Neuronas en la sombra
Alto, delgado -ha perdido 12 kilos en los ¨²ltimos tres meses, en una dieta anti-colesterol-, y con cierto aspecto de actor secundario en pel¨ªcula de la primera etapa de Berlanga -ya saben, el novio de la ni?a que es opositor a notarias-, Jes¨²s (Chuchi) Quijano es secretario general del PSOE en Castilla y Le¨®n, y pasa por ser una de las joyas cerebrales que Felipe Gonz¨¢lez tiene en mayor estima, y que incluso consulta de vez en cuando. El propio Quijano lo desmiente rotundamente -"No se de d¨®nde habr¨¢ salido ese rumor"-, sin poder evitar sentirse complacido, aunque dentro de un orden. Lo cierto es que ¨¦l fue el primer sorprendido cuando, en diciembre del 92, Paulino Barrab¨¦s, ex dirigente de UGT, le llam¨® para citarle en el palacio de Magalia, en Las Navas del Marqu¨¦s (?vila). Lo que pas¨® a llamarse el grupo de Las Navas supuso algo as¨ª como el rearme intelectual que Gonz¨¢lez necesitaba en aquel momento y parece que la inclusi¨®n de Quijano se hizo a requerimiento del propio presidente.La discreci¨®n es la primera cualidad que le define, as¨ª como una gran cabeza, al decir de sus compa?eros de partido, y una absoluta falta de carisma que, seg¨²n los m¨¢s cr¨ªticos, ser¨ªa lo que m¨¢s atrae de ¨¦l a Gonz¨¢lez y menos enemigos le crea dentro de la formaci¨®n. Nadie cuestiona en el PSOE su mesura, su capacidad de reflexi¨®n, y, al parecer, ha sido lo bastante h¨¢bil para no alinearse con nadie. Vestido de marron grisaceo o gris amarronado, con barba y gafas y breve sonrisa t¨ªmida, este catedr¨¢tico de Derecho Mercantil en la facultad de Econ¨®micas de Valladolid naci¨® hace 43 a?os en Salda?a (Palencia), hijo, como la Thatcher, de un tendero de comestibles. Su padre qued¨® viudo muy pronto, y uno de los rasgos de la personalidad de Jes¨²s Quijano es la solidez que la figura paterna alcanz¨® al salir adelante con los cuatro hijos peque?os, d¨¢ndoles estudios a todos menos a la mayor, que como suele ocurrir, tuvo que hacer de madre. Hoy en d¨ªa, cree que su padre sabe cu¨¢nto aprecia eso.
Perteneciente -como Manuel Chaves- a la facci¨®n manofl¨¢ccida del partido -su apret¨®n de saludo podr¨ªa considerarse todo menos en¨¦rgico- es hombre poco brillante, con poco halo, pero que construye bien. Lento, pero seguro, podr¨ªa ser su lema. Y aunque hay quien, puesto a ver algo detr¨¢s de su sereno aspecto, cree ver a una especie de Maquiavelo, la verdad es que no ha tenido muchas ocasiones de demostrarlo. Salvo cuando denunci¨® la inesperada afluencia de nuevos militantes socialistas adictos al guerrismo en Le¨®n.
Dentro de a?o y medio, en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, ir¨¢ de candidato a la presidencia de la Junta de Castilla-Le¨®n, actualmente en manos del Partido Popular, y muchos se preguntan si es el personaje adecuado, habida cuenta de que hay que echarle mucho tir¨®n para arrebatarles el poder a los populares. Al contrario que otros cuadros del PSOE, Quijano no procede del mundo sindical, sino del universitario. Sus primeros pinitos inquietos los dio como cristiano de base, y de ah¨ª pas¨® al compromiso pol¨ªtico. En ello influyeron directamente sus amigos de entonces, que han seguido si¨¦ndolo: Juan Colino, hoy eurodiputado, y Tom¨¢s Rodr¨ªguez Bola?os, actual alcalde de Valladolid, con quienes sigue manteniendo amistad y veraneos en Galicia, en un pueblecito de la R¨ªa de Arosa. Gregorio Peces-Barba dej¨® tambi¨¦n su impronta en ¨¦l, como en tantos estudiantes. "El caso es que entr¨¦ en el partido con el carne n¨²mero 25 de Valladolid, y eso quiere decir que, con los siete u ocho hist¨®ricos que quedaban, en aquella ¨¦poca eramos doce o as¨ª. Precisamente, en aquel tiempo conoc¨ª a Felipe Gonz¨¢lez, que estaba reci¨¦n elegido secretario general en Suresnes, y el trabajo fue nuestro para reunir gente para la cena que le dimos en el s¨®tano de una carnicer¨ªa".
