Rotundo ¨¦xito de la campa?a institucional francesa de venta de preservativos baratos
Se han agotado siete millones de condones a 25 pesetas en casi tres meses
La campa?a del uso del preservativo en Francia casi consigui¨® duplicar el n¨²mero de unidades vendidas en s¨®lo un a?o. Ahora, la iniciativa de lanzar preservativos de tarifa joven, a un franco la unidad (25 pesetas), se confirma como un rotundo ¨¦xito. Puesta en marcha en diciembre por el Ministerio de Sanidad, la campa?a ha puesto a la venta siete millones de condones que ya se han agotado. Tanto esfuerzo oficial -Sanidad tuvo que amenazar a los fabricantes para lanzar su campa?a- tiene el objetivo de frenar el sida en un pa¨ªs reacio a usar el preservativo.
El pasado diciembre se lanzaba en Francia la campa?a del "cond¨®n a precio joven", es decir, a un franco. El objetivo de la misma era popularizar el uso del preservativo partiendo de una doble constataci¨®n que lo convierte casi en un art¨ªculo imprescindible: el progreso del n¨²mero de casos de sida y el hecho de que un 61% de los franceses declare en las encuestas no haberse servido nunca de un cond¨®n.Las campa?as previas consiguieron elevar la comercializaci¨®n de este art¨ªculo, cuyo precio habitual en Francia es de diez francos (250 pesetas) la unidad. Los 92 millones de unidades vendidas en 1992 habr¨¢n de confrontarse con las 157 millones de unidades puestas a la venta en 1993 (a¨²n no se conoce la cifra definitiva de ventas de ese a?o). Ahora, cuatro meses despu¨¦s de ponerse en marcha la tarifa joven que lanz¨® el Ministerio de Sanidad, el mercado del capote ha crecido en un 13% y llama la atenci¨®n el hecho de que la oferta se haya revelado como insuficiente.
"Eso no es exacto", explica un farmac¨¦utico del popular barrio de Faubourg du Temple, "ya que en mi almac¨¦n sigo teniendo a disposici¨®n del cliente preservativos a 6, 10 o 20 francos. De los que no me queda ni uno es de los que se venden a un franco".
En el Ministerio de Sanidad confirman la situaci¨®n: "Hace menos de dos semanas distribu¨ªmos 8.000 cajas con 100 condones a un franco en cada una de ellas -800.000 unidades en total- La demanda ha absorbido nuestra oferta y ahora estamos negociando con otros fabricantes para, renovarla".
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El ministro adjunto de Sanidad, el democristiano Philippe Douste-Blazy, no quiere que "esta campa?a, que ha sido un ¨¦xito, se detenga". "Mi prop¨®sito", dice, "es dar continuidad a la experiencia y que esa medida en favor de la sanidad p¨²blica siga vigente durante todo el tiempo que sea necesario".Las estad¨ªsticas manejadas por Douste-Blazy afirman que "un 30% de los preservativos vendidos son de los que cuestan un franco y que el 40% de las personas que lo compran nunca lo hab¨ªa hecho antes". "Eso es importante", dice el ministro adjunto de Sanidad, "porque significa que introducimos el uso en sectores de poblaci¨®n que lo rechazaban".
El 45% de los franceses encuestados en 1992 cre¨ªa que el capote disminu¨ªa el placer sexual. El 69% de los j¨®venes se quejaba del precio habitual que ten¨ªan los preservativos.
El principal enemigo de los planes del ministro son los intereses de fabricantes y farmac¨¦uticos. Ni los unos ni los otros obtienen el menor beneficio vendiendo gomas a un franco. "Estoy totalmente de acuerdo con la idea de la campa?a", admiten en una farmacia vecina a Pigalle, "pero no en la manera en la que se est¨¢ llevando a cabo. El capote a precio reducido debiera estar s¨®lo a disposici¨®n de los j¨®venes, de los profesionales del sexo y de las personas con enfermedades sexualmente transmisibles, pero a mi farmacia viene gente de m¨¢s de 40 a?os, en coche, a comprar condones a un franco. Les digo que no me quedan".
En efecto, la edad y la condici¨®n social del comprador son dos de los problemas suscitados por la campa?a. "Habr¨ªa que reservarlos a los menores de 25 a?os", comenta otro farmac¨¦utico de Par¨ªs, "pero en mi barrio, donde dominan los despachos y los hoteles, los compradores son hombres de negocios ya maduros en un 90% de los casos. Nunca vendo m¨¢s de dos. unidades a una sola persona".
Cada farmac¨¦utico obra como buenamente le parece, desde los que se niegan a servir al p¨²blico porque no quieren 'fomentar el libertinaje" hasta los que no discriminan a ning¨²n tipo de cliente: "Todos pueden contagiar o contraer el sida. No es una cuesti¨®n de edad", explica otro boticario de la capital francesa.
Entre los empresarios, la l¨®gica comercial que prevalece es transparente: "Corno campa?a de promoci¨®n del preservativo es aceptable, pero no puede prolongarse en contra de los intereses de productores y distribuidores". Por eso el Min¨ªsterio busca ahora acuerdos con otras marcas, como 144, Polydis, Laitex o Ray-Flex, que pueden ver en apuntarse a la campana una oportunidad para dar a conocer su nombre.
Amenazas a comerciantes
En su momento, antes de que comenzase la venta, DousteBlazy tuvo que amenazar con lanzar condones gratuitos sobre los institutos desde helic¨®pteros fletados por el Ministerio de Sanidad para convencer a los industriales de que les conven¨ªa colaborar en la campa?a institucional.Para Francois Barthelerny, de la agencia Beau-Fixe, que se ha ocupado del lanzamiento y control de la campa?a, lo importante es subrayar que "en poco m¨¢s de tres meses se han vendido 7 millones de condones a un franco y que las farmacias han duplicado la venta de dicho producto". Desmiente la situaci¨®n de "agotamiento de existencias, porque la realidad es que se trata de un mero problema t¨¦cnico causado por la lentitud de los controles de calidad franceses, que son muy ex?gentes". "Antes de 15 d¨ªas", avanza, "todas las farmacias estar¨¢n abastecidas de nuevo"
En la agencia Beau-Fixe disponen de datos precisos de una encuesta referida al ¨¦xito y las peculiaridades de la campa?a iniciada en diciembre de 1993. "No podemos comunicarle los datos antes que al ministro o a la opini¨®n p¨²blica", informaron ayer. "Tan s¨®lo desmentir¨¦ que los compradores de condones a un franco sean, en su mayor¨ªa, gente de 50 a?os con un Mercedes y ch¨®fer a la puerta de la farmacia. Tampoco es cierto que los fabricantes no ganen nada vendiendo capotes a ese precio. El Gobierno constata que se ha creado una demanda y que era posible reducir los precios. Hay que continuar dando satisfacci¨®n a esa demanda".
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