"Si el Gobierno no funciona, se vuelve a votar"
Silvio Berlusconi parece tranquilo en su residencia de Arcore, en Mil¨¢n, pese a los problemas surgidos en el seno del Polo de la Libertad. Por primera vez desde su victoria en las elecciones del 27 y el 28 de marzo habla de su programa pol¨ªtico, de sus enfrentamientos con su principal aliado, Umberto Bossi, y del desconcierto causado por las declaraciones de su otro aliado, Gianfranco Fini, a favor de Mussolini.
Pregunta. ?Es posible todav¨ªa un entendimiento con el l¨ªder de la Liga, Umberto Bossi, para formar un Gobierno que no sea un incierto matrimonio de conveniencia?
Respuesta. Bossi sigue provoc¨¢ndome y yo sigo firme en el prop¨®sito de no caer en sus provocaciones. He dicho que comprendo su situaci¨®n, que no es nada f¨¢cil. Se comporta como un jabal¨ª herido. Pero no tengo ninguna intenci¨®n de verme implicado en una pelea in¨²til. Ha habido unas elecciones y los italianos han elegido. Ahora, el jefe del Estado encargar¨¢ la formaci¨®n de un Gobierno coherente con las indicaciones de los electores. Ese Gobierno, si nace, tendr¨¢ una mayor¨ªa y estabilidad y eficacia. Si funciona, bien. Si no, se vuelve a votar.
P. Usted ha reiterado que no se f¨ªa del Partido Democr¨¢tico de Izquierda (PDS) cuando dice que ha renunciado al comunismo. ?Por qu¨¦ tendr¨ªamos que fiarnos de Gianfranco Fini, que no reniega completamente del fascismo y dice que Mussolini ha sido el mayor estadista del siglo?R. Podr¨ªa responder que la controversia ha sido resuelta por Achille Occhetto [secretario del PDS] cuando ha manifestado que entre Berlusconi y Fini no tendr¨ªa ninguna duda en arrojar desde lo alto de la torre a Berlusconi. Si ¨¦l se f¨ªa de Fini, ?por qu¨¦ no puedo fiarme yo? Pero quien se ha ca¨ªdo de la torre ha sido Occhetto, por voluntad de los electores. Me limito a observar que los m¨¦todos de lucha pol¨ªtica empleados por Fini y por su Alianza Nacional han sido liberales. Fini ha dicho claramente una cosa: deber¨¢ ser la historia la que juzgue al fascismo, y Alianza Nacional no es el heredero del r¨¦gimen de Mussolini.
P. Pero, en el extranjero, la victoria del Polo de la Libertad se ve con mucho miedo por la fuerza y el crecimiento de los movimientos llamados neofascistas. ?Qu¨¦ puede usted decir para calmar a la opini¨®n p¨²blica internacional?R. Est¨¢ claro que no se puede negar la novedad del partido de Fini en el seno de un Gobierno, y todas las novedades traen consigo un cierto grado de aprensi¨®n. Pero la verdadera novedad es que Fini ha disuelto su viejo aparato en la nueva formaci¨®n, que usa un idioma liberal muy lejano con respecto al lenguaje de Jean-Marie Le Pen, mientras que el viejo PCI, dividido y rebautizado, se ha reunido y ha demostrado usar m¨¦todos muy tradicionales, como su aplauso a la Cuba de Fidel Castro.
P. Se ha escrito mucho sobre sus modelos pol¨ªticos. ?Son realmente Ronald Reagan y Margaret Thatcher?
R. De Reagan me ha gustado siempre su capacidad de comunicar, el tono c¨¢lido y de confianza de sus discursos. Margaret Thatcher ha dicho y hecho muchas cosas sensatas, y, sobre todo, ha hecho siempre lo que ha dicho que quer¨ªa hacer. Quisiera obtener sus ¨¦xitos en materia de privatizaciones, pero no aceptar¨ªa sus derrotas respecto al empleo y a la solidaridad social. Resumiendo y para ser sincero: no tengo modelos y trato de parecerme a Silvio Berlusconi.
P. Los primeros. 100 d¨ªas de un nuevo Gobierno son decisivos para determinar- el ¨¦xito de ese. Gobierno. D¨ªganos las tres primeras cosas concretas que quisiera llevar a cabo.
R. Estoy pensando en medidas urgentes para estimular la econom¨ªa, todas de car¨¢cter fiscal: el Estado debe incentivar a quien produce, invierte y da trabajo. Inmediatamente despu¨¦s, cuando hayamos hecho las cuentas, trataremos de disminuir la presi¨®n fiscal, que la inflaci¨®n ha llevado a niveles insostenibles.
