El otro concordato
Hace pocos d¨ªas, Juan Cruz alertaba aqu¨ª sobre la supresi¨®n de la filosof¨ªa en las pruebas de selectividad, lo que puede ser un primer relegamiento en el tr¨¢nsito hacia su plena desaparici¨®n de los planes de bachillerato. Esc¨¢ndalo doble esta marginaci¨®n, piensa Juan Cruz, por lo que en s¨ª misma supone y porque no parece importarle un r¨¢bano a nadie. Mi querido Juan tiene raz¨®n, pero, como tantos otros a los que tampoco la raz¨®n falta, la tiene contra el obstinado devenir de la sociedad en que bregamos. Motivos de gran peso conspiran para convertir la filosof¨ªa en una asignatura de bachiller superflua, fastidiosa y aun da?ina. No una simple p¨¦rdida de tiempo (dado que es la rentabilidad lo que determina la utilidad de los saberes y consideradas las actuales perspectivas laborales de los adolescentes, el bachillerato entero va siendo una p¨¦rdida de tiempo), sino un uso perverso y favorable a la discordia del tiempo escolar que la sapiencia ministerial tiene encomendado administrar.Para empezar, amigo Juan, reina entre nosotros el ¨²nico monarca europeo que jam¨¢s podr¨¢ ser destronado: el desconcierto. La filosof¨ªa ha sido el esfuerzo por categorizar el conjunto de la vida humana desde la perspectiva de la verdad. Pero hoy resulta que cada cual lleva en el bolsillo su verdad port¨¢til, junto al llavero y al DNI. No lleva, f¨ªjate bien, la b¨²squeda de la verdad, ni la duda que urge a encontrarla, ni los razonamientos que sustentan la opini¨®n y que pueden ser debatidos, sino la verdad misma, hecha, derecha y concluida, aunque cambie de un d¨ªa para otro como el estilo de peinado. Todo el mundo tiene derecho a su verdad, de modo que ?para qu¨¦ buscarla juntos o contar las biograf¨ªas intelectuales de los que aspiraron a ella, sin mayores t¨ªtulos que cualquier otro hijo de vecino? Ser¨ªa una inc¨®moda concesi¨®n al elitismo cultural. Vayamos pues a lo objetivo, es decir, a la matem¨¢tica, la f¨ªsica o la geograf¨ªa, campos en los que ya no hay que preocuparse por la verdad puesto que sin mayores dudas funcionan. Y de lo que se trata es de que todos funcionemos y, si es posible, de que todos lleguemos a funcionarios.
Adem¨¢s, la filosof¨ªa es disciplina que se ha vuelto antip¨¢tica... como cualquier otra disciplina. ?Te acuerdas de los ex¨¢menes de filosof¨ªa que sol¨ªan ponerse en selectividad? La p¨¢gina m¨¢s t¨¦cnica y abstrusa de alguna obra imponente, acompa?ada de cuatro o cinco preguntas pr¨®ximas al trabalenguas. El gremio, ya se sabe, existe para defender los irrisorios secretos de su oficio: el acad¨¦mico no est¨¢ para ense?ar nada, sino para demostrar que ha pasado con ¨¦xito el ritual inici¨¢tico a los misterios de la secta. Se convierte as¨ª en representante sobre la tierra del esp¨ªritu de seriedad, el mayor enemigo que ha tenido nunca la filosof¨ªa, el s¨ªntoma que nunca falta a los que no comprenden nada.
En el lado opuesto, la pl¨¦yade de candidatos espont¨¢neos al oficio siempre acogedor de "buen salvaje", alentados por aquellos medios de comunicaci¨®n y organizaci¨®n c¨®mplices de salvajismos menos buenos. Lemas usuales: la filosof¨ªa occidental justifica la sumisi¨®n de los hombres al poder y el exterminio de los diferentes; a fuerza de tanto pensar el hombre se enfrenta a la naturaleza y la destruye; la l¨®gica es p¨¦rdida de espontaneidad vital y la ¨¦tica un subterfugio del puritanismo; aprendamos a vivir como nos ense?an las tribus dichosas que no distinguen entre individuo y grupo, seamos civilizados como los animales, que cada cual explique lo que quiera y que nadie quiera explicar, etc¨¦tera.
?ste es el panorama, Juan. ?Le queda alguna esperanza de supervivencia a la filosof¨ªa? S¨®lo se me ocurre una. Como sabes, la religi¨®n sigue en el plan de estudios, inamovible gracias al concordato con la Santa Sede que la respalda. Habr¨ªa pues que intentar establecer un nuevo concordato, pero esta vez con Grecia, a fin de conseguir la misma protecci¨®n pra la filosof¨ªa. Lo malo es que, seg¨²n parece, el ministro de Exteriores griego se lleva fatal con Javier Solana. Nada, chico, que no hay soluci¨®n.
es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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