Cruzada para salvar los libros
Intelectuales y escritores plantean las estrategias de supervivencia de la lectura
La situaci¨®n de nuestra cultura es confusa y el seminario La sociedad lectora, que se ha desarrollado durante los tres ¨²ltimos d¨ªas en el centro cultural C¨ªrculo de Lectores de Madrid, ha intentado delinear cu¨¢l es la situaci¨®n actual del escritor y la lectura. Los intelectuales reunidos estuvieron de acuerdo en que el fomento de la lectura debe empezar en la escuela y que el viejo h¨¢bito est¨¢ perdiendo terreno frente a los cada d¨ªa m¨¢s poderosos medios audiovisuales. El libro se ha desacralizado. "Ahora hay otros sacerdotes, otros p¨²lpitos, otros dioses", sentenci¨® un participante.
El libro se tambalea en su pedestal sagrado. Todos perciben el temblor del ¨ªdolo, unos vaticinan su destrucci¨®n, otros a?oran su antiguo poder, unos terceros proclaman la llegada de dioses m¨¢s poderosos, los ¨²ltimos acusan a los culpables a diestra y siniestra, y hasta se oye, lejano, un mea culpa de los antiguos sacerdotes. Escritores, editores, traductores, soci¨®logos, periodistas, pensadores, lectores todos, se han preguntado durante tres d¨ªas sobre el futuro del libro y la lectura durante un seminario que llevaba, ya desde su planteamiento, un nombre de cofrad¨ªa secreta: La sociedad lectora.
La primera actitud de todos los participantes en este encuentro fue la de identificar a los enemigos, localizar las amenazas. Para el soci¨®logo Enrique Gil Calvo la lectura ha dejado de ser el principal criterio de selecci¨®n social respecto a la cultura. En los ¨²ltimos a?os en Espa?a la lectura se ha feminizado (son mujeres las que m¨¢s leen), su democratizaci¨®n la ha vulgarizado (ya no es signo de distinci¨®n) y los libros han perdido su poder de provocaci¨®n. "La lectura ha dejado de ser un vicio peligroso para convertirse en una virtud pesada. Para muchos leer es un co?azo", afirm¨®. Gil Calvo no piensa que se deba echar la culpa a la televisi¨®n: "La culpa es de los escritores", dice, "impotentes para despertar el furor transgresor de los lectores".
Rafael Argullol, escritor y profesor de est¨¦tica, contest¨® que "tenemos todav¨ªa una obsesi¨®n ilustrada por promover la lectura masiva". Aconsej¨® apartarse del barullo, "dar la palabra", en un gesto ¨ªntimo entre el escritor y el lector.
El arma secreta de combate para recobrar el antiguo poder es la del "placer de la lectura". Las factor¨ªas b¨¦licas ser¨ªan, en este caso, las escuelas. Gran parte de los participantes en el seminario destac¨® el papel de la educaci¨®n en esta cruzada. El problema es que "antes que ense?ar literatura, hay que educar la sensibilidad", destac¨® Luis Landero, "y eso no se dicta, se contagia". Los escritores Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, Emilio Lled¨®, Luis Landero, Pedro Sorela, Luis Mateo Diez y Fernando Alonso pusieron ¨¦nfasis en este factor determinante, y en que la lectura como fuente de recreaci¨®n no tiene un lugar en la vida acad¨¦mica. Exigieron como una necesidad el que se separaran los cursos de lengua y literatura, que impon¨ªan a esta ¨²ltima una da?ina funci¨®n instrumental. Merino afirm¨® que "solo leyendo se aprende a escribir".
Nueva sensibilidad
Sin duda, los medios audiovisuales son los nuevos dioses. Pero algunas voces se alzaron para decir que no se trata de una defenestraci¨®n, sino de un cambio en las formas de lectura. Gonzalo Abril habl¨® de un exceso de prejuicios en este sentido y de la irrupci¨®n de "nuevas sensibilidades, nuevas formas de percibir". "Debemos dejar de identificar la cultura exclusivamente con la cultura letrada" e "incorporar las nuevas tecnolog¨ªas como estrategias de conocimiento". V¨ªctor Fern¨¢ndez Freixanes dijo que pensaba que nunca se ha le¨ªdo tanto y tan bien como ahora: "No se lee menos, se lee distinto".Los propios escritores tienen una dif¨ªcil relaci¨®n con los medios. El editor Jorge Herralde afirm¨® que ahora "si un autor tiene ¨¦xito ya no encuentra tiempo para escribir". La ¨²ltima mesa redonda, donde se discuti¨® sobre el reflejo del mundo del libro en la televisi¨®n, tuvo una lamentable conclusi¨®n: actualmente no hay en Espa?a ning¨²n programa dedicado al libro.
Babelia
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