?Un debate de ideas ?
Para la mayor¨ªa de los espa?oles, el debate en las filas del partido en el Gobierno responde a ambiciones personales de poder o enemistades acumuladas tras largos a?os de gobierno, y s¨®lo parcialmente a divergencias ideol¨®gicas o pol¨ªticas. Sin duda ello se debe a la p¨¦sima tarea realizada por renovadores o guerristas a la hora de exponer sus posiciones y divergencias te¨®ricas o ideol¨®gicas.No resulta nada f¨¢cil saber qu¨¦ renuevan los renovadores o qu¨¦ defienden los guerristas.Pero, m¨¢s all¨¢ de la oscuridad autista de sus debates y peleas, hay una realidad electoral profunda que est¨¢ sobredeterminando ese debate. Pues desde 1986, y m¨¢s aceleradamente en los ¨²ltimos a?os, se est¨¢ produciendo un corrimiento en la ubicaci¨®n ideol¨®gica de los espa?oles.
Es sabido que el PSOE gan¨® triunfalmente en 1982 a causa de una inmensa mayor¨ªa de espa?oles que se posicionaban en el centro-izquierda. Efectivamente, la moda de la distribuci¨®n ideol¨®gica de los espa?oles se encontraba en el 4 de la escala (la usual) que va de 1 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha). Pr¨¢cticamente la moda (la posici¨®n m¨¢s frecuente) coincid¨ªa con la media. Pues bien, el PSOE se encontraba tambi¨¦n en esa misma posici¨®n 4, de modo que los l¨ªderes del socialismo no ten¨ªan dificultad alguna para articular un mensaje homog¨¦neo de cara a la sociedad (un mensaje de centro-izquierda) y no ten¨ªan tampoco dificultad para aglutinar al PSOE en un ¨²nico proyecto pol¨ªtico. Sab¨ªan a qui¨¦n ten¨ªan que movil¨ªzar y a qui¨¦n ten¨ªan que hablar y, por tanto, qu¨¦ mensaje ten¨ªan que transnmitir. Estaban, literalmente, subidos en la cresta de la ola, una ola que los arrastr¨® de triunfo en triunfo hasta el pasado 6 de junio.
Estudios recientes muestran, sin embargo, un progresivo debilitamiento del centro-izquierda en favor de posiciones de izquierda y de centro. La distribuci¨®n es hoy bimodal, con una moda en el 3 (donde se ubica un 15% del electorado) y otra, m¨¢s fuerte, en el 5 (donde se ubica un 231/o), y un valle en el 4, justo donde antes se ubicaba la mayor¨ªa y que hoy acoge s¨®lo a un 13%. Hay, pues, dos modas, si bien la media contin¨²a alrededor del 4.
Ello quiere decir muchas cosas, pero me limitar¨¦ a sacar algunas obvias conclusiones. La primera es que el cansancio hacia el PSOE y sus pol¨ªticas se traduce en una polarizaci¨®n del electorado entre la izquierda y el centro. En segundo lugar, el gran volumen de votos est¨¢ en el centro y no en el centro-izquierda, mucho m¨¢s cerca del espacio ideol¨®gico del PP. El problema en el futuro es as¨ª qui¨¦n se lleva esa masa de votantes que se ha trasladado del centro-izquierda al centroderecha. La tercera consecuencia, y sin duda la m¨¢s importante para nuestro tema, es que el PSOE tiene dificultades crecientes para articular un ¨²nico mensaje homog¨¦neo y un ¨²nico programa pol¨ªtico, pues las bases a las que se dirige se est¨¢n bifurcando en dos alas separadas, de modo que las tensiones centr¨ªfugas hacia IU y hacia el PP son cada vez m¨¢s fuertes. Tensiones que tienen que manifestarse dentro del propio partido en una pugna creciente entre su ala renovadora (que gravita hacia el centro) y su ala guerrista (que gravita hacia su izquierda). Ello explica el silencio de Felipe Gonz¨¢lez, su ausencia del debate p¨²blico, incluso la redundancia, repetici¨®n y vacuidad de sus escasas expresiones p¨²blicas, silencio que repite su partido y, de modo clamoroso, su Gobierno. No es que no quieran hablar. Es, m¨¢s bien, que no pueden hablar, pues no. saben qui¨¦n es su audiencia atrapados en una situaci¨®n de doble v¨ªnculo, de doble lealtad electoral. El ¨²nico modo de no equivocarse es no decir nada o decirlo de modo confuso para que cada uno lea lo que desea.
Por ello, el debate actual en el PSOE es, se quiera o no decir, un debate ideol¨®gico, si bien no ha Regado a¨²n a ser de ideas. Hay dos electorados distintos tirando del PSOE en direcciones distintas. No estamos ante problemas de personas, sino de fuerzas sociales. El dilema, pues, es si el PSOE, en su congreso de marzo, ser¨¢ capaz de construir un mensaje pol¨ªtico que sirva de fermento para reconstruir el centro-izquierda que le aup¨® y le mantuvo desde 1982. 0 si, por el contrario, abandona el centro-izquierda para darle la batalla clara al PP (y a CiU y PNV) en el centro-centro, hacia donde parece encaminarse una parte importante de su electorado.
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