"Tenemos que recuperar el orgullo de ser inteligentes"
Jos¨¦ Antonio Marina lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas dedicado al estudio de la Teor¨ªa de la Inteligencia pero hasta 1992 sus conclusiones permanecieron in¨¦ditas. Los dos libros que ha publicado desde entonces han sido un rotundo ¨¦xito de cr¨ªtica y de ventas.Pregunta. ?Le ha sorprendido el ¨¦xito inmediato de Elogio y refutaci¨®n del ingenio y Teor¨ªa de la inteligencia creadora?
Respuesta. Much¨ªsimo. Me sorprendi¨® el ¨¦xito del primero y me ha sorprendido casi m¨¢s el del segundo, ya que en ¨¦l se maneja mucha informaci¨®n especializada. Me parece que he acertado en uno de mis prop¨®sitos, que era el dar importancia al g¨¦nero del ensayo. El ensayo como un modo de pensar suele ser un desastre. Son tentativas precipitadas y tanteos m¨¢s o menos brillantes que no conducen a nada. La ciencia acad¨¦mica tiene que tener una fase previa de hip¨®tesis, de tanteo, pero con mucha frecuencia esta primera etapa se lanza al p¨²blico. Ya tenemos demasiadas opiniones sobre todo, lo importante es saber si son fundadas. Para que lo que diga un pensador tenga cierta verosimilitud, tiene que poder explicar muchas cosas, es lo que en ciencia se llama una Teor¨ªa General. S¨ª me interesa, en cambio, el ensayo como forma de expresar un pensamiento cient¨ªfico con apasionamiento, impregnado del aspecto vivo de la invenci¨®n. Yo me he propuesto elaborar un sistema sobre la inteligencia lo m¨¢s serio posible contado de la manera m¨¢s divertida posible.
P. ?Esta sociedad banaliza el pensamiento?
R. Es que se considera que a un escritor se le puede preguntar sobre todo. Yo, para empezar, no soy un escritor, soy un cient¨ªfico que escribe. Las opiniones que aparecen en un medio de informaci¨®n deber¨ªan estar justificadas, porque eso es lo que promueve la salud mental de una sociedad. De lo contrario que se haga una encuesta, un estudio sociol¨®gico.
P. ?C¨®mo se ha producido el encadenamiento entre sus dos primeros libros y la ?tica para na¨²fragos que est¨¢ escribiendo ahora?
R. Yo he estado trabajando desde hace tiempo en una Teor¨ªa de la Inteligencia, que engloba la fenomenolog¨ªa, la psicolog¨ªa gen¨¦tica, la neurolog¨ªa y la ling¨¹¨ªstica. Lo del ingenio era s¨®lo un ejemplo de las cosas tan raras que hace la inteligencia. Se alarg¨® cada vez m¨¢s, porque, entre otras cosas, me di cuenta de que explicaba gran parte de los movimientos culturales de este siglo.
P. Por ejemplo el arte...
R. S¨ª, cuando digo que gran parte del arte de este siglo es una broma, no es un insulto, simplemente afirmo que es un modo art¨ªstico que en literatura lo tenemos muy bien catalogado. Quevedo es un grand¨ªsimo escritor, pero es un escritor ingenioso. Con eso lo ¨²nico que decimos es que se mueve en un determinado registro. El arte contempor¨¢neo es muy divertido, pero creo que como cualquier chiste o persona chistosa acaba cansando. El ingenio es esencialente devaluaor, y ya es hora de que empecemos a hablar en serio, porque no es verdad que s¨®lo se pueda ser libre devaluando todo, se puede ser libre creando valores. No hay grandes creadores que digan que su obra no vale nada. Ha estado de moda el des¨¢nimo, y tenemos que recuperar el orgullo de ser inteligentes, el ¨¢nimo de la inteligencia creadora.