P. Usted es un empresario acostumbrado a decisiones r¨¢pidas. ?Cree que en pol¨ªtica, en la gesti¨®n de un Gobierno, puede comportarse como en un consejo de administraci¨®n?
R. Muchos amigos me repiten, en relaci¨®n con algunos problemas, que "en pol¨ªtica se hace de esta forma". Yo los escucho, porque ser¨ªa equivocado ignorar las reglas del arte pol¨ªtico y pensar que el Gobierno de una pa¨ªs equivale a la gesti¨®n de una empresa. Pero siempre trato de escuchar la voz interior que me dice: "No hagas exactamente lo que har¨ªa cualquier pol¨ªtico profesional en tu lugar. Trata siempre de mantener un contacto con la realidad de los hombres".
P. La pol¨ªtica est¨¢ hecha de decisiones, pero tambi¨¦n de compromisos. ?Est¨¢ usted preparado para los compromisos?
R. Cualquier compromiso es bueno si se llega a una decisi¨®n. Si se llega a otro compromiso es una p¨¦rdida de tiempo.
P. Entre las acusaciones que ahora le hace Bossi est¨¢ la de tener demasiados intereses econ¨®micos personales para poder ser al mismo tiempo jefe de Gobierno.
R. Las decisiones econ¨®micas son igual que las otras decisiones. Las toma un poder pol¨ªtico que goza de la confianza de la mayor¨ªa de los ciudadanos. Hay una oposici¨®n que vigila. Cuando tenga responsabilidades institucionales adoptar¨¦ las medidas necesarias para separar mis actos de mis intereses privados. Ya no tengo nada que ver con los intereses de gesti¨®n, porque he dimitido de todo cargo en el grupo Fininvest.
P. ?Su verdadero objetivo pol¨ªtico es la, presidencia del Gobierno o m¨¢s bien un futuro papel de presidente de la Rep¨²blica y del Ejecutivo a la vez, elegido directamente por el pueblo, como sucede en Estados Unidos?
R. Mi objetivo es realizar todo lo que creo ¨²til para mi pa¨ªs y cumplir los compromisos que he adquirido cuando ped¨ªa los votos. Ni m¨¢s ni menos. Soy presidencialista y federalista, pero pienso que hay que construir con paciencia y en un clima de amplio consenso pol¨ªtico una Italia federal y presidencial.
P. ?Cu¨¢ndo pens¨® por primera vez lanzarse a la arena pol¨ªtica? ?S¨®lo despu¨¦s de las elecciones locales ganadas por la izquierda? O, en realidad, ?pensaba en ello desde hace tiempo, cuando viajaba por Italia y se encontraba, entre bastidores, con industriales y empresarios tratando de convencerles para unirse a su iniciativa?R. No hay nada entre bastidores. Cuando comprob¨¦ el terreno, me di cuenta de que la situaci¨®n hab¨ªa arrastrado consigo a la vieja clase dirigente y no hab¨ªa una nueva, seria y cre¨ªble, al servicio del pa¨ªs. He actuado abiertamente, aunque con una cierta discreci¨®n t¨¢ctica. Pero que yo no aceptar¨ªa abandonar el pa¨ªs en manos de un Gobierno de la izquierda sin combatir era un secreto a voces.P. ?Cu¨¢nto ha contado en su ¨¦xito la televisi¨®n? ?Nada? ?Poco? ?Much¨ªsimo? ?Ha sido decisiva?
R. Poco. Ten¨ªa o en contra o neutral a la RAI. La mayor parte de mis televisiones alcanzaron un equilibrio y muchos tuvieron el complejo del patr¨®n, por lo que estaban muy atentos a no favorecerme. Los apoyos abiertos que he tenido han sido equivalentes a los que han recibido mis adversarios. Y se cuentan con los dedos de la mano. Realmente, lo que. ha contado ha sido el uso que he tratado de hacer del espacio televisivo que he tenido, sin prepotencia y con respeto a los telespectadores, a los que les gusta escuchar hablar de forma clara y simple: algunas veces se simplifica demasiado, se paga un peaje, pero en democracia es un derecho de los ciudadanos y de los electores que los pol¨ªticos se hagan entender.
P. ?Y cu¨¢nto pesar¨¢ la televisi¨®n en su ¨¦xito o fracaso como posible jefe de Gobierno?
R. Poco. La gente quiere hechos del Gobierno, no programas televisivos.Copyright La Stampa.
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