El fiscal pide 56 a?os para un preso que desencadeno un mot¨ªn

El fiscal Antonio Mesas solicita un total de 56 a?os de c¨¢rcel para Mois¨¦s Caama?as ?lvarez, el interno de la prisi¨®n de Alcal¨¢-Meco acusado de secuestrar a un funcionario y matar con un cuchillo jamonero al tambi¨¦n recluso Mariano Dom¨ªnguez Aliseda. El suceso, que se produjo el 22 de marzo de 1992, desemboc¨® en un mot¨ªn en el que intervinieron fuerzas policiales.El procesado, de unos 35 a?os, confes¨® ayer al tribuna 1 que mat¨® a Dom¨ªnguez Aliseda porque ¨¦ste hab¨ªa inducido a una hermana suya a la prostituci¨®n y al mundo de las drogas. El juicio, que continuar¨¢ hoy, se est¨¢ desarrollando en la Secci¨®n Cuarta de la Audiencia de Madrid.

Mois¨¦s Caama?as, que tomaba entonces tranquilizantes, declar¨® al tribunal que todo se desencaden¨® despu¨¦s de que un jefe de servicio de Alcal¨¢-Meco le hubiese tratado "como a una mierda" cuando le pidi¨® explicaciones por hab¨¦rsele recortado el tiempo de duraci¨®n de una visita de su madre.

El jefe de servicio, que asisti¨® al juicio como testigo, neg¨® ante el tribunal haber vejado al interno. Asegur¨® que el preso, mientras dialogaban, se abalanz¨® sobre ¨¦l con una navaja con intenci¨®n de hinc¨¢rsela.

"Un gran odio"

El responsable penitenciario, seg¨²n su propia versi¨®n, se refugi¨® tras una cancela y pudo evitar la agresi¨®n. Al otro lado de la puerta mec¨¢nica estaban el funcionario y el recluso. El procesado, muy alterado, le coloc¨® en el cuello la navaja y exigi¨® la presencia en la prisi¨®n de la entonces juez de vigilancia Manuela Carmena y de un alto cargo de Instituiciones Penitenciarias.

Mois¨¦s Caama?as admiti¨® al tribunal que esgrimi¨® la navaja contra el funcnca tuvo intenci¨®nionario, pero asegur¨® que nu de matarle. Ya con el funcionario retenido, Caama?as se fue en busca del recluso Dom¨ªnguez Aliseda, la v¨ªctima. Sent¨ªa hacia ¨¦l, dijo, "un gran odio".

Le asest¨® una primera pu?alada por la espalda y, posteriormente, con un cuchillo jamonero, le propin¨® varias m¨¢s que acabaron con su vida. El acusado indic¨® que le mat¨® porque ¨¦ste, en plan de chuler¨ªa, le reconoci¨® -a preguntas suyas- que era verdad que hab¨ªa conocido a?os antes a su hermana y que la hab¨ªa introducido en la prostituci¨®n. Mois¨¦s Caama?as supo que Dominguez Aliseda hab¨ªa actuado como proxeneta de su hermana a trav¨¦s de cartas que ¨¦sta le envi¨® desde la c¨¢rcel de Valencia.

Mientras esto suced¨ªa -y aprovechando la confusi¨®n reinante en la c¨¢rcel- varias decenas de presos se amotinaron y se subieron a los tejados. Provocaron graves destrozos en los sistemas de vigilancia. Tras casi siete horas de mot¨ªn, Mois¨¦s Caama?as, que ya hab¨ªa matado a Dom¨ªnguez Aliseda, se entreg¨® "voluntariamente" y los dem¨¢s reclusos bajaron de los tejados. El juez de guardia se convirti¨® en el interlocutor' del preso.

El abogado defensor de Caama?as considera que ¨¦ste debe ser condenado a seis a?os por homicidio (el fiscal lo tipifica como asesinato y, provisionalmente, le pide 30 a?os). A juicio de la defensa, no hubo ning¨²n secuestro; el fiscal considera que cometi¨® dos, el del funcionario y el del preso asesinado.