El autob¨²s celular

Ram¨®n Moreno Prado, de 34 a?os, conductor de la l¨ªnea 86 de la EMT, entr¨® ayer en la comisar¨ªa de Usera por la puerta grande. Acerc¨® hasta las de pendencias policiales a un hombre que intentaba abusar de una joven pasajera.Todo comenz¨® cuando el autob¨²s que conduce Ram¨®n Moreno cruzaba la calle Real de Pinto con 24 personas en su interior. "Todo iba normal hasta que, de repente, escuch¨¦ una fort¨ªsima discusi¨®n", recuerda el conductor. Dos de los pasajeros se insultaban y zarandeaban. Uno de ellos gritaba: "T¨² a mi hija no la sobas, desgraciado. ?Te voy a matar!".

El otro individuo, un hombre de pelo blanco de 54 a?os, replicaba: "?D¨¦jeme, yo no he hecho nada!". Comenzaron a golpearse. "Fue una situaci¨®n muy desagradable. Pens¨¦ que se mataban", comenta Moreno.

Mientras, una joven de 25 a?os, presa de un ataque de nervios, lloraba. "No hab¨ªa manera de calmarla" dice. "Yo no entend¨ªa nada de lo que estaba pasando", a?ade.

Los asustados pasajeros, que no se decid¨ªan a tomar parte por ninguno de los dos hombres, s¨®lo intentaban seararlos. "Pero era muy dif¨ªcil. os dos se agarraban del cuello con fuerza", recuerda Ram¨®n. La tensi¨®n aumentaba y no se lo pens¨® dos veces.

Encamin¨® su veh¨ªculo hacia la comisar¨ªa m¨¢s cercana: la de Usera. El conductor ya contaba con experiencia en estas labores. Hace dos a?os hab¨ªa llevado a la comisar¨ªa de Entrev¨ªas a un pasajero que no quer¨ªa pagar el billete. '"Fue cuando trabajaba en la l¨ªnea 112, en el barrio de La Celsa. Sub¨ªan muchos yonquis y no quer¨ªan abonar el billete. Lo tuve que hacer porque no tenemos otra manera de defendernos en casos como ¨¦stos", relata.

Cinco largos minutos

Pero el jueves, el conductor de la l¨ªnea 86 tard¨® en llegar s¨®lo cinco minutos a la comisar¨ªa de Usera. "Se me hicieron muy largos", explica. En el centro policial, un par de funcionarios situados junto a su puerta contemplaron at¨®nitos la llegada del inesperado veh¨ªculo municinal lleno de pasajeros."La discusi¨®n y las amenazas eran tan fuertes, mientras lleg¨¢bamos a la comisar¨ªa, que yo creo que el agresor ni se enter¨® a d¨®nde le llevaba", mantiene el conductor.

A la llegada del veh¨ªculo, y ante un significativo gesto de cabeza del conductor, subieron dos funcionarios policiales. Pidieron explicaciones:

"Este individuo lleva varios d¨ªas toqueteando y molestando a mi hija".

"Eso no es verdad, es que con el vaiv¨¦n del autob¨²s la he rozado sin querer", dec¨ªa el presunto agresor.

Los polic¨ªas no dudaron. Arrestaron al individuo denunciado. Luego result¨® ser un alba?il de 54 a?os que, desde hac¨ªa varios d¨ªas, esperaba a la joven en una parada de Villaverde para subirse al veh¨ªculo con ella y tocarla de manera deshonesta. La joven, asustada, se lo relat¨® a su padre, quien decidi¨® el jueves pasado acompa?arla en el trayecto.

Zanjado el incidente, y ya sin pasajeros, Ram¨®n reemprendi¨® su ruta. Llego una hora y tres minutos tarde: al final de su destino. Nervioso por lo ocurrido, se le olvid¨® dar parte a sus superiores. "Es que esto no pasa todos los d¨ªas", concluye.