Antonio Flores, la vuelta del hijo pr¨®digo
El cantante, que llevaba cinco a?os sin pisar un escenario, present¨® su nuevo disco
La madrugada del pasado jueves, Madrid se visti¨® de rock and roll. En el pabell¨®n de deportes el Madrid se entregaron los premios Coca-Cola Un A?o de Rock. El acto tuvo sus m¨¢s y, sobre todo, sus menos. Por ejemplo: un famoso actor, encargado de entregar a Manolo Tena el premio al artista del a?o, se qued¨® compuesto y sin Tena; nadie se present¨® a recoger el galard¨®n, que permanece escondido en el maletero del susodicho actor, a la espera de interlocutor v¨¢lido o representante legal de la sangre espa?ola. Mientras tanto, Manolo Tena estaba en la luna (de miel); de hecho hab¨ªa contra¨ªdo nupcias tres d¨ªas antes.Azotados por el muermo
Mucha gente, azotada por el muermo, huy¨® del pabell¨®n camino de la Gran V¨ªa. En Xenon hab¨ªa acontecimiento de post¨ªn: la vuelta de Antonio Flores a los escenarios, tras cinco a?os de ausencia. En el ambiente se mascaba expectaci¨®n. Aunque no estaba mam¨¢ Lola, aquello era un jard¨ªn de flores: Lolita, Rosario, Ana Bel¨¦n, V¨ªctor Manuel, Guillermo Montesinos, el d¨²o Virtudes y un largo etc¨¦tera de gente francamente guapa.
Momentos antes de saltar a la palestra, Antonio Flores, hecho un manojo de flanes, comentaba en el camerino las claves de esta reaparici¨®n: "No pod¨ªa resistir m¨¢s. Tengo necesidad de escenario. Pero esto de hoy, m¨¢s que reaparici¨®n, es un gui?o previo, una primera toma de contacto. S¨®lo voy a cantar tres temas, todos ellos del disco que estoy terminando de grabar y que saldr¨¢ a la venta en Semana Santa. Se llamar¨¢ Cosas m¨ªas".
Actu¨® acompa?ado por una banda muy prestigiosa: los guitarristas John Parsons y Jos¨¦ Romero; en el teclado, Tato Icasto; en la bater¨ªa, Tino di Geraldo; saxo, Antonio Soriano; bajo, Fernando Ill¨¢n. Rock and roll sin contemplaciones. Antonio Flores (bronce, melena esplendorosa, cuero sobre cuero, nervio y casta) sali¨® a por todas, dicho sea sin se?alar. Y declar¨® al respetable: "No ve¨¢is qu¨¦ salida; como un miura. Cinco a?os hac¨ªa que no o¨ªa monitores. No pod¨ªa aguantar m¨¢s".
Se despidi¨® con Arriba los corazones, un rock dionis¨ªaco, oscuro y nocturno, con tintes de realismo tabernario: "Me voy con mi sombra al bar de la esquina... El pen¨²ltimo trago en la batalla. La soledad me quema como metralla".
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