El gran espect¨¢culo

La retransmisi¨®n de la entrega de los Oscar es uno de los espect¨¢culos televisivos del a?o. M¨¢s de mil millones de personas en todo el mundo siguen en directo las tres horas de un programa que siempre es igual, pero que nunca se repite, y que administra sabiamente el espect¨¢culo de la industria de Hollywood, la emoci¨®n de los premios -"... and the Oscar goes to..."- y la publicidad que sostiene todo el despliegue.Desde 1976, la ABC se encarga de retransmitir la gran gala del Dorothy Chandler Pavilion, que este a?o presenta por primera vez en los 66 a?os de historia de los Oscar, una mujer negra: la actriz Whoopi Goldberg.

La ABC dedica 15 c¨¢maras y 300 personas a la producci¨®n del programa de los Oscar, "dif¨ªcil de realizar, como cualquier espect¨¢culo en directo de este tipo", se?ala desde Los ?ngeles Dan Doran, portavoz de la cadena, que se resiste a hablar de dinero.

88 millones por anuncio

"El coste global del programa es informaci¨®n reservada", asegura. Lo que s¨ª se conoce es el precio de cada anuncio: 630.000 d¨®lares (88 millones de pesetas) por 30 segundos. Adem¨¢s de los anuncios, tres marcas -Revlon, Coca-Cola y General Motors- financian la retransmisi¨®n y colocan de forma preferente sus s¨ªmbolos en los segmentos que patrocinan.

La publicidad, recibida por una audiencia de 80 millones de norteamericanos y mas de 1.000 millones de personas en todo el mundo, se inserta en la ceremonia cada 12 o 13 minutos, con precisi¨®n matem¨¢tica.

Para no alterar el riguroso esquema de la realizaci¨®n ni desbordar los tiempos previstos, los organizadores de la ceremonia presionan a los premiados para que resuman al m¨¢ximo sus mensajes de agradecimiento y no se acuerden del ¨²ltimo pariente ni del m¨¢s lejano colaborador. Todo est¨¢ muy ensayado, y se conf¨ªa en las tablas de la persona que presenta el espect¨¢culo para hacer frente a los imprevistos.

No es muy probable que ocurra lo que le pas¨® a Frank Sinatra en la reciente entrega de los premios Grammy, cuando sus palabras de agradecimiento fueron interrumpidas por la implacable cuchilla de la publicidad.

El programa de la entrega de los Oscar tiene unas l¨ªneas generales ya conocidas: la presentaci¨®n general, las parejas de presentadores de cada premio, que se encargan, con m¨¢s o menos gracia, de la emoci¨®n de la apertura de los sobres, despu¨¦s de la breve evocaci¨®n en pantalla del trabajo de los finalistas de cada estatuilla, y la salida al escenario de los premiados para pronunciar las palabras de agradecimiento, en un crescendo que concluye con las cuatro grandes estatuillas de la noche: mejor actriz, mejor actor, mejor director y mejor pel¨ªcula.

Todo ello de acuerdo con un gui¨®n que est¨¢ milim¨¦tricamente dise?ado, en el que no se improvisan ni los chistes.

A lo largo del programa hay interpretaciones musicales que coinciden con los seleccionados para la mejor canci¨®n original. Las estrellas de este a?o son: Bruce Springsteen, Janet Jackson, Neil Young, Dolly Parton, James Ingram y Keith Carradine. La coreografia, a cargo de Debbie Allen (Fame), ocupa un lugar importante, y cuenta en esta edici¨®n con la actuaci¨®n de primeras compa?¨ªas de ballet de Cuba -toda una novedad-, China, Canad¨¢, Guinea, Francia y EE UU.

"Buena parte de lo que hace que los oscars se vean en todo el mundo es la oportunidad de que millones de personas vean cosas que no tienen oportunidad de ver", seg¨²n Gilbert Cates, productor del espect¨¢culo.

Entre los sobres, las interpretaciones musicales y la coreograf¨ªa se distribuyen tambi¨¦n los premios especiales -este a?o, Deborah Kerr y Paul Newman- y se hacen reflexiones diversas sobre el tema elegido para cada edici¨®n.

El objetivo de 1994 es homenajear a los protagonistas an¨®nimos del cine, a los hombres y mujeres que est¨¢n detr¨¢s de las c¨¢maras. El tono dominante en el escenario, el color que manda este a?o, es el plateado, en contraste con el color oro de 1993.

Programas especiales

En la ABC, la retransmisi¨®n de la entrega de los oscars est¨¢ precedida por un programa especial en el que la prestigiosa Barbara Walters entrevista a las que se presume que van a ser las figuras m¨¢s destacadas de la noche, como Steven Spielberg este a?o. El resto de las televisiones dedican desde hace d¨ªas programas especiales a los oscars. Por lo menos un canal especializado en el espect¨¢culo, Entertainment TV, retransmite la llegada de celebridades al Dorothy Chandler Pavilion de Los ?ngeles.

Whoopi Goldberg hace historia en la gala de los Oscar: primera mujer que presenta sola la ceremonia y primera figura negra que conduce la gran noche del mundo del cine. La actriz, que consigui¨® en 1990 un Oscar a la mejor secundaria por su papel en Ghost, est¨¢ emocionada: "Pasar de ver el espect¨¢culo a ganar un Oscar, y de ah¨ª a presentarlo, es alucinante". Dos populares showman de la televisi¨®n, uno retirado -Johnny Carson- y otro en activo -David Letterman-, declinaron la invitaci¨®n de los organizadores. "Tiene todas las cualidades de los grandes presentadores de los Oscar", seg¨²n el productor Gilbert Cates: "Es una estrella del cine con millones de seguidores y una de las actrices m¨¢s divertidas e inteligentes de ahora mismo".

La desbordante sonrisa de Whoopi Goldberg invitar¨¢ a ir saliendo al escenario a los encargados de anunciar los premios. Entre ellos estar¨¢n Al Pacino, Kirk Douglas, Clint Eastwood, Whitney Houston, Harrison Ford, Sharon Stone, Anthony Hopkins, Emma Thompson, Jeremy Iron, Tom Cruise, Macaulay Culkin -el ni?o de Solo en casa- y el espa?ol Antonio Banderas.

Las c¨¢maras recoger¨¢n tambi¨¦n los rostros de dos mitos vivientes, Deborah Kerr y Paul Newman, que recibir¨¢n premios especiales. La elecci¨®n de la actriz Goldberg para conducir la fiesta fue complicada, despu¨¦s de los cuatro a?os seguidos de Billy Crystal, que se amoldaba perfectamente a los gustos un tanto kitch de la audiencia americana.