Centenares de franceses claman contra Touvier ante el tribunal que le juzga
Un hombre anciano, de mirada huidiza, fue encerrado ayer en una urna de cristal blindado para responder a la acusaci¨®n m¨¢s grave formulada nunca contra un ciudadano franc¨¦s: crimen contra la humanidad. Paul Touvier, que cumplir¨¢ 79 a?os en abril, reconoce que mand¨® fusilar a siete jud¨ªos en 1944, hace exactamente medio siglo, pero aduce que se limit¨® a cumplir ¨®rdenes de sus superiores en el Gobierno colaboracionista de Vichy. Varios cientos de personas clamaron ayer contra el procesado ante el tribunal que le juzga.
El Palacio de Justicia de Versalles, en las cercan¨ªas de Par¨ªs, ser¨¢ una aut¨¦ntica fortaleza mientras dure el, proceso. La polic¨ªa antiterrorista mantiene acordonado el edificio y, en la entrada de p¨²blico y prensa, se aplica un filtro minucioso: doble control de identidad, detector antimetales y cacheo. El precedente del colaborador con los nazis Ren¨¦ Bousquet, asesinado por un desempleado el 8 de junio de 1993 cuando esperaba juicio, est¨¢ muy presente en la memoria.Touvier vest¨ªa ayer una camisa roja y una chaqueta gris. Ten¨ªa un aspecto saludable, pero su voz impresion¨® a los presentes cuando el juez le orden¨® que se identificara: "Paul Claude Marie Touvier, nacido el 3 de abril de 1915, sin profesi¨®n conocida", recit¨® con una vocecilla aflautada y rota.
El proceso se abri¨® a las 14.05 de la tarde y se interrumpi¨® poco despu¨¦s, cuando los defensores pidieron la anulaci¨®n de las numerosas acusaciones particulares agregadas al proceso. El tribunal se retir¨® a deliberar sobre la petici¨®n, mientras fuera, en las cercan¨ªas del Palacio de Justicia, varios centenares de personas convocadas por asociaciones jud¨ªas se manifestaban contra el acusado. El lema de la protesta era una frase del general Charles de Gaulle: "?Touvier? Doce balas en el pellejo".
El proceso ser¨¢ complejo y altamente emocional. De un lado, siete ciudadanos franceses que, por el hecho de ser jud¨ªos, fueron fusilados como represalia por un atentado de la Resistencia contra los invasores alemanes. Las siete tumbas, una de ellas an¨®nima, marcada con una simple X, pesan mucho en la balanza de los sentimientos. Del otro lado, un anciano que hace 50 a?os fue jefe de informaci¨®n de la Milicia, organizaci¨®n paramilitar dependiente del Gobierno del mariscal P¨¦tain. El acusado se defiende con un s¨®lo argumento: su gobierno, leg¨ªtimo en ese momento, le orden¨® que eligiera siete reclusos y los entregara, para su fusilamiento, a tropas francesas igualmente leg¨ªtimas. Se limit¨® a cumplir ¨®rdenes.
Tras Touvier asoma una ¨¦poca negra que los franceses se han esforzado en dejar atr¨¢s y que vuelve ahora, ominosa, para recordarles que la Resistencia fue obra de unos pocos y que la mayor¨ªa colabor¨®, activa o pasivamente, con los nazis.
Incluso el momento del juicio es especialmente delicado: justo despu¨¦s del estreno de la pel¨ªcula La lista de Schindler, que ha recordado al mundo las atrocidades cometidas contra los jud¨ªos en Europa, y justo antes de que se celebre el 50 aniversario de la liberaci¨®n de Francia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.