La Intifada francesa
Los hijos de la generaci¨®n del 68 se rebelan violentamente contra un futuro de paro y desesperanza
![Enric Gonz¨¢lez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe19959f9-1b77-4fa4-b4c9-ad9c27d18ec2.png?auth=cc48cfeca3c4fa713d7e16fc9e97f765f78a2bc782edcbaf28750ab1efa9f6c0&width=100&height=100&smart=true)
La revuelta viene de lejos. Durante la ¨²ltima d¨¦cada, el malestar de los j¨®venes franceses ha sido creciente y ha causado explosiones espor¨¢dicas. Pero la actual oleada, la marea de protestas por toda Francia, tiene un origen muy concreto: el Instituto Universitario de Tecnolog¨ªa (IUT) de Par¨ªs, en el distrito 16?, uno de los m¨¢s selectos de la capital. La rebeli¨®n naci¨® ah¨ª, entre estudiantes de buena familia que no aceptan un futuro sombr¨ªo de subempleo, se cruz¨® con la rabia de los suburbios pobres, y estall¨® en cientos de manifestaciones incontrolables.El Gobierno, los partidos, los sindicatos, los padres, asisten at¨®nitos a la Intifada de los escolares. Charles Pasqua, el duro ministro del Interior, prometi¨® ayer mano dura. Se acab¨® la complacencia, dijo, ante esos chicos que incendian coches y rompen escaparates. Mientras tanto, miles de j¨®venes, algunos casi ni?os, segu¨ªan en las calles de Ly¨®n y Saint ?tienne, incendiando alg¨²n que otro coche y rompiendo unos cuantos escaparates, cortando v¨ªas f¨¦rreas, apedreando a la polic¨ªa, incontenibles en su ira. Una veintena de polic¨ªas salieron ayer heridos tras el choque con los estudiantes de Ly¨®n. Medio centenar de j¨®venes fueron detenidos. Un balance que empieza a ser normal.
Protestas diarias
El lunes, en Nantes, ocurri¨® casi lo mismo. E igual el domingo en Perpignan, Toulouse y otras ciudades. Las manifestaciones son casi diarias, y brotan espont¨¢neamente. La chispa de la explosi¨®n, el Contrato de Inserci¨®n Profesional (CIP) por el que el Gobierno conservador convirti¨® a los j¨®venes en mano de obra de segunda, es ya s¨®lo una hebra m¨¢s en el tapiz del furor.Los sindicatos acudieron el lunes a Matignon, la oficina del primer ministro, para negociar una suavizaci¨®n del CIP. El primer ministro, Edouard Balladur, ofreci¨® concesiones. Alg¨²n sindicato, como el de cuadros o el de trabajadores cat¨®licos, qued¨® medio convencido. Pero los j¨®venes no estaban ah¨ª, sino en la calle, siguiendo con la algarada, ajenos a la reuni¨®n de Par¨ªs.
El problema excede largamente a los sindicatos, por m¨¢s que ¨¦stos intenten capitalizarlo, y va mucho m¨¢s all¨¢ del CIP. La sombra de Mayo del 68 se proyecta sobre esta vol¨¢til Intifada francesa. Pero, hace m¨¢s de un cuarto de siglo, los estudiantes de la Sorbona buscaban playas bajo los adoquines de Par¨ªs. Los estudiantes de ahora, hijos de aquellos de 1968, no saben de sociolog¨ªa, sino de inform¨¢tica o ingenier¨ªa, y lo que buscan bajo los adoquines es trabajo. Una consigna: Debajo de los adoquines hay... m¨¢s adoquines. Otra consigna, coreada estos d¨ªas en Ly¨®n: Pap¨¢, he encontrado un empleo: ?el tuyo!. "Tengo dos hijos, chica y chica, en edad universitaria. Y les veo desenga?ados, rabiosos. El problema de los j¨®venes puede convertirse r¨¢pidamente en una crisis nacional", comenta un directivo medio de una gran empresa automovil¨ªstica. "Mis hijos est¨¢n igual", agrega un segundo directivo.
Los protagonistas de la protesta no tienen un perfil homog¨¦neo. Los hay como Yves, el joven delegado del IUT parisino que el 25 de febrero llam¨® a la revuelta contra el CIP ante las c¨¢maras de televisi¨®n: de clase media, con padre de izquierdas y sindicalista, con el recuerdo infantil de la familia euf¨®rica ante la televisi¨®n ese d¨ªa de mayo de 1981 en que el socialista Fran?ois Mitterrand gan¨® la presidencia con la promesa de cambiarlo todo. Los hay tambi¨¦n como Mohamed, un chico de Garges-les-Gonesse, en el cintur¨®n de pobreza de Par¨ªs, hijo de inmigrantes magreb¨ªes: "Ya basta de controles de identidad continuos, ya basta de que la pasma nos acose, ya basta de ver a los vendedores de droga en sus descapotables mientras nosotros estamos en la cola del autob¨²s; ha empezado la Intifada francesa".
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