Morosos en pie de guerra
Una sentencia estima que los m¨¦todos del 'cobrador del frac' atentan contra la intimidad
Los m¨¦todos utilizados por el cobrador del frac -un terno negro para dar solemnidad a la reclamaci¨®n, un coche lleno de distintivos y el montaje de una escena que no pase inadvertida- para conseguir que los morosos paguen sus deudas han sido considerados por un juez de Bilbao "un ataque contra el honor y la intimidad". El titular del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 10 ha condenado por vez primera a la empresa Norcobros, SL, y a uno de sus empleados a abonar ocho millones de pesetas a un empresario que les denunci¨® por exigirle a gritos el pago de una deuda de dos millones de pesetas.Al denunciante, J. A. F., de 47 a?os, los agentes del cobrador del frac no le van a molestar m¨¢s. "Y esto es s¨®lo el principio porque ahora les van a empitonar por todas partes", indica con la sonrisa en la boca y en tono amenazante este industrial inmobiliario de Bilbao. La noticia le pill¨® ayer de sopet¨®n en Madrid. Radiante y satisfecho, J. A. F. prefiere mantenerse en el anonimato. Desde un c¨¦ntrico hotel asegur¨®, sin embargo, que est¨¢ "dispuesto a montar un chocho para que salgan a relucir otros casos mucho m¨¢s sangrantes". La idea ya le ronda la cabeza, y la nueva embestida tiene una tarjeta de presentaci¨®n concreta: Asociaci¨®n Nacional de Afectados del Frac (Anafrac).
Este bilba¨ªno, casado y con tres hijos y dedicado toda su vida al negocio inmobiliario, no olvidar¨¢ nunca el final del a?o 1992. Aquel d¨ªa de diciembre en el que los que califica de "dos profesionales de los bajos fondos" llegaron a su oficina "para cobrar". Convertido en moroso a la fuerza, J.A.F. no daba cr¨¦dito. "Aparecieron dos elemenos... ?Uf!, uno de ellos grande, muy grande, de los que se comen a los hombres crudos", relata con seriedad.
A partir de ah¨ª todo fue una "pesadilla" para ¨¦l y su familia: llamadas telef¨®nicas groseras y en tono amenazante, visitas a domicilio a bombo y platillo, aporreamiento de puertas... "Imag¨ªnate, hasta le rompieron un dedo a mi mujer", asegura. "Despu¨¦s de la sentencia, todo suena muy cachondo, pero haber vivido esta pesadilla es tremendamente delicado, porque no sabes c¨®mo vas a reaccionar y la paciencia se agota".
En sus argumentos jur¨ªdicos, la sentencia rechaza la difusi¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica de una persona "con la clara intenci¨®n de obligarle al pago". El argumento del juzgado es que se le provoca un perjuicio mucho mayor", porque en la puerta de su negocio un individuo vestido "tan llamativamente" anuncia al que se acerca el peligro que corre entrando en el local de un moroso.
"No se pueden consentir coacciones de esa naturaleza", afirma taxativamente el abogado Jos¨¦ Miguel S¨¢ez Santurt¨²n, que asumi¨® la defensa del denunciante. "El que debe, que pague. Si no lo hace, que se lo reclamen ante los tribunales". Y el letrado a¨²n va m¨¢s lejos: "Admito la gesti¨®n de cobros, pero no que monten numeritos; es un ejercicio arbitrario que, en mi opini¨®n, es anticonstitucional".
La sentencia no cierra la disputa. Norq0bros anunci¨® ayer su intenci¨®n de presentar un recurso de apelaci¨®n contra el fallo judicial.
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