Los vecinos de Franco quieren ser de Madrid

El Pardo, el barrio madrile?o con m¨¢s banderas nacionales por metro cuadrado, quiere servicios sociales y municipales. Sus casi 5.000 habitantes, entre los que se ocultan los ¨²ltimos miembros de la guardia mora de Franco, los famosos motoristas de? caudillo o el personal civil y militar del palacio, viven hacinados en unas peque?as viviendas donde llegan a convivir hasta 16 personas. En El Pardo no se construyen casas desde hace 10 a?os. De todas formas, a pesar de las carencias, estos vecinos no quieren abandonar el barrio. "Tenemos derecho a que nuestros hijos sigan viviendo cerca de nosotros". Rodeados de bosques y naturaleza, los vecinos de El Pardo aseguran: "Tenemos ¨¢guilas perdiceras, pero carecemos de instituto, cine o supermercado".

El Pardo, residencia real y pabell¨®n de caza desde la ¨¦poca de los Trastamara, congrega una poblaci¨®n fija de m¨¢s de 5.000 personas. La mayor¨ªa de los vecinos, tra¨ªdos por el general Franco en los a?os cuarenta y sesenta, son funcionarios o militares ya retirados. "Hubo un tiempo en que viv¨ªamos en los barracones de los cuarteles que se situaban en torno al palacio", recuerda un capit¨¢n de la reserva.En aquellos a?os fueron derribadas las tradicionales y deterioradas edificaciones del barrio. Algunas familias rojas fueron expulsadas. "Se da la circunstancia de que sus descendientes quieren volver tambi¨¦n hoy d¨ªa al barrio, ya que sus padres eran propietarios de la mayor¨ªa de las viviendas derribadas", asegura Carlos Camacho, presidente de, la asociaci¨®n vecinal Consejo General Ciudadano de El Pardo.

Se calcula que uno de cada cinco vecinos de mediada edad carece de casa propia o de alquiler (viven con otros familiares). En El Pardo no se construyen viviendas desde hace 10 a?os porque no hay suelo liberado. "La ¨²ltimas casas las levant¨® una constructora de Ruiz-Mateos. Como el Patrimonio Nacional no quiere cedernos los terrenos que posee en el barrio, no se pueden levantar nuevas casas".Los j¨®venes se van

A pesar de carecer de solares, un grupo de vecinos se ha constituido en cooperativa. "Los j¨®venes han de marcharse a otros barrios. La mayor¨ªa de los vecinos son funcionarios jubilados. En m¨¢s del 30% de las casas viven hasta tres generaciones", cuenta Francisco Ledesma, presidente de la cooperativa de El Pardo.

Desde el Patrimonio Nacional se ha negado que esta instituci¨®n tenga en propiedad 13 solares. "Un solar es un terreno en donde se puede construir, y el Patrimonio no tiene ning¨²n terreno con estas caracter¨ªsticas", se afirma.

El Consejo, una de las tres asociaciones de vecinos del barrio, suele convocar cada mes una concentraci¨®n de protesta exponiendo las carencias de la zona. "No tenemos ni autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) ni zonas deportivas ni instituto. Estamos abandonados por todas las administraciones porque somos s¨®lo 5.000 personas. A nadie le interesa apoyar a unos vecinos que, demag¨®gicamente, pueden ser tachados de retr¨®grados o franquistas", claman. "Lo ¨²ltimo que nos dicen es que somos pi?eristas [seguidores o afiliados del PRIM, partido que preside Nicol¨¢s Pi?eiro, vecino de El Pardo y tr¨¢nsfuga del PP]", dicen.

Pero no todos est¨¢n de acuerdo en estas reivindicaciones. El presidente de otro de los grupos vecinales, la Asociaci¨®n Familiar San Juan Bautista, Manuel Aparicio, considera: "Es bueno que los autobuses no sean municipales. Los privados son m¨¢s baratos y, adem¨¢s, no tenemos que soportar las huelgas de la EMT".

Por otra parte, el l¨ªmite de la tarifa de los taxis no incluye a este barrio. "Con lo cual tenemos que pagar el doble que cualquier otro vecino de Madrid", dice Camacho.

Los j¨®venes estudian fuera del barrio. En esta barriada no hay instituto, por lo que han de desplazarse a Fuencarral (unos 12 kil¨®metros). "Para llegar han de tomar tres autobuses, porque no tenemos comunicaci¨®n directa.Si pedimos plaza en Arg¨¹elles [siete kil¨®metros] nos responden que nuestro distrito escolar es Fuencarral".

Las asociaciones vecinales no se ponen de acuerdo a la hora de contar el n¨²mero de instalaciones deportivas. La Asociaci¨®n San Juan Bautista mantiene que el barrio est¨¢ dotado de buenos polideportivos. "Somontes o el antiguo Parque Sindical est¨¢n muy cerca. No podemos exigir m¨¢s que otros barrios de Madrid, y m¨¢s teniendo en cuenta que somos casi todos inayores", dice su presidente, Manuel Aparicio. "Se trata de clubes deportivos privados a los que s¨®lo se tiene acceso mediante una costosa entrada. En cualquier barrio existe un polideportivo municipal, excepto en El Pardo. Muchos no quieren hablar de ello porque son militares y cuentan con sus propias instalaciones privadas", mantiene Camacho.

Los vecinos consideran que el cementerio de El Pardo tiene un uso demasiado exclusivo. "Cuando se muere alguien importante, enseguida lo entierran aqu¨ª. Todo el camposanto est¨¢ lleno de famosos. Cuando queremos que a alg¨²n familiar nuestro lo entierren aqu¨ª [los vecinos de El Pardo son enterrados en los mismos cementerios que el resto de los madrile?os; la Almudena, principalmente] tenemos que remover Roma con Santiago".

En el barrio de El Pardo s¨®lo hay una casa de socorro. "Pero no abre los fines de semana y cierra a las ocho de la tarde. Para cualquier urgencia tenemos que desplazarnos a La Paz [12 kil¨®metros] o a Puerta de Hierro [siete kil¨®metros]. Y encima, sin transporte directo. Para morirnos en el viaje".