Cuatro ciudades espa?olas aspiran a ser capital cultural de Europa en el a?o 2000

A comienzos del siglo XXI una ciudad espa?ola puede ser capital cultural de europa. al menos, hay cuatro candidatas. Santiago de Compostela, Valencia y Salamanca optan a serlo en el a?o 2000 y Barcelona, y de nuevo Salamanca, para el a?o 2001. La decisi¨®n sobre qu¨¦ ciudades espa?olas representar¨¢n a la cultura europea a principios del nuevo milenio, la tomar¨¢ el Consejo de Ministros de la Uni¨®n Europea a finales de 1995.

Espa?a presidir¨¢ la Uni¨®n Europea durante el segundo semestre de 1995, lo que en lugar de favorecer puede dificultar las opciones espa?olas ya que habitualmente los pa¨ªses que presiden la UE suelen abstenerse de presentar sus propias candidatas. Incluso salvando este escollo, antes de poder presentarse deber¨¢ solucionarse cu¨¢l de estas cuatro ciudades recibir¨¢ el apoyo oficial del Gobierno espa?ol. Desde luego, las cuatro al mismo tiempo es imposible -aunque algunas voces son partidarias de que compartan capitalidad Valencia y Barcelona-, pero por ahora ninguna ha mostrado su intenci¨®n de retirarse de la contiende.

El Consejo de Ministros de la UE acord¨® en 1992 dar preferencia a las candidaturas de las ciudades que no fueran capital de Estado y tuvieran un tama?o reducido. La raz¨®n es que los actos de la capitalidad cultural suelen diluirse entre las muchas actividades que se desarrollan habitualmente en las grandes ciudades. Es lo que le pas¨® a Madrid, capital cultural en 1992, que tuvo adem¨¢s que competir con el programa cultural de la Expo de Sevilla y los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona.

El caso de Lisboa (1994), Luxemburgo (1995) o Copenhague (1996) es diferente porque se trata de capitales de tama?o reducido. Tambi¨¦n puede ser diferente el caso de Praga, que opta a la capitalidad para el a?o 2000 y ha sido considerada una contrincante imposible para Barcelona, que ha preferido no competir, en la simb¨®lica fecha del 2000, con la capital de la Rep¨²blica Checa, ya que no s¨®lo tiene entidad cultural propia sino que representa adem¨¢s la incorporaci¨®n de los pa¨ªses del Este a Europa.

Santiago, Salamanca y Valencia, de todas formas, no se han desanimado por ello. Todas conf¨ªan en que la designaci¨®n pueda reportarles beneficios tur¨ªsticos y econ¨®micos y tambi¨¦n un importante avance en el tejido cultural de cada una de estas cuatro ciudades.