Hollywood enloquece en v¨ªsperas de los 'oscars'
El terremoto perturba el ¨²ltimo ensayo de la gran ceremonia del cine
El actor Elijah Wood acababa de terminar su ensayo para el premio a los mejores efectos especiales cuando la estructura de m¨¢rmol y cristal del Dorothy Chandler Pavillion de Los ?ngeles se sacudi¨® en sus cimientos. Alg¨²n incr¨¦dulo pens¨® que se trataba de un temblor truculento, pero afuera, las enormes y famosas estatuas doradas que flanquean la entrada de la sala casi se desmoronaron. La gran ceremonia de los oscars se tambale¨® por los caprichos de la falla de San Andr¨¦s, aunque la locura que recorre Hollywood con motivo de la gran fiesta anual del cine mantiene el tono que precede a este acontecimiento.
Alrededor de cincuenta millones de espectadores, una quinta parte de la poblaci¨®n norteamericana, estaba previsto que presenciaran la pasada madrugada (hora espa?ola) la entrega de los oscars. El principio de la emisi¨®n coincid¨ªa en Los ?ngeles con el regreso del trabajo, en Fidaldelfia con la sobremesa de la cena. La mayor audiencia se apoya en Estados Unidos en los adultos entre los 34 y los 54 a?os, el grupo crecido con m¨¢s apego a la fantas¨ªa del cine y convertidos hoy, como padres de familia, en los due?os del mando a distancia. Unos 4,2 billones de pesetas se calcula que gastar¨¢n las familias norteamericanas a lo largo de 1994 en consumo de pel¨ªculas, un 7,2% m¨¢s que en 1993.Pero como no es lo mismo el flamenco en California que en Jerez, no es lo mismo consumir cine en Estados Unidos que en Europa. La preparaci¨®n, el rodaje, el lanzamiento y el desarrollo comercial de las pel¨ªculas se difunde en Estados Unidos con una intensidad abrumadora. As¨ª, no extra?a que la entrega de los oscars se encuentre enfatizada. Pocos sucesos televisados logran una audiencia tan grande desde su primera emisi¨®n en 1953, s¨®lo cinco a?os despu¨¦s del nacimiento de la televisi¨®n comercial.
En la noche de los oscars, restaurantes grandes y peque?os montan una cena especial para presenciar la entrega de los premios. Hay pantallas gigantes, esm¨®quines, votaciones, focos, estatuillas y un n¨²mero de comensales suficiente como para ampliar la convocatoria a?o tras a?o. Las revistas populares adelantan n¨²meros enteros o suplementos especiales; TV Guide ofrec¨ªa cinco recetas pr¨¢cticas para una cena apropiada a esta velada; The New Yorker de marzo ha dedicado sus p¨¢ginas al cine, con fotos de Richard Avedon, que expone este mes en el Whitney Museum. Los dise?os de ¨®scar de la Renta se anuncian estos d¨ªas con un simple Oscar, y Gap, la cadena de ropa joven, basa su publicidad en directores y estrellas con prendas en su estilo campero.
Un Oscar ayuda a triunfar. Se calcula que la pel¨ªcula galardonada obtiene una inyecci¨®n inmediata de unos 1.200 millones de pesetas, equivalente, en Estados Unidos, al beneficio medio de un filme durante toda su vida. Pero el Oscar es tambi¨¦n pol¨ªtica, componenda y loter¨ªa. En 1982, Ghandi fue reconocida como la mejor pel¨ªcula, y logr¨® unos ingresos de 8.120 millones de pesetas. Hab¨ªa derrotado a E. T. Pero E. T. consigui¨® en las taquillas m¨¢s de 56.000 millones de pesetas. Durante algunas de las cenas en los restaurantes que organizaron veladas especiales, los comensales podr¨ªan inclinarse por La lista de Schindler, pero no porque la apreciaran, sino por el hecho de ser jud¨ªos.
En cuanto a los actores, la encuesta de Gallup daba vencedor a Tom Hanks, por Philadelphia, m¨¢s que a Liam Neesom o Daniel Day Lewis, precisamente en dos pel¨ªculas pol¨ªticas. Respecto a las actrices, no muchas mujeres encuestadas estaban de acuerdo en distinguir a Holly Hunter por El piano, pero s¨ª a su directora, Jane Campion, en defensa de su g¨¦nero. Con parecidas razones feministas se expresaba Whoopi Goldberg respecto a su funci¨®n de presentadora d¨ªas antes: "He estado toda mi vida viendo presentar los oscars a hombres. Desde Bob Hope pasando por Johnny Carson hasta Jack Lemon. Me gusta que la Academia haya pensado en m¨ª. Tener que afrontar un encargo como ¨¦ste es como tener un grano en el culo, pero es un honor".
Whoopi Goldberg ten¨ªa preparado un traje de Armani, pero tanto las joyas como los vestidos de todas las participantes, premiadas o no, suelen ser prestados, y se devuelven cuando acaba la funci¨®n. Todo es ficci¨®n, enredo, falsa casualidad. En los cines de Estados Unidos, este pasado fin de semana se ha estrenado Naked gun 33 1/3 (Ag¨¢rralo como puedas 33 1/3), centrada precisamente en los gags de Zucker y Leslie Nielsen parodiando la ceremonia de los oscars.
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