n que dan lugar a una nueva integraci¨®n en un plano m¨¢s complejo. Por lo visto, en alg¨²n momento del proceso que va de la integraci¨®n a la desintegraci¨®n aparece, a veces en nuestro subconsciente, a veces en nuestra conciencia, lo que llamamos "sentimiento de culpa", que es el punto de inflexi¨®n en el que se inicia el trabajo creativo. Las crisis de integraci¨®n son consecuencia de la necesidad que tiene nuestra especie de adaptarse a circunstancias cambiantes.
Hay muchos ejemplos de la realidad de este proceso, pero voy a fijar la atenci¨®n en dos casos que reflejan la parte negativa y positiva del mismo. Uno de los m¨¢s extremos de desintegraci¨®n es el de los Balcanes. Su unificaci¨®n se realiz¨® por la fuerza de las armas tras la Il Guerra Mundial, y pens¨¢ndolo bien, ?de qu¨¦ otra forma pod¨ªan manifestar su diferenciaci¨®n si no era a trav¨¦s de las armas? Ya lo dijo el poeta: aquellos" barros trajeron estos Iodos. Hacerlo de otra manera requerir¨ªa un grado m¨¢s en la conciencia individual y colectiva de serbios, croatas y musulmanes. Este grado m¨¢s de conciencia ya existe, de hecho, en el coraz¨®n de algunos de ellos, en el de aquellos pocos. que se han mezclado pasando por alto el pedigr¨ª. La semilla ya est¨¢ puesta. El universo en que vivimos es tan sabio que no crea problemas sin crear al mismo tiempo soluciones. A los espa?oles nos cost¨® un mill¨®n de muertos, tres a?os de guerra civil y cuarenta a?os de dictadura comprender que la diferencia se puede expresar por otros caminos distintos al de las matanzas y los odios. Y todav¨ªa hoy quedan algunos que no lo comprenden as¨ª.
El otro ejemplo es el de los jud¨ªos y palestinos. Por primera vez en mucho tiempo los l¨ªderes se han dado la mano y han ex presado, con el benepl¨¢cito de parte importante de sus respectivas sociedades, que quieren y pueden vivir juntos sin tener que odiarse necesariamente. Han emprendido la parte positiva de un proceso de integraci¨®n que se augura lleno de dificultades; pero es posible que las dificultades les vuelva m¨¢s comprensivos y tolerantes, que es precisamente de lo que se trata. Tolerar el antagonismo es una de las cosas m¨¢s dif¨ªciles en pol¨ªtica y tambi¨¦n de las m¨¢s creativas. En los seres humanos, tolerar nuestros impulsos de destrucci¨®n nos permite disfrutar de nuestra capacidad credora.
Los socialistas, en nuestra crisis de integraci¨®n, estamos pasando por la fase de destrucci¨®n de la unidad que hab¨ªamos mantenido hasta el momento presente. Hemos pasado muchos a?os hablando a trav¨¦s de una voz y con un mismo mensaje, impidiendo que las diferencias internas se manifestaran fuera de nuestro entorno. Las razones de este comportamiento ser¨¢n muchas; en realidad, tantas como militantes. Entre ellas encontraremos el temor a la divisi¨®n del partido (la desintegraci¨®n), que la sociedad recibiera mensajes contradictorios (el caos), no salir en la foto (el ego), contradecir al l¨ªder (sentir rechazo), etc¨¦tera. Razones sociales y personales que reflejar¨¢n, cada una a su manera, la importancia que hemos dado a la unidad para trabajar como grupo social.
Nuestro instinto de grupo nos est¨¢ llevando a manifestar ahora nuestras diferencias, quiz¨¢s porque estamos convencidos de que la diversidad de pensamiento enriquecer¨¢ al partido, permiti¨¦ndonos llegar a sectores m¨¢s amplios de la sociedad. De alguna manera, estamos siendo guiados por nuestro instinto de adaptaci¨®n. Si manifestamos la diferencia con sentido del humor porque re¨ªrse sienta bien, con cari?o porque no hay droga m¨¢s poderosa que el amor para resta?ar heridas y con respeto hacia las ideas de los dem¨¢s porque son tan importantes como las de uno mismo, habremos puesto las semillas necesarias para emprender la fase creativa del proceso de integraci¨®n con buen pie. La unidad es importante para el trabajo en grupo; la diversidad, para el trabajo creativo. Son complementarios.
Si salimos fuera del c¨ªrculo socialista y miramos a nuestro alrededor, vemos que los espa?oles tambi¨¦n estamos pasando una crisis de integraci¨®n. La sociedad espa?ola ha cambiado tanto en la ¨²ltima d¨¦cada y media que a veces, cuando miramos atr¨¢s, no logramos reconocernos. Adaptamos a las nuevas circunstancias nos est¨¢ llevando a un cambio en nuestras relaciones sociales. Hasta ahora, las reglas del juego han venido marcadas por la lucha entre contrarios: Gobierno oposici¨®n, empresarios- sindicatos, sindicatos-Gobierno, derechas-izquierdas, capitalismo-socialismo, etcetera. Tanto nos enzarzamos en defender nuestras posiciones, que al final nos olvidamos de que toda lucha de contrarios tiene lugar siempre en un contexto m¨¢s amplio de cooperaci¨®n: los intereses globales de nuestra especie, los del territorio donde vivimos, el buen funcionamiento de la empresa para que genere trabajo, etc¨¦tera. Si alzamos nuestra vista y miramos un poco m¨¢s lejos, los contrarios terminan siendo complementarios -para que luego digamos que la vida no tiene magia-, cuyo juego -por no llamarlo lucha- conforma el car¨¢cter de nuestro pueblo, nuestra idiosincrasia.
Nuestro instinto de adaptaci¨®n a los cambios, a sus ritos y sus ciclos, nos est¨¢ llevando a cambiar las reglas del juego social. El proceso de integraci¨®n en la sociedad espa?ola est¨¢ rebasando el punto de inflexi¨®n para empezar el trabajo constructivo. S¨®lo necesitamos conseguir un grado m¨¢s en la evoluci¨®n de nuestra conciencia individual y colectiva. Quiz¨¢s deber¨ªamos hacer de la necesidad virtud y dar la bienvenida a la crisis, pues, como perro que se quita las pulgas, nos servir¨¢ para disolver h¨¢bitos y pensamientos que nublan nuestro esp¨ªritu y nuestro entendimiento. Esta crisis de integraci¨®n nos llevar¨¢ a adquirir un grado m¨¢s de conciencia, lo que, dicho en t¨¦rminos sencillos, ser¨¢ como volvernos m¨¢s listos y m¨¢s guapos.
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