El desencanto atenaza a Rusia
54 millones de personas, el 34% de la poblaci¨®n, viven por debajo del l¨ªmite de pobreza
Cuatro meses despu¨¦s de haber elegido un nuevo Parlamento y aprobado una nueva Constituci¨®n, la sociedad rusa parece hoy m¨¢s desilusionada que nunca de la clase pol¨ªtica, v¨ªctima, a su vez, de un proceso de erosi¨®n que afecta tanto a los nacionalistas radicales, ganadores de las elecciones del pasado 12 de diciembre, como a los reformistas derrotados en las urnas. Rusia, el inestable pa¨ªs que el presidente Bor¨ªs Yeltsin deja para viajar a Espa?a, experimenta procesos de diversificaci¨®n y reparto de poder que escapan a las decisiones de los pol¨ªticos.
El 34% de la poblaci¨®n de Rusia (54 millones de personas de los 147 con que cuenta el pa¨ªs) vive por debajo del l¨ªmite de pobreza, que se calcula en algo m¨¢s de 4.700 pesetas. En febrero, el sueldo medio de los rusos fue de casi 12.400 pesetas, pero la diferencia entre unos y otros es enorme. Una empleada de limpieza del Metro de Mosc¨² recibe al mes 15.400 pesetas, pero un profesor, miembro de la Academia de Ciencias de Rusia, menos de 4.700 pesetas, y un trabajador de la industria del gas en Siberia, 117.300 pesetas.
En Mosc¨² est¨¢ de moda hablar de pacto social, y tanto el Presidente Yeltsin como la oposici¨®n que aglutina a los comunistas y a los nacionalistas han presentado sus respectivos borradores de la versi¨®n rusa de los Pactos de la Moncloa. Sin embargo, la idea de compromiso es ajena a las partes, que reproducen, en un ambiente mucho m¨¢s envenenado, los intentos de convivencia fallida que el presidente Bor¨ªs Yeltsin y el S¨®viet Supremo de Rusia protagonizaron desde 1992 hasta el 21 de septiembre de 1993, cuando Yeltsin disolvi¨® el Parlamento.
La desconfianza mutua domina las iniciativas de tregua, sin hablar ya del rechazo insuperable entre Bor¨ªs Yeltsin y el ex vicepresidente Alexandr Rutsk¨®i. Algunos analistas sospechan que Yeltsin, con su primera variante de pacto, intenta congelar la vida durante dos a?os, hasta las elecciones de 1996.
Esta tesis encuentra apoyo en el resultado del sondeo de opini¨®n realizado por el Fondo de la Opini¨®n P¨²blica que dirige ?gor Khliamkin, seg¨²n el cual un 35% de la sociedad rusa es favorable a las elecciones anticipadas del presidente y el 30% est¨¢ en contra.
Entre las consignas con las que amenazan los trabajadores que, como los mineros, se ponen en huelga para reclamar sus salarios atrasados, est¨¢n las elecciones parlamentarias anticipadas del presidente y el cese del Gobierno, unos llamamientos que se parecen mucho a los que afront¨® en su d¨ªa el t¨¢ndem formado por el presidente Mija¨ªl Gorbachov, el ¨²ltimo presidente de la antigua URSS, y el jefe del Gobierno sovi¨¦tico Nikol¨¢i Rizhkov.
La indiferencia de la poblaci¨®n ante la clase pol¨ªtica y la primac¨ªa de los viejos modelos sobre los nuevos se ha puesto de manifiesto en las recientes elecciones locales, que durante el mes de marzo y principios de abril se han realizado ya en casi todo el pa¨ªs. Los rasgos m¨¢s difundidos de estos comicios han sido la poca participaci¨®n (una media de un 30% del electorado, con los m¨¢ximos de afluencia en el campo y los m¨ªnimos en las ciudades), el poco peso de los partidos, la falta de consolidaci¨®n de nuevas ¨¦lites y el arraigo de los viejos administradores, los descendientes de la nomenklatura comunista.
La abstenci¨®n fue tal que, en San Petersburgo, el alcalde, Anatoli Sobchak, ampli¨® en un d¨ªa el plazo de votaci¨®n de la primera vuelta. Aun as¨ª, las elecciones s¨®lo fueron v¨¢lidas en la mitad de los 50 distritos municipales. A la segunda vuelta acudi¨® s¨®lo un 18% del electorado.
Mientras los comunistas que dirige Guennadi Ziug¨¢nov, y el Partido Agrario, aliado de los primeros, son hoy valores estables, los reformistas, capitaneados por ?gor Gaidar, por una parte, y el Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD), que dirige Vlad¨ªmir Zhirinovski, por la otra, son presa de graves crisis. Gaidar est¨¢ transformando a Opci¨®n de Rusia en un partido, pero Yeltsin, pese a reconocer sus m¨¦ritos, ha renunciado a convertirlo en su partido. La fracci¨®n parlamentaria Opci¨®n de Rusia se ha visto debilitada por la marcha de Guennadi B¨²rbulis, ex secretario de Estado de Rusia,. cuyo enfrentamiento con Gaidar por el liderazgo ha socavado la unidad de los reformistas.
Zhirinovski se ha hecho proclamar l¨ªder del PLD por 10 a?os, pero carece de un programa econ¨®mico y no puede evitar el cisma, que acaba de provocar dos nuevas deserciones, la de los diputados Vlad¨ªmir Boriuk y Vlad¨ªmir N¨®vikov.
La figura de Yeltsin, por su parte, repite la curva de desgaste que recorri¨® Gorbachov, en beneficio, entonces, del propio Yeltsin. En un sondeo de opini¨®n realizado por una solvente instituci¨®n moscovita, la curva descendente de Yeltsin se ha cruzado ya con la curva ascendente del economista Grigori Yavlinsk?. Este pol¨ªtico, de credenciales democr¨¢ticas solventes, no est¨¢ afectado por la erosi¨®n que mina la imagen de Gaidar.
Entre los altos cargos que rodean a Yeltsin predomina la idea de que el presidente debe presentarse a las elecciones de 1996 para evitar que el liderazgo del pa¨ªs se desplace a manos m¨¢s nacionalistas y conservadoras. Medios m¨¢s alejados del poder, que abrigan dudas sobre la forma f¨ªsica del l¨ªder, piensan que Yeltsin deberia preparar a un sucesor.
En este contexto, algunos ven en el jefe de Gobierno, V¨ªktor Chernomirdin, el personaje del momento, un tecn¨®crata poco efusivo, que conoce de maravilla el viejo sistema sovi¨¦tico y que hasta ahora se ha orientado mejor de lo que pronosticaban sus cr¨ªticos m¨¢s feroces.
Hasta el gur¨² de la reforma econ¨®mica, Yegor Gaidar, y el ex ministro de Finanzas Bor¨ªs Fi¨®dorov reconocen que el antiguo director del monopolio del gas sovi¨¦tico no lo est¨¢ haciendo tan mal. La inflaci¨®n baj¨® hasta un 8,7% en marzo (tras haber sido de un 22% en enero), pero la producci¨®n industrial cay¨® en picado (27,1% en febrero en relaci¨®n al mismo mes de 1993), y el problema de los impagos amenaza a toda la econom¨ªa del pa¨ªs y al mismo Chernomirdin por la v¨ªa de la insatisfacci¨®n social. El endeudamiento total ya vencido entre sujetos de la actividad econ¨®mica rebasa los 9.000 millones de d¨®lares (10% del PNB).
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