La oposici¨®n amansada
Pol¨ªticos y polit¨®logos observan a Aznar como un corcel que aguarda al agotamiento del adversario
El Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar que hac¨ªa de perro de presa y que mordi¨® sin vacilar a Felipe Gonz¨¢lez en los ¨²ltimos debates de la anterior legislatura y en los enfrentamientos ante la televisi¨®n permanece hibernado. En los ¨²ltimos meses se ha reunido dos veces con el jefe del Gobierno. Ambos mantienen de vez en cuando conversaciones telef¨®nicas. Los dos grupos parlamentarios han pactado algunas leyes y ultiman las negociaciones sobre los nombramientos constitucionales.Algunas voces que jalearon su anterior trayectoria ahora le acusan poco menos que de haber traicionado su papel de oposici¨®n y de haber pactado en secreto con Gonz¨¢lez, a espaldas de la opini¨®n p¨²blica. Desde otras fuerzas pol¨ªticas y observatorios sociales, por el Contrario, se mira a Aznar como un caballo ganador que, en vez de piafar y demostrar su impaciencia, aguarda el desfondamiento del rival.
El ejercicio de responsabilidad del l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n no le aleja, le acerca al poder, seg¨²n Josep Mar¨ªa Colomer, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados, de Barcelona. Para Colomer, Aznar no hace m¨¢s que intentar aproximarse al centro de gravedad pol¨ªtico.
"Sobre una escala del 1 al 10", explica, "Espa?a est¨¢ un poco escorada a la izquierda, en una posici¨®n de 4,5, cuando la media exacta ser¨ªa del 5,5. El PSOE se ha aproximado al centro, como un punto en la ¨²ltima d¨¦cada, mientras el PP, seg¨²n las encuestas, todav¨ªa est¨¢ en el 8. Muy lejos de posiciones ganadoras. Aznar lo sabe perfectamente y dirige un esfuerzo de moderaci¨®n", concluye Colomer.
Tambi¨¦n Miguel Mart¨ªnez Cuadrado, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Complutense y ex diputado del CDS, interpreta que los nuevos aires son "no s¨®lo justificados, sino obligados". El sistema espa?ol, subraya, "es de hegemon¨ªas parlamentarias, pero como nadie tiene la mayor¨ªa absoluta, es obligado entenderse para las decisiones que constitucionalmente exigen mayor¨ªas de dos tercios o tres quintos".
"Es la tradici¨®n de la restauraci¨®n", a?ade, "de llegar a acuerdos sobre nombramientos y leyes para evitar que la alternancia se convierta en un tejer y destejer continuamente". El catedr¨¢tico de la Complutense est¨¢ convencido de que la sociedad comprende y apoya la nueva orientaci¨®n de Aznar y su partido, "salvo un sector de los medios de comunicaci¨®n".
Un testigo de excepci¨®n, el expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, considera que Aznar no hace sino reproducir la operaci¨®n de, acercamiento al poder que Gonz¨¢lez y los socialistas desarrollaron en los ¨²ltimos a?os de la UCD. "Gonz¨¢lez fue inteligente", admite. "Organiz¨® la oposici¨®n en tres niveles. Colaboraci¨®n completa en los pactos auton¨®micos, de enorme trascendencia para el futuro. Oposici¨®n medida, pero firme, sobre el ingreso de Espa?a en la OTAN. Y oposici¨®n desmedida y feroz, en el asunto de la colza".
Con esa gama de matices, "demostraba que era un hombre de Gobierno, capaz de hacer una oposici¨®n constructiva, y tambi¨¦n aprovechaba los resquicios para propinar golpes bajos".
Aznar hace ahora lo mismo, seg¨²n Calvo Sotelo, quien explica el tercer nivel de oposici¨®n, el de ferocidad gratuita, "porque a¨²n padecemos un resto de infantilismo, derivado del hecho de que nunca la oposici¨®n ha estado antes en el Gobierno". Cuando eso suceda y el PSOE tenga que hacer oposici¨®n tras haber gobernado, prev¨¦ el sucesor de Adolfo Su¨¢rez en el Ejecutivo, se podr¨¢ alcanzar la plena madurez parlamentaria.
Otros observadores son menos complacientes con el presidente del PP, pero sus conclusiones no se alejan demasiado de las anteriores. Desde la izquierda, Antonio Elorza, cat¨¦dr¨¢tico de Pensamiento Pol¨ªtico, tambi¨¦n en la Complutense, percibe los movimientos de Aznar con la sospecha de que se deben "a la falta de capacidad pol¨ªtica; es de pi?¨®n fijo, muy r¨ªgido".
Rafael Rib¨®, presidente de Iniciativa per Catalunya, federada con Izquierda Unida, cree que la apuesta de Gonz¨¢lez y el PSOE es esperar una reactivaci¨®n econ¨®mica que les salve de un previsible descalabro electoral. Entretanto, "no se atacan ni la crisis ni la corrupci¨®n, en un verdadero suicidio de la izquierda y m¨¢s en concreto del PSOE".
Es la gran baza de Aznar, seg¨²n Rib¨®, que el Gobierno le sirve en bandeja. "?l adopta una actitud h¨¢bil", subraya. "Puesto que se lo ponen tan f¨¢cil, se sit¨²a en la antesala del Gobierno y empieza a emitir mensajes de seriedad y estabilidad, aderezados con gente nueva y la idea de un nuevo empuj¨®n".
Tan f¨¢cil se lo est¨¢n poniendo el PSOE y el Gobierno al l¨ªder del PP, cree Rib¨®, que ¨¦ste "ni siquiera ha tenido que jugar sus cartas sobre lo que va a hacer. Ha quedado muy claro en la reforma laboral; Aznar ha dejado que el Gobierno se desgaste solo". Lo m¨¢s grave para el presidente de Iniciativa es que, en el fondo, "PSOE y PP est¨¢n de acuerdo en frenar cualquier impulso aut¨¦ntico de regeneraci¨®n democr¨¢tica; Gonz¨¢lez, convencido de que va a seguir gobernando, y Aznar, convencido de que ser¨¢ ¨¦l el pr¨®ximo".
Quien no oculta su satisfacci¨®n es Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, presidente de la patronal CEOE. Cuevas ha tenido sus m¨¢s y sus menos frente a Aznar, al que inicialmente se neg¨® a reconocer como alternativa. Ahora dice que el anuncio del presidente del PP de que no har¨¢ nada que contribuya a profundizar la crisis ha sido acogido muy positivamente por el empresariado. "Siempre hemos pensado", agrega, "que en los grandes asuntos econ¨®micos (reformas estructurales, presupuestos y gasto p¨²blico) es bueno para todos que se trabaje con, el mayor consenso posible".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.