El Parlamento ruso desaf¨ªa a Yeltsin al amnistiar a golpistas y rebeldes
La Duma (C¨¢mara baja) del Parlamento ruso desafi¨® ayer abiertamente a Yeltsin al amnistiar a los golpistas de agosto de 1991 y a los participantes en la rebeli¨®n contra el presidente de septiembre y octubre de 1993,que culmin¨® con el bombardeo de la Casa Blanca (la sede del poder legislativo) y con un ba?o de sangre. Un total de 253 diputados votaron a favor de la amnist¨ªa, 28 se abstuvieron y 67 se opusieron, los de Opci¨®n de Rusia, el bloque que encabeza el ex primer ministro y art¨ªfice de la reforma econ¨®mica de Yeltsin Yegor Gaidar, cuyos partidarios consideran que la medida puede abrir la puerta a la guerra civil.
La Duma, opuesta mayoritaria mente a Bor¨ªs Yeltsin desde que fue elegida el pasado 12 de diciembre, amnisti¨® a los enemigos del presidente: desde Guennadi Yan¨¢iev, Vlad¨ªmir Krluchkov u Oleg BakI¨¢nov, que se levanta ron contra Mija¨ªl Gorbachov cuando a¨²n exist¨ªa la URSS, hasta Alexandr Rutsk¨®i o Rus l¨¢n Jasb¨²l¨¢tov, que plantaron cara a Yeltsin el pasado septiembre, tras la disoluci¨®n del Parlamento sovi¨¦tico, en contra de la Constituci¨®n entonces vigente,' tambi¨¦n sovi¨¦tica. Con toda seguridad, muchos de ellos engrosar¨¢n las filas o dirigir¨¢n los grupos, ya de por s¨ª numerosos, enfrentados a Yeltsin.Para los dem¨®cratas radicales partidarios de la reforma econ¨®mica, la amnist¨ªa es un grave error que puede conducir a la guerra civil. Pero incluso Galdar reconoce que el presidente no puede oponerse legalmente a la medida. La Constituci¨®n que ¨¦ste redact¨® a su medida, y que fue aprobada, por escaso margen de votos, el 12 de diciembre, no se lo permite: ni la decisi¨®n pasa a la C¨¢mara alta del Parlamento ni Yeltsin tiene derecho de veto. Probablemente no crey¨® necesitar el derecho a veto, ya que contaba con ganar las elecciones y tener un legislativo favorable. Si Yeltsin desconociera la de cisi¨®n de la Duma y sus enemigos pol¨ªticos siguiesen en la c¨¢rcel de Lefortovo, tal como ayer se rumoreaba que le estaban recomendando algunos asesores, se abrir¨ªa una lucha institucional que situar¨ªa a Rusia en la misma situaci¨®n que antes de septiembre de 1993, que culmino con la disoluci¨®n del Parlamento y el asalto a la Casa Blanca. La principal diferencia es que, seg¨²n la mayor¨ªa de los an¨¢lisis, aquel Parlamento, ele gido con un sistema electoral muy discutible bajo el r¨¦gimen sovi¨¦tico, no ten¨ªa legitimidad democr¨¢tica, mientras que el actual lo votaron los rusos por su fragio universal, en comicios totalmente libres.
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