P. ?Es en la creaci¨®n de valores donde surge la ¨¦tica?
R. La inteligencia como gran actividad constitutiva del ser humano, como la mejor manera que tiene el hombre de utilizar sus facultades mentales, es un problema estrictamente ¨¦tico. Los psic¨®logos no se han puesto de acuerdo acerca de lo que significa el concepto de inteligencia, y a m¨ª me parece que es porque el concepto de inteligencia es ¨¦tico m¨¢s que psicol¨®gico. La inteligencia humana funciona a dos niveles. El operacional o computacional, que maneja informaci¨®n y que no es muy diferente del de otros animales superiores, es un nivel bastante b¨¢sico que se puede ya simular en parte por ordenador. Lo que diferencia a la especie humana es la capacidad de dirigir nuestras operaciones mentales, el poder fijar la atenci¨®n no en lo que nos atrae sino en lo que nos interesa; y todo ello en funci¨®n de nuestros proyectos. Lo importante son los proyectos creadores y despu¨¦s la evaluaci¨®n, que es la parte m¨¢s complicada, ya que entran en juego criterios de valor. Ah¨ª es donde empieza la ¨¦tica.
P. ?A qu¨¦ se debe la pereza de la filosofia a la que usted se ha referido en varias ocasiones?
R. Lo que ha perdido a la filosofia es un complejo de inferioridad que la ha hecho refugiarse en la historia. Durante este siglo, se ha considerado que el modelo ¨²nico de ciencia eran las ciencias f¨ªsicas. Yo considero, en contra de todo lo comunmente aceptado, que el conocimiento cient¨ªfico e m¨¢s nivel es la ¨¦tica como culminaci¨®n de una teor¨ªa de, la inteligencia. Creo que la teor¨ªa de la inteligencia debe convertirse en la disciplina filos¨®fica fundamental y en punto de referencia para las dem¨¢s ciencias. La f¨ªsica y las matem¨¢ticas son poderos¨ªsimas pero fragmentarias, solo valen para lo que valen. La gran creaci¨®n de la inteligencia humana no es la ciencia, es un modelo de humanidad.
P. ?Qu¨¦ le parece que la filosof¨ªa no sea ya obligatoria en las pruebas de selectividad?
R. Me parece un disparate. Considero que en el bachillerato, la filosofia concebida como teor¨ªa de la inteligencia debe vertebrar y organizar el resto de las asignaturas. Es imprescindible cada alumno sepa que la inteligencia es su mayor tesoro, y que aprenda a manejarlo.
P. Volviendo al tema de la ¨¦tica y los modelos de humanidad. ?No cree que nuestro modelo tarda demasiado en adaptarse a las nuevas realidades?.
R. Los proyectos siempre van por delante de las realidades. La seguridad social, que es el gran valor del siglo XX, es una muestra de gran talento creador impensable a principios de siglo. Otro ejemplo son los derechos humanos, de los que hablamos con demasiada alegr¨ªa sin darnos cuenta de que son una elecci¨®n, y no algo recibido pasivamente. Si el derecho se objetiviza, si se considera que se tienen derechos como se tiene nariz, pasan cosas muy raras. El derecho debe ser la aceptaci¨®n de un proyecto de vida. No tenemos derechos, lo que tenemos es la posibilidad de reinventarlos y construirlos.
P. En Teor¨ªa de la inteligencia creadora usted escribe sobre el peligro deshumanizador de la inform¨¢tica. ?Hasta qu¨¦ punto es real esa amenaza?
R. Es una amenaza real, pero no por la inform¨¢tica en s¨ª, que tiene un poder instrumental ciertamente fant¨¢stico, sino porque podemos empezar a interpretar nuestra inteligencia como una ampliaci¨®n de la inteligencia artificial. El asombroso poder computacional de los ordenadores puede fomentar una concepci¨®n robotizada del ser humano. Hay que situar al ordenador dentro de la vida humana, sin que se produzca una dependencia intelectual.
P. ?Le preocupa que los medios audiovisuales se conviertan en el principal elemento cultural?
R. La imagen se traduce en informaci¨®n a trav¨¦s del lenguaje. Es la inteligencia ling¨¹¨ªstica la que da valor a la imagen, la que determina si la imagen es pobre o rica. El vocabulario no es s¨®lo para lucirse, como piensan muchos j¨®venes. En el lenguaje est¨¢, por encima de todo, la capacidad analizadora de toda una cultura. Yo pienso que el ser humano est¨¢ manteniendo a pulso muchos valores, y que es fundamental no abandonarse. Hay que evitar crear una sociedad empobrecida, de mudos funcionales.
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