Sarajevo contiene el aliento
Los habitantes aprovechan el alto el fuego para pisar sin miedo las calles de la ciudad tras dos a?os de sitio
Los habitantes de la martirizada ciudad hacen uso de la menor ocasi¨®n que les ofrece el alto el fuego. Un cruce de calles en Sarajevo. Tres mujeres andan despacio sobre la nieve, vestidas con sus viejos abrigos de piel. Cruzan Vojvode Putnika por el punto exacto en el que docenas de cuerpos, v¨ªctimas de los francotiradores, han sido recogidos a lo largo de los dos a?os de guerra. Las mujeres charlan tranquilamente. El alto el fuego es respetado.O casi respetado. Horas m¨¢s tarde, un hombre fue abatido por la bala de un francotirador. Senad, un m¨¦dico del hospital de Kosevo, el principal de la ciudad, est¨¢ sorprendido por el presente silencio. No estallan las bombas, no hay gritos de dolor. "Es la primera vez desde que empez¨® la guerra que ha sido posible una tregua en Sarajevo", dice. En los pasillos vac¨ªos, las camillas est¨¢n alineadas contra la pared. S¨®lo uno de los quir¨®fanos se encuentra en emergencia. "Aqu¨ª sabemos que todo puede cambiar en cinco minutos", confirma. "Estamos preparados". Es innegable que Sarajevo ha cambiado. Cada ma?ana, las calles se llenan de transe¨²ntes. Los ni?os salen. En la calle Dalmatinska juegan en los toboganes. Sarajevo ha decidido vivir al margen de los eventuales ataques a¨¦reos, a pesar de que todos piensan en la noche del domingo. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si los serbios deciden castigar la ciudad? "No quiero pensar en ello", dice Sania. "No quiero ser defraudada otra vez. De modo que salgo a pasear pac¨ªficamente con mis amigos durante la tregua.
15 bajo cero en casa
Son tan agradables ahora las calles de Sarajevo!. Y m¨¢s, con el fr¨ªo que hace en las casas. Es muy duro quedarse bajo techo a 15 grados bajo cero, sin calefacci¨®n de ning¨²n tipo". Sanja tiene 20 a?os. No quiere creer que finalmente Europa haya decidido acudir en su ayuda. "Si las fuerzas de la OTAN vienen y bombardean a los serbios, s¨¦ que no es para salvarme, sino para asustar a Zhirinovski, para reelegir a Clinton... No tengo ilusiones. S¨®lo quiero vivir en paz".La capital bosnia ha perdido su confianza en la comunidad internacional. Su capacidad de esperanza ha sido demolida por dos a?os de sitio, de bombas y de dolor. Prefiere olvidar que el futuro existe, que la intervenci¨®n de los pa¨ªses occcidentales puede cambiar el curso de la guerra. Sarajevo vive al d¨ªa.
En este momento, los cascos azules trabajan en sus cuarteles y en la l¨ªnea del frente. Se hallan desplegados sin demasiado ¨¦xito, intentando controlar las armas pesadas. Mientras sus jefes negocian una soluci¨®n pac¨ªfica, ellos se preparan para lo peor. Intentan responder a la pregunta: ?contraatacar¨¢n los serbios si son bombardeados?
Si es as¨ª, las tropas de las Naciones Unidas deben estar preparadas. Los oficiales de cada batall¨®n han ordenado la elaboraci¨®n de planes para la defensa y el contraataque. Tal vez los cascos azules tengan que atrincherarse hasta que termine el diluvio, o, si se solicita, deban pasar a ser parte de la operaci¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica, ayudando a dirigir los aviones hacia sus objetivos o tomando control de determinadas posiciones.
Un joven teniente conf¨ªa su visi¨®n, lejos de la versi¨®n oficial: "La idea de los ataques a¨¦reos me gusta. Hemos sufrido disparos sin la posibilidad de responder a ellos. Algunos hombres de la monta?a [los serbios] necesitan una lecci¨®n. Las escenas de la carnicer¨ªa del mercado me cabrearon".
El teniente ha sido seducido por Sarajevo, donde ha hecho uno o dos amigos. Y a?ade: "S¨¦ que mis ¨®rdenes, en el caso de un ataque a¨¦reo, ser¨¢n las de evitar, si esto es posible, que la Armija [Ej¨¦rcito bosnio de mayor¨ªa musulmana] trate de aprovecharse de la situaci¨®n y ganar terreno.. Pero, honestamente, sena un gravisimo error por su parte no hacer uso de esa ocasi¨®n para atacar".
En la ciudad, los soldados bosnios no saben qu¨¦ pensar. Algunos si siquiera sue?an con la paz y no se encuentran preparados para dar sus vidas por la toma de una monta?a. Unos quieren salir de Bosnia, otros desean ganar la ¨²ltima batalla. "Si los aviones de la OTAN bombardean las posiciones serbias, ser¨ªa un apoyo perfecto en una buena ofensiva", asegura Zoran. "Nunca hemos tenido ese poder¨ªo". Sarajevo espera y contiene su aliento. Quedan horas para que acabe el ultim¨¢tum. Los aviones de la OTAN han estado patrullando los cielos m¨¢s de un a?o. Ahora vuelan bajo, eso es todo.
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