Campana de cristal
Porque Jes¨²s Quijano cree, y as¨ª lo razona, que uno de los problemas con que el PSOE se enfrenta es el de encontrarse, tras haber tenido que volcarse en las instituciones y haber vivido durante a?os como dentro de una campana de cristal ideol¨®gica, con que tiene que vivir entre la sociedad, saber qui¨¦n es, a d¨®nde va y cu¨¢l es su praxis. Seguro que Gonz¨¢lez le escucha cabeceando con asentimiento cuando ordena prolija y adecuadamente sus ideas. Se dice que el enganche del presidente -por otra parte propicio, como mucha gente aislada en el poder, a los enamoramientos s¨²bitos y los abandonos no menos repentinos- se inici¨® en aquella primera reuni¨®n de Las Navas. Y que, cuando estaba Felipe deshojando la margarita del si me voy o me quedo, que tuvo en vilo al partido e hizo que muchos quedaran en evidencia presentando candidatos a la sucesi¨®n, telefone¨® a los secretarios generales y se qued¨® especialmente colgado del tel¨¦fono, durante un par de horas, con este Chuchi Quijano que parece tan modosito.
Uno de los aspectos m¨¢s curiosos de este hombre que ofrece pocas aristas destacables es su faceta como educador. Uno se pregunta c¨®mo, en una comunidad que no le vota, los padres ponen a sus hijos a recibir lecciones de ¨¦l: "L¨®gicamente, en Derecho Mercantil, que es mi asignatura, como en cualquier otra rama de tipo jur¨ªdico, el profesor puede limitarse a exponer la ley de manera acr¨ªtica, o tiene perfecto derecho a ejercer su libertad de profesi¨®n para realizar valoraciones. Si se es cuidadoso, se sabe hasta d¨®nde te pueden condicionar tus opiniones, pero yo creo que menos de lo que parece, bastante menos que a otra gente que van de independientes. Por mi parte, si un d¨ªa quisiera pegarme un mitin en clase, cosa que no hago, inmediatamente estar¨ªa sometido a un control, porque se me conoce".
Su contacto con los universitarios le mantiene cercano a la realidad, cree, pero, por ejemplo, ignora qu¨¦ piensan sus alumnos de los contratos de aprendizaje: no es f¨¢cil entablar conversaci¨®n con 300 estudiantes arracimados en un aula. Aunque piensa, sin exhibir fundamento, que los contratos caen mejor entre aquellos a quienes van dirigidos que entre ciertos sectores o partidos.
Aparte de veranear, le gusta leer, escuchar m¨²sica y ver cuanto f¨²tbol dan por la televisi¨®n. Leer: mucha poes¨ªa, Jos¨¦ Hierro, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de Le¨®n, Unamuno, Espa?a invertebrada, de Ortega y Gasset, Delibes... Para animarse, y en plan profesional, lee libros de derecho mercantil. La m¨²sica le gusta cl¨¢sica, pero siente adem¨¢s pasi¨®n por la copla. Posiblemente, el momento m¨¢s humano de nuestra, por otro lado, amabil¨ªsima conversaci¨®n, fue cuando me dijo que la versi¨®n de La bien pag¨¢ de Miguel de Molina es la mejor que se ha hecho nunca. Con su mujer, Lola Valle, que fue concejala de cultura y ahora trabaja en el Hospital Cl¨ªnico, y sus dos hijas, vive en un chal¨¦ adosado de la urbanizaci¨®n Parquesol, en un ¨¢mbito de profesionales y clase media bien. Su antiguo piso se lo vendi¨® a una militante del PSOE... a pagar en c¨®modos plazos de 10.000 pesetas al mes.
El peor momento de su vida, o uno de ellos, lo pas¨® cuando un par de cientos de trabajadores de Nitratos de Castilla (Nicas), en.pleno foll¨®n laboral, le reventaron una conferencia de prensa. "Fue muy desagradable, una sensaci¨®n de impotencia. De decirme qu¨¦ co?o estoy haciendo aqu¨ª y qu¨¦ mierda de papel me ha tocado desempe?ar. Al final, no te queda otro remedio que racionalizar. En econom¨ªa, hay que pasar de la parte al todo", concluye, al estilo Gonz¨¢lez.
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