El Lion
Yo fui siempre gijon¨¦s, m¨¢s que lion¨¦s. La doble militancia no es demasiado ortodoxa para la preceptiva del arte de tertuliar. No quiere ello decir que est¨¦ prohibida, y hay incluso jurisprudencia en contrario. Pero no faltan te¨®ricos de la tertulia que ven con malos ojos que una persona sea asiduo contertulio en diferentes caf¨¦s. Uno de ellos lo, dec¨ªa en frase que le hizo famoso entre sus contempor¨¢neos: "En la vida", dec¨ªa, "hay que tener tres grandes elecciones: estado, profesi¨®n y caf¨¦".Digo esto para que resalte a¨²n m¨¢s la sensaci¨®n de tristeza que he experimentado al saber que el Caf¨¦ Lion, que no era mi caf¨¦ -aunque nunca llev¨¦ tan lejos mi monogamia tertuliar y me dej¨¦ caer por all¨ª algunas veces al salir del Gij¨®n-, ha cerrado sus puertas. Es o puede ser, si no vuelve a abrirlas como esperamos, una gran p¨¦rdida para la instituci¨®n de la tertulia y para la historia literaria de Madrid.
El viejo y acogedor caf¨¦ de la calle de Alcal¨¢ frontero al edificio de Correos fue fundado en 1929 por la misma familia Gallardo que ahora lo regenta.
El padre de Alberto Gallardo era propietario del Lion D'Or de la calle de Alcal¨¢ en su confluencia con la de Sevilla, donde se reun¨ªa, en los a?os cuarenta y cincuenta, la tertulia que fund¨® Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo y cuya historia escribi¨® Antonio D¨ªaz Cafiabate.. Por cierto, que, en los ¨²ltimos a?os, esta tertulia pas¨® del viejo al nuevo Lion cuando el primero cerr¨®.
Literariamente hablando, este caf¨¦ tuvo una gran importancia porque fue frecuentado por poetas y escritores de la Generaci¨®n del 27. Federico Garc¨ªa Lorca, Rafael Alberti y otros, que sol¨ªan acudir a la vecina Cervecer¨ªa de Correos, tertuliaban en el Lion con Jos¨¦ Bergam¨ªn, quien, por aquella ¨¦poca y como fruto de la tertulia, fund¨® la revista Cruz y Raya, de tanta importancia para la cultura espa?ola de la ¨¦poca. Muchos otros personajes pasaron por all¨ª, Melchor Fern¨¢ndez Almagro, Antonio Espina, Arturo Soria, y uno de los m¨¢s asiduos contertulios fue el torero Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas. Iban tambi¨¦n el escultor Victorio Macho, el m¨²sico Halfter y el te¨®rico del ultra¨ªsmo Guillermo de Torre. No faltaban los pol¨ªticos, entre los que pod¨ªa encontrarse -los caf¨¦s son neutrales- lo mismo a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera que a los componentes de una tertulia a la cual, cuando lleg¨® la Rep¨²blica y a alguno de ellos le hicieron subsecretario, la llamaron la del banco azul. Todo esto, y mucho m¨¢s, forma parte de la rica historia del Caf¨¦ Lion.
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