"Si no nos entendemos, este pa¨ªs se hunde"
ENVIADA ESPECIALRub¨¦n Zamora regala una sonrisa beat¨ªfica desde las vallas propagand¨ªsticas. No en vano, su campa?a con vistas a las elecciones del domingo lleva la reconciliaci¨®n por bandera. Cara a cara, sin embargo, su mirada se endurece. Es un hombre templado, de mente ¨¢gil y respuesta r¨¢pida.
Pregunta. ?Puede hacer una evaluaci¨®n de la campa?a?
Respuesta. Esta campa?a ha tenido menos violencia verbal y menos agresiones que otras anteriores. Por primera vez, no ha habido casi incidentes entre las Fuerzas Armadas y los partidos de oposici¨®n, que en general hemos hecho campa?as bastante decentes, planteando los problemas del pa¨ªs y nuestras soluciones. Desgraciadamente, Arena [Alianza Republicana Nacionalista, en el poder] ha empleado mucha agresividad verbal, sobre todo en zonas rurales.
P. Arena, a trav¨¦s incluso de anuncios televisivos ilegales, les acusa de haber tra¨ªdo la guerra al pa¨ªs. ?Por qu¨¦ no ha respondido?
R. Porque estos anuncios tienen una doble intenci¨®n: generar temor en la poblaci¨®n y provocarnos, para que entremos en esa din¨¢mica. Y en una campa?a de confrontaci¨®n perdemos todos: el proceso de paz, que es muy reciente y hay que cuidarlo, y nosotros mismos.
P. ?C¨®mo ha sido esa experiencia parlamentaria y qu¨¦ cambios cree m¨¢s necesarios?
R. He vivido un periodo de reforma de la Constituci¨®n, de aprobaci¨®n consensuada de leyes importantes, fruto de los acuerdos de paz. La gesti¨®n del Gobierno, sin embargo, no ha sido la adecuada. Ha aplicado un programa neoliberal que, como todos los programas neoliberales, genera indicadores macroecon¨®micos. favorables a costa del deterioro de los indicadores sociales.
P. Usted se ha reunido con los empresarios. ?Temen su eventual victoria?
R. Tienen preocupaci¨®n. Nosotros, hist¨®ricamente, no nos hemos caracterizado por representar a la C¨¢mara de Comercio, y el que no lo quiera reconocer es un idiota. Pero la reuni¨®n fue cordial, y yo les dije: "Reconozcamos una cosa, nosotros y ustedes no hemos estado en el mismo bando, y eso genera preocupaciones. Pero si no nos entendemos, este pa¨ªs se hunde". ?sa es la gran lecci¨®n de la guerra: nadie puede sacar al pa¨ªs adelante por s¨ª solo.
P. Seg¨²n los sondeos, ning¨²n candidato presidencial va a obtener la mayor¨ªa absoluta en la primera vuelta. Si hay segunda, usted ya ha anunciado un pacto con el Partido Dem¨®crata Cristiano (PDC). ?Lo cree de verdad factible, dada su tradicional alianza con Arena?
R. Por parte de nuestra coalici¨®n no hay ning¨²n problema, ni siquiera del FMLN. En el PDC hay un sector que nunca va a votar por nosotros, pero creo que es minoritario. La posibilidad de un entendimiento con ellos es muy alta. Yo lo he planteado en t¨¦rminos de reciprocidad: aquel que pase a la segunda vuelta recibir¨¢ el apoyo del otro.
P. El FMLN sufre serias divisiones internas. ?No puede eso acabar creando escisiones?
R. El FMLN est¨¢, como todas las fuerzas de este pa¨ªs, en periodo de transici¨®n. Tras las elecciones, gane quien gane, estoy seguro de que habr¨¢ un intenso proceso de reacomodo de los partidos pol¨ªticos, aunque es prematuro decir qu¨¦ forma va a tomar esa reestructuraci¨®n. De entrada, las categor¨ªas de izquierda y derecha, aunque siempre existir¨¢n, no tienen la misma funci¨®n que hace tres a?os. Entre medias, la derecha y la izquierda han refundado la Rep¨²blica: ¨¦sos son los acuerdos de paz. La cuesti¨®n es sacarlos adelante.
P. Armando Calder¨®n, el candidato de Arena, parece m¨¢s duro que Cristiani. Documentos estadounidenses le han vinculado con los escuadrones de la muerte. ?No teme que se pueda retroceder en el cumplimiento de los acuerdos de paz?
R. Armando representa la l¨ªnea m¨¢s ideologizada de Arena. Los individuos en estas posiciones desempe?an un papel, pero pongo m¨¢s confianza en ciertas tendencias de la sociedad. Un retorno a la situaci¨®n de los a?os ochenta es tan improbable como un Gobierno socialista estatista por parte nuestra. Precisamente, creo que lo que se definir¨¢ en estas elecciones es la visi¨®n del proceso de paz. Porque hay dos visiones muy distintas: Arena, el Gobierno, fue a la negociaci¨®n con un ¨²nico objetivo: parar la guerra. Nosotros fuimos con dos: parar la guerra y atajar las causas que la generaron. Ellos no plantearon nada, sino que hicieron concesiones, y ahora que no ven incentivos piensan que para qu¨¦ van a seguir cumpliendo, que el proceso ha terminado. Nosotros no hablamos de concesiones, sino de necesidades hist¨®ricas. Esas dos concepciones son las que est¨¢n en juego en estas elecciones, que definir¨¢n el futuro del proceso de paz.
P. Visto lo cual, como Calder¨®n gane, se va agarrar usted una depresi¨®n nerviosa.
R. Ay no, m`hija, yo soy incurablemente optimista. T¨² sabes, en este pa¨ªs, con todo lo que se ha: pasado, si t¨² no sos optimistate vuelves loco.
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