"Maldita sea la c¨¢rcel, donde se amasa el odio..."
Tiempo atr¨¢s, el duque de Feria trabajaba en la c¨¢rcel como editor de la revista Clamor, un bolet¨ªn donde los reclusos escriben art¨ªculos y poemas como ¨¦se de un n¨²mero reciente, que dice: "Maldita sea la c¨¢rcel / sepultura de hombres vivos / donde se amasa el odio / y se pierde a los amigos". Ahora, Rafael Medina. mata el tiempo viendo corridas de toros en televisi¨®n y leyendo libros.El arist¨®crata, m¨¢s gordo que cuando entr¨® en el talego, ha sido visitado con frecuencia por su amiga Maril¨® Fern¨¢ndez y por una periodista madrile?a que prepara un libro sobre su vida. Pero apenas le han visitado sus familiares y no quiere conceder entrevistas, pese a los m¨²ltiples requerimientos que le han hecho I?aki Gabilondo y otros pesos pesados de la comunicaci¨®n.
"Desde Madrid nos han ordenado que no se dispense trato de favor al duque", aseguran varios responsables del centro penitenciario. No obstante, han sido muchas las personas que se han interesado por su situaci¨®n, -aunque sin llegar a hacer ning¨²n tipo de presi¨®n", a?aden. Un fiscal se?ala que en ¨¢mbitos judiciales tampoco ha existido el menor inter¨¦s por el caso.
En los bares de las calles de Argote de Molina y Mateos Gagos -centro de la movida sevillana-, los clientes apuraban el s¨¢bado copas m¨¢s baratas que cuando el duque se las beb¨ªa all¨ª mismo en el a?o de la Expo 92. Entre sorbo y sorbo, los noct¨¢mbulos no pueden evitar los comentarios. "No es mala gente, pero esto se ve¨ªa venir; todo el mundo lo sab¨ªa", dice Luis, un camarero que sirvi¨® al duque m¨¢s de un pelotazo de whisky. La aristocracia jurament¨® silencio cuando estall¨® el esc¨¢ndalo... y a¨²n hoy mantiene los labios sellados.
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