Mezcla aberrante
MEZCLAR AL Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o a la instituci¨®n del Defensor del Pueblo, ¨®rganos constitucionales -sobre todo el primero- de especial relevancia en el funcionamiento del Estado, con el Consejo de Energ¨ªa Nuclear, el Consejo de Universidades o, incluso, el Consejo de Administraci¨®n de RTVE, ¨®rganos meramente administrativos por m¨¢s importantes que sean sus funciones, puede ser pol¨ªticamente admisible, pero es institucionalmente aberrante. El Partido Popular se ha empe?ado en hacer de esta mezcla la clave de Su estrategia en las negociaciones mantenidas con el PSOE sobre el llamado impulso democr¨¢tico. O negociamos todo en bloque o no negociamos, ha sido su lema. Esta estrategia del todo o nada puede resultar m¨¢s perniciosa para las instituciones del Estado que el denostado sistema de cuotas. ?ste las desprestigia; aqu¨¦lla bloquea lisa y llanamente su funcionamiento. -No todas las medidas sobre el impulso democr¨¢tico, como lo denomina el PSOE, o la regeneraci¨®n de la vida p¨²blica, como quiere el PP, tienen la misma importancia ni son igualmente urgentes. Algunas, como la renovaci¨®n de las cinco vocal¨ªas del CGPJ vacantes desde hace m¨¢s de dos a?os o la designaci¨®n de un nuevo Defensor del Pueblo que acabe con el esc¨¢ndalo de la interinidad de m¨¢s de un a?o en que se encuentra esa instituci¨®n, son deberes pendientes de la anterior legislatura, cuyo cumplimiento no puede condicionarse a ning¨²n otro acuerdo. Ni siquiera al de un nuevo Estatuto de RTVE, a pesar de la indudable importancia pol¨ªtica que tiene el hecho de que el medio televisivo p¨²blico funcione con mayor autonom¨ªa y no con la clara dependencia, a veces sectaria, que le vincula al Gobierno socialista. El CGPJ y la instituci¨®n del Defensor del Pueblo. forman parte de ese espacio institucional b¨¢sico, regido por principios y exigencias de inter¨¦s general, al que los partidos pol¨ªticos deber¨ªan preservar de sus pugnas y mantener al abrigo de sus estrategias pol¨ªticas a corto plazo.
Un compromiso solemne en este sentido de los partidos pol¨ªticos ser¨ªa su mejor forma de contribuir al impulso democr¨¢tico y a la regeneraci¨®n de la vida p¨²blica que predican. Si las fuerzas pol¨ªticas y el PSOE y el PP a su cabeza- se obstinan en recusar un modelo estable de normalizaci¨®n institucional que est¨¦ a cubierto de sus m¨¢s inmediatos intereses electorales de partido, no es de extra?ar que el pesimismo sobre la situaci¨®n pol¨ªtica cunda entre los ciudadanos espa?oles, como pone de manifiesto el bar¨®metro de primavera realizado por Demoscopia para este peri¨®dico. Como tampoco debe extra?ar al PP este otro dato: que su creciente ventaja en intenci¨®n de voto respecto del PSOE siga siendo m¨¢s por dem¨¦rito de los socialistas y por desencanto de su base social que por m¨¦ritos propios.
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