Los bandos en lucha en Ruanda plantean muchas condiciones para un alto el fuego
Los combates continuaron ayer con virulencia en Kigali, la capital de Ruanda, donde las tropas gubernamentales (hutus) resisten el avance del Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR, tutsis). Los intentos del contingente de las Naciones Unidas de forzar un alto el fuego no han tenido acogida de momento y los contendientes han presentado una larga lista de condiciones" antes de silenciar las armas. La oferta del Gobierno provisional ruand¨¦s de garantizar una representaci¨®n en el Ejecutivo a la minor¨ªa tutsi fue rechazada por los rebeldes que parecen seguros de su triunfo y exigen la dimisi¨®n del Gobierno provisional y la disoluci¨®n de la guardia presidencial, a la que acusan de haber desatado las hostilidades.En Kigali, los casi 500 hombres del batall¨®n belga que forma parte de la tropa multinacional de la Minur (Misi¨®n de las Naciones Unidas en Ruanda) quieren partir cuanto antes. Tras su evidente fracaso a la hora de impedir el rebrote de la guerra civil en Ruanda no han recibido nuevas instrucciones ni mandato. Est¨¢n escasos de recursos, faltos de motivaci¨®n, sin armas adecuadas para defenderse y entre dos fuegos, el de los rebeldes tutsis y la guardia presidencial del extinto Juvenal Habyarimana, que no ha logrado que los belgas se impliquen en la batalla.
Habyarimana fue asesinado en el aeropuerto de Kigali el pasado 6 de abril. Cobra cuerpo la versi¨®n que atribuye el magnicidio a la guardia presidencial o a una rama de la propia familia del presidente, partidaria de volver atr¨¢s en los t¨ªmidos intentos democratizadores. Eso explicar¨ªa en buena medida la org¨ªa de sangre a la que se han entregado algunos hutus, que han masacrado diversas aldeas tutsi y pasado a cuchillo a hutus moderados, partidarios de gobernar y convivir con los tutsis. De ah¨ª tambi¨¦n que se haya ligado la muerte de Habyarimana con las matanzas, que no ser¨ªan una consecuencia del magnicidio, sino algo planificado de antemano para hacer fracasar el proceso democr¨¢tico. Al padre August Horvat, de la iglesia de Musha, en Gikor¨®, donde el mi¨¦rcoles fueron asesinados 1.180 tutsis, no le queda duda: "Fue algo organizado".
Respaldo de Uganda
Pero ni las matanzas ni la desaparici¨®n de Habyarimana han hecho flaquear al Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s, un Ej¨¦rcito disciplinado y bien armado, respaldado por el presidente de Uganda, Yoweri Musseveni, que devuelve as¨ª los apoyos de los tutsis que le permitieron ganar la guerra civil en Uganda en 1986. El FPR se compone sobre todo de tutsis, un pueblo de talla elevada y origen camita, cuya econom¨ªa se basa en la ganader¨ªa. Aunque formaban el 12% de la poblaci¨®n de Ruanda, gobernaron el pa¨ªs bajo la administraci¨®n colonial alemana y m¨¢s tarde bajo la belga.
Los hutus, un pueblo campesino de baja estatura y origen bant¨², representan alrededor del 85% de la poblaci¨®n del pa¨ªs; derrocaron al reino tutsi en 1959 y, tras un ba?o de sangre, obligaron a decenas de miles de tutsis a huir a Uganda. Entre esos emigrados se han forjado las tropas del FPR. A Musseveni le interesa tambi¨¦n la victoria tutsi para que regresen a su pa¨ªs los refugiados en el sur de Uganda.
En cualquier caso, la pol¨ªtica francesa, de apoyo, Incluso militar, al r¨¦gimen de Habyarimana parece haber fracasado. De momento, tras la muerte del presidente, de la primera ministra y de buena parte de la clase pol¨ªtica, Ruanda carece de cabeza. Acaso el FPR, si vence y evita la venganza, consiga crear los fundamentos de un Estado posible.
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