"Chiapas nos obliga a modernizar m¨¢s la econom¨ªa mexicana
Jaime Serra Puche piensa que el conflicto de Chiapas y el Tratado de Libre Comercio (TLC) van por caminos diferentes, pero advierte que la soluci¨®n a los problemas, de su pa¨ªs pasa por la modernizaci¨®n econ¨®mica.
Jaime Serra, secretario de Comercio de M¨¦xico, de 43 a?os y doctor en Econom¨ªa por la Universidad de Yale (EE UU), fue el hombre elegido por el presidente Carlos Salinas de Gortari para dirigir la estrategia de ingreso de M¨¦xico en el Tratado de Libre Comercio (TLC) de Am¨¦rica del Norte. Tambi¨¦n ha sido, como miembro del equipo de tecn¨®cratas que ha gobernado M¨¦xico en estos ¨²ltimos cinco a?os, una de las personas claves en la transformaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs.Nieto por parte de padre del fil¨®sofo espa?ol Jaime Serra Hunter, que fue rector de la Universidad de Barcelona, y por parte de madre del m¨¦dico Jos¨¦ Puche Alvarez, que fue rector de la Universidad de Valencia, ambos republicanos, Serra Puche estima que es injusto que un problema como el del Chiapas,_que ¨¦l cree que comenz¨® hace cinco siglos, se le quiera achacar a un Gobierno que apenas lleva cinco a?os al frente de la administraci¨®n mexicana.
Pregunta. ?En qu¨¦ medida los sucesos de Chiapas afectan a la puesta en marcha del TLC?
Respuesta. El TLC est¨¢ operando con absoluta normalidad. En los primeros d¨ªas de enero me reun¨ª aqu¨ª en M¨¦xico con Mickey Kantor y con el ministro Roy MacLaren, representantes comerciales de EE UU y Canad¨¢ con el prop¨®sito de echar a andar todos los comit¨¦s, subcomit¨¦s y grupos de trabajo que contempla el TLC. Lo cierto es que no hay ning¨²n obst¨¢culo o indicio de que el TLC tenga problemas con motivo de este asunto de Chiapas.
P. ?No es un mal comienzo que el d¨ªa de la entrada en vigor de este tratado estalle en M¨¦xico un conflicto guerrillero?
R. Son dos cosas independientes. El TLC es un instrumento que rige el comercio entre M¨¦xico, EE UU y Canad¨¢, y el asunto de Chiapas es local, del sur de M¨¦xico y con tintes de toda naturaleza.
P. ?Y todo esto no afecta a la pol¨ªtica de modernizaci¨®n del presidente Salinas?
R. Pienso que este suceso nos obliga a profundizar a¨²n m¨¢s en la modernizaci¨®n de nuestra econom¨ªa. La pol¨ªtica del presidente Salinas, a trav¨¦s de la estabilidad de precios y de la apertura de la econom¨ªa, lo que hace es ayudar al proceso de redistribuci¨®n del ingreso. Por lo tanto, debemos de profundizar en esas medidas justamente para resolver los problemas hist¨®ricos de M¨¦xico en materia de redistribuci¨®n y de pobreza.
P. De todas formas, hay muchas voces cr¨ªticas que dicen ue ustedes los tecn¨®cratas han descuidado el lado social del pa¨ªs.
R. Bueno, yo creo que para decir eso hay que poner sobre la mesa los argumentos. Cuando hab¨ªa inflaci¨®n, se deterioraban los ingresos de los que menos ten¨ªan y cuando la econom¨ªa estaba cerrada las empresas operaban con grandes m¨¢rgenes de ganancias y con muy bajos vol¨²menes de producci¨®n. Con la estabilidad de precios que hemos alcanzado, los ingresos reales de los trabajadores est¨¢n protegidos, y con la apertura se han disminuido los m¨¢rgenes de ganancia y han aumentado los vol¨²menes de producci¨®n. Ambas cosas ayudan a corregir distribuci¨®n del ingreso. Lo que no es justo es que problemas de 500 a?os se le quieran achacar a pol¨ªticas de los ¨²ltimos cinco.
P. ?Cu¨¢l ha sido la reacci¨®n de sus dos ocios?
R. Tanto Kantor como MacLaren han dicho desde un primer momento que lo de Chiapas es un asunto interno que compete a M¨¦xico y sobre el que no est¨¢n obligados a dar su opini¨®n. La verdad es que la reacci¨®n de EE UU y Canad¨¢ ha sido muy normal. Todos los pa¨ªses ten¨¦mos problemas internos.
P. ?Y la Uni¨®n Europea?
R. Con la Uni¨®n Europea no hemos tenido grandes contactos en las ¨²ltimas semanas.
P. ?Ha habido alg¨²n resentimiento en las inversiones?
R. En 1993, para empezar, recibimos 15.600 millones de d¨®lares de inversi¨®n extranjera, tanto directa como en Bolsa o por registro. Ya en 1994, en enero alcanzamos r¨¦cord de entrada de d¨®lares al pa¨ªs y en los 11 primeros d¨ªas de febrero hemos conseguido tambi¨¦n batir el r¨¦cord hist¨®rico de atracci¨®n de capital exterior en tan poco tiempo. Esta es la realidad.
P. ?Cu¨¢l es el objetivo en estos momentos de la econom¨ªa mexicana?
R. Recuperar el crecimiento en este a?o, ya que tuvimos un crecimiento muy abatido en 1993. El Gobierno piensa que hay cuatro razones fundamentales que nos van ayudar a ello: la recuperaci¨®n del consumo, debido al regreso de impuestos con motivo del ¨²ltimo pacto social; la recuperaci¨®n de la inversi¨®n, ya que mucha inversi¨®n nacional se detuvo esperando a la votaci¨®n norteamericana del TLC en noviembre; la utilizaci¨®n del super¨¢vit primario que obtuvimos en 1993 en materia fiscal para aumentar gastos sin incurrir en d¨¦ficits tanto en los social como en la infraestructura, lo que tiene impacto multiplicador, y la disminuci¨®n muy notable de la tasa de inter¨¦s. Creo que en este a?o vamos a consolidar una inflaci¨®n alrededor de un 5%.
P. Uno de los aspectos del acuerdo firmado recientemente por los principales ocho partidos pol¨ªticos de este pa¨ªs tiene como objetivo evitar el resentimiento de la econom¨ªa.
R. Este acuerdo es muy importante porque se trata de un pacto de civilidad para este a?o de elecciones. Pero tambi¨¦n es muy importante que uno de sus prop¨®sitos sea procurar un ambiente de estabilidad para promover la inversi¨®n y el crecimiento. Es muy satisfactorio que todos los partidos mexicanos reconozcan la necesidad de que en M¨¦xico se consolide el sistema de estabilidad y la confianza para que el pa¨ªs crezca y pueda atender sus problemas sociales m¨¢s urgentes.
P. La moneda mexicana sigue fuerte. ?Hasta cu¨¢ndo va aguantar su apego al d¨®lar?
R. Con la pol¨ªtica cambiaria actual estamos recibiendo una cantidad enorme de d¨®lares y acumulando reservas de manera muy notable. Esta es una pol¨ªtica cambiaria creible, sostenible y que la sociedad, especialmente los inversores, aceptan. Ni por razones de balanza de pagos ni de competitividad veo presiones en estos momentos que induzcan a cambiar nuestra pol¨ªtica monetaria.
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