Un joyero frustra por azar un butr¨®n en su tienda
Soledad D. G., de 37 a?os, y Mercedes C. S., de 28, hab¨ªan planeado cuidadosamente, junto con un tercer c¨®mplice masculino, el golpe con el que pretend¨ªan limpiar, el pasado Viernes Santo, una joyer¨ªa situada en el n¨²mero 70 del paseo de Extremadura. Pero no hab¨ªan contado con una cosa: que al due?o de la tienda le gustase corretear, de buena ma?ana, por delante de su escaparate.Ese detalle ech¨® a perder su intento de robo mediante el procedimiento del butr¨®n (agujero), seg¨²n informaron ayer fuentes de la Polic¨ªa Municipal.
Los butroneros, sobre el papel, no hab¨ªan dejado nada al azar. D¨ªa festivo, primera hora (las nueve de la ma?ana), la gente fuera o durmiendo. Adem¨¢s, iban adecuadamente pertrechados con herramientas variadas, un radial (taladradora grande con disco met¨¢lico que corta el hierro y el acero) y dos discos nuevos por si el que pretend¨ªan usar se estropeaba. Primero saltaron una tapia y fueron a parar a un patio interior.
PASA A LA P?GINA 3
El joyero corr¨ªa ante su tienda cuando los cacos estaban dentro
VIENE DE LA P?GINA 1
A continuaci¨®n, los cacos hicieron dos agujeros en los muros de una ¨®ptica colindante con la joyer¨ªa y un tercero en el tabique del cuarto de ba?o, por el que accedieron a su meta. Una vez all¨ª, arrancaron la alarma y la metieron en un recipiente con agua para que no sonara. Hasta ah¨ª, todo perfecto.
Pero la casualidad quiso que pasara por all¨ª, correteando ociosamente, Jose Luis Mateo, marido de la propietaria del establecimiento, Emilia Casa?e. Al ver apagado el piloto de la alarma, se extra?¨® y pidi¨® ayuda la dotaci¨®n de un coche de la Polic¨ªa Nacional que patrullaba por la zona. Los agentes observaron movimientos sospechosos en el interior de la tienda y decidieron entrar, ya que Mateo llevaba las llaves encima. Para m¨¢s inri, tambi¨¦n circulaba por all¨ª un coche de la Polic¨ªa Municipal, que se uni¨® a la acci¨®n. Due?o y polic¨ªas sorprendieron in fraganti a los tres butroneros cuando ya hab¨ªan perforado una de las cajas fuertes por la parte superior. Los mangantes se dieron a la fuga. El hombre, m¨¢s r¨¢pido, logr¨® atravesar la cercana avenida de Portugal y se escabull¨® en la Casa de Campo. Las dos mujeres, vagabundas, no tuvieron esa suerte y fueron detenidas tras unas carreras.Ambas pasaron a disposici¨®n judicial.
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