Hay que irse
Hay que irse de este pa¨ªs, dicen muchos cuando de pronto salta un nuevo esc¨¢ndalo en la prensa. Lo dice gente de todas clases. Este deseo de fugarse lo expresan dem¨®cratas, socialistas, conservadores, reaccionarios, los rojos m¨¢s puros, los fascistas renovados, personas decentes y otras que est¨¢n totalmente corrompidas. Ante cualquier desaguisado, todo el mundo quiere largarse de este pa¨ªs, pero nadie dice a d¨®nde quiere ir. Se supone que unos querr¨¢n ir a Suiza, otros a los mares del Sur, algunos, los m¨¢s sensibles, al vientre de su madre. Si todos coincidieran en huir a un mismo lugar, no se arreglar¨ªa nada. En ese espacio volver¨ªan a estar estos espa?oles juntos, socialistas, conservadores, fascistas, rojos, gente honesta y otra degradada. All¨ª se repetir¨ªa la misma corrupci¨®n y el pesimismo les obligar¨ªa a volver otra vez a Espa?a. Mi teor¨ªa es que para huir uno no debe moverse. Un solo crimen real son un mill¨®n de cr¨ªmenes en televisi¨®n. Un solo cohecho se convierte en un mill¨®n de cohechos en la prensa; un desfalco aislado se multiplica infinitamente en la radio. La informaci¨®n masiva y persistente transforma estos delitos concretos en una atm¨®sfera irrespirable. Una soluci¨®n consiste en quedarse en esta patria y andar por la calle con una m¨¢scara antig¨¢s como protesta saltando sobre los excrementos de perro. La otra salida es m¨¢s espiritual, aunque requiere un esfuerzo desmesurado: se trata de creer a toda costa que en este pa¨ªs existe una realidad sin inter¨¦s informativo donde la gente honesta tiene a¨²n su verdadero tama?o. En ese espacio interior la ¨¦tica de muchos dem¨®cratas es la m¨¢xima fuente de energ¨ªa. Quedan algunos pol¨ªticos muy honrados en todos los partidos, los fontaneros arreglan perfectamente los grifos, los ricos no han sido necesariamente ladrones, los sabios no escriben en los peri¨®dicos y los corruptos no contaminan el ambiente porque son condenados. Creo que ese lugar adonde hay que fugarse existe, est¨¢ aqu¨ª al lado, y si se escarba mucho, incluso dentro de uno mismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.