"Las multinacionales deben implicarse m¨¢s"
Tras la firma del acuerdo del GATT, el director general de la OIT se plantea c¨®mo impedir que la liberalizaci¨®n del comercio conlleve la explotaci¨®n de los trabajadores en ciertos pa¨ªses. Hansenne considera que las multinacionales deben tener un papel m¨¢s activo en la. soluci¨®n de estos problemas.
Todo estaba preparado en la OIT para lanzar la idea de la justicia social a la arena de los 170 pa¨ªses miembros despu¨¦s de la firma en Marraquech, pero Estados Unidos se ha adelantado. El director general de la OIT, el belga Michel Hansenne, teme que de haberse puesto sobre la mesa de negociaciones de la Ronda Uruguay la llamada cl¨¢usula social, "se hubiera reabierto el debate" y probablemente a estas alturas no estar¨ªa concluida todav¨ªa la Ronda.Ahora, la pregunta del mill¨®n es "c¨®mo impedir que la creciente liberalizaci¨®n, casi universal del comercio no suponga la explotaci¨®n de los trabajadores en ciertos pa¨ªses". Contrario a la adopci¨®n "unilateral" de cualquier medida para solucionarlo, Hansenne dice que "la promoci¨®n del progreso social debe fundarse en las decisiones de los principales interesados sobre una base tripartida", lo que implica el reconocimiento de la libertad sindical y la negociaci¨®n colectiva.
Al mismo tiempo, propone otras medidas complementarias, no obligatorias, que, de acuerdo a la evoluci¨®n del comercio internacional, respeten ciertas convenciones internacionales con el prop¨®sito de mejorar la situaci¨®n social. El objetivo ¨²ltimo es que "el mayor n¨²mero de gente se beneficie de las ventajas de una mayor actividad comercial mundial", sentencia.
Por el momento existe una normativa internacional que prohibe el trabajo forzado, reconocida por el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), y el trabajo infantil. "Muchos pa¨ªses en desarrollo te dicen que se tenga en cuenta su nivel de desarrollo". Hay que tener cuidado, advierte, de no caer en la "imposici¨®n de una clausula social sin precauciones, ya que ello impedir¨ªa a los pa¨ªses en desarrollo disfrutar de sus ventajas comparativas: salarios m¨¢s bajos y menor protecci¨®n social".
Sangr¨ªa de empleos
"No hay que so?ar" que una cl¨¢usula social vaya a impedir la sangr¨ªa de puestos de trabajo que est¨¢ originando el traslado de las multinacionales de los pa¨ªses industrializados a otras regiones para obtener mayor margen de beneficios.
En las actuales circunstancias, en que la econom¨ªa ha traspasado las fronteras nacionales para dirimirse en el terreno internacional, los actores de siempre -sindicatos, patronal y el propio Estado- ya no juegan su rol tradicional. "?C¨®mo se puede establecer a nivel internacional el tipo de negociaci¨®n y de intervenci¨®n que se ten¨ªa a nivel nacional? La pregunta que me hago es si no tenemos ahora m¨¢s necesidad que nunca de una organizaci¨®n tripartita que act¨²e en el plano internacional primario", se?ala.
En esa organizaci¨®n, que ser¨ªa el reflejo de la realidad actual tendr¨ªan cabida las multinacionales, esos "grandes actores que es necesario implicar para que encuentren un lugar donde puedan ejercer sus responsabilidades", o el sector sumergido, que cada d¨ªa adquiere mayor importancia en algunos pa¨ªses. "El desplazamiento de las reglas permitir¨ªa que lo negro se convirtiera en blanco". Ello significar¨ªa una mayor flexibilidad en las exigencias laborales.
Debido a la experiencia y conocimientos adquiridos, la OIT quiere contribuir a elaborar soluciones originales para luchar contra el desempleo y se esfuerza en conseguir "una mejor articulaci¨®n entre el derecho al trabajo y el derecho del trabajo". Para ello invita a todos los actores, incluidos los j¨®venes, a reflexionar sobre el tipo de empleo que quieren y las condiciones de trabajo que estar¨ªan dispuestos a aceptar. La respuesta est¨¢ en el compromiso que cada sociedad est¨¦ dispuesta a hacer.
En un mundo expuesto a grandes turbulencias como el actual -fuerte aumento del desempleo en Europa, empobrecimiento de muchos pa¨ªses africanos, explotaci¨®n infantil, sociedades financieras que con su manejo del dinero deciden el destino de miles de trabajadores en el mundo- no existen todav¨ªa organizaciones "apropiadas" para dar respuestas adecuadas a las nuevas necesidades. La OIT quiere convertirse en una de ellas, pero eso lo tendr¨¢n que decidir los miembros de la organizaci¨®n en la Conferencia Internacional del Trabajo el pr¨®ximo mes de junio. "Si seguimos siendo lo que somos, no tendremos la eficacia requerida para hacer frente a estos problemas", advierte el director general.
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