Rold¨¢n impon¨ªa los nombres de las empresas que deb¨ªan participar en los concursos de obras
Luis Rold¨¢n modific¨® radicalmente el proceso de adjudicaci¨®n de obras de la Guardia Civil cuando, en 1986, lleg¨® a dirigir el instituto armado. Rold¨¢n implant¨® una f¨®rmula que le atribu¨ªa en exclusiva la elecci¨®n de las empresas que deb¨ªan competir en cada concurso por valor superior a los 400 millones de pesetas. La beneficiada era siempre la que presentaba la oferta m¨¢s barata, pero personas que han anilizado los expedientes creen que alg¨²n intermiediario -apuntan a conocidos de Rold¨¢n en el mundo de la construcci¨®n- pon¨ªa de acuerdo a las empresas sobre los precios, que deb¨ªan presentar.
Expertos de la Administraci¨®n que han analizado centenares de expedientes de obras han llegado a la conclusi¨®n de que el procedimiento era susceptible de ser manipulado con gran facilidad por el propio Rold¨¢n. El que fuera director general de la Guardia Civil desde finales de 1986 hasta finales de 1993 adjudic¨® obras por un valor global de unos 75.000 millones de pesetas.
A las pocas semanas de acceder al puesto, Rold¨¢n puso en marcha un nuevo sistema de adjudicaciones bajo su control directo. Su predecesor, el general Jos¨¦ Antonio S¨¢enz de Santamar¨ªa, no interven¨ªa en las contrataciones, que realizaban los servicios t¨¦cnicos. Rold¨¢n ha comentado despu¨¦s que modific¨® el sistema porque no se fiaba de algunos de sus subordinados.
En la adjudicaci¨®n de los contratos importantes durante la ¨¦poca de Rold¨¢n se daban los siguientes pasos:
1. En todos los casos se optaba por la adjudicaci¨®n directa. Las otras dos opciones administrativas -el concurso o la subasta p¨²blica- requieren m¨¢s control administrativo y son m¨¢s abiertos para la posible concurrencia. Era Rafael Vera, entonces secretario de Estado para la Seguridad, quien daba luz verde al empleo de la adjudicaci¨®n directa.
2. Tambi¨¦n a dedo se encargaba a arquitectos -en varios casos elegidos por el propio Rold¨¢n- la elaboraci¨®n de un proyecto.Un coronel o teniente coronel de armamento y construcci¨®n supervisaba el proyecto.
3. Rold¨¢n llamaba a su asesor Juan Carlos Castro -miembro del PSOE de Arag¨®n, que fich¨® en 1987- y al general Manuel Llaneras, coronel de acuartelamientos y despu¨¦s jefe del Servicio de Apoyo y les dictaba los nombres de las empresas a las que hab¨ªa que invitar. En la pr¨¢ctica totalidad de los casos, se invitaba a tres empresas, el m¨ªnimo exigido por la ley cuando se acude a la adjudicaci¨®n directa.
4. El general Llaneras enviaba las cartas de invitaci¨®n a las empresas, y ¨¦stas remit¨ªan sus respectivas ofertas en sobres cerrados. En bastantes ocasiones, sin embargo, la presentaci¨®n de ofertas diferentes se cumpl¨ªa s¨®lo formalmente. As¨ª lo puso de relieve en 1991 el interventor de Hacienda: "Lo expresado en el informe induce a pensar que se incumple sistem¨¢ticamente el principio de concurrencia de ofertas".
5. Con las tres ofertas en la direcci¨®n, Rold¨¢n convocaba en su despacho a una peque?a comisi¨®n, creada por ¨¦l, para abrir en su presencia los sobres. A las primeras reuniones acud¨ªan casi todos los miembros. En los ¨²ltimos a?os, por el contrario, Rold¨¢n abr¨ªa los sobres sin convocar reuni¨®n alguna.
6. El contrato se adjudicaba a la oferta m¨¢s barata. No hab¨ªa sorpresas. Quienes hab¨ªan participado en la selecci¨®n de las empresas y en el arreglo de las ofertas ya sab¨ªan qu¨¦ constructora era la ganadora.
Ya en las primeras semanas del mandato de Rold¨¢n, a quienes participaban en el procedimiento les sorprendi¨® negativamente -aunque nadie lo denunci¨®- que fuera el propio director general el que decid¨ªa qu¨¦ empres as deb¨ªan participar en los concursos, pero confiaron en el escudo que supon¨ªa el hecho de que las ofertas se abrieran ante m¨¢s personas y de que, sistem¨¢ticamente, se adjudicaran las obras a la oferta m¨¢s barata.
La sorpresa se convirti¨® en sospecha cuando participantes en el proceso observaron que empresas con directivos amigos personales de Rold¨¢n como Jorge Esparza (Hispano Alemana y Huarte) o Carlos Zuazo (Sierra Comnendador y Construcciones Rote?as) recib¨ªan suculentos contratos. Estas empresas apenas recib¨ªan contratos de importancia con anterioridad.
Un mando de la Guardia Civil ha llegado a comentar recientemente a personas de su confianza que ya a principios de los noventa empez¨® a sospechar que exist¨ªan comisiones ilegales, pero que nunca crey¨® que Rold¨¢n pudiera ser el receptor, sino, en todo caso, una hipot¨¦tica financiaci¨®n ilegal del PSOE.
Los analistas de los expedientes se preguntan ahora qu¨¦ persona o personas hicieron las labores de intermediaci¨®n entre la Direcci¨®n de la Guardia Civil y las constructoras. Todas las hip¨®tesis apuntan a conocidos de Rold¨¢n muy introducidos en el mundo de la construcci¨®n.
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