El Madrid da la espalda al Lega
El Eibar se llev¨® un punto de la Ciudad Deportiva
Luis ?ngel Duque, t¨¦cnico del Legan¨¦s, se debi¨® de rascar la oreja cuando se enter¨® del tropiezo del Madrid B ante el ?ibar. Desde hace unas jornadas, una molesta mosca ronda al entrenador pepinero. Y no es negra. La mosca es blanca y madridista. El calendario ha querido que el filial blanco sea determinante para el futuro del Legan¨¦s. Los tres ¨²ltimos partidos que el Madrid ha jugado en la Ciudad Deportiva pueden condenar al Lega a Segunda B. Y es que el Madrid ha dado la espalda al Legan¨¦s. El equipo pepinero esperaba una victoria madridista ante el Castell¨®n, rival directo, pero volaron los dos puntos. La pasada jornada, el Lega visit¨® la Ciudad Deportiva, y los blancos se emplearon con especial ardor para doblegar a sus vecinos. Ayer, el Madrid dio un nuevo, disgusto al equipo que dirige Duque al dejar escapar un punto ante el ?ibar, otro de los conjuntos que sostienen un codo a codo con el Lega por mantener la categor¨ªa.Lo peor es que Duque tiene motivos para hacerse preguntas: ?por qu¨¦ el Madrid no se emple¨® tan a fondo con el Castell¨®n y el ?ibar como con su equipo? Probablemente por cuesti¨®n de vecindario. Rivalidad, que se llama. El caso es que en la actuaci¨®n de los blancos en el d¨ªa de ayer rein¨® la desgana. El p¨²blico, haciendo gala de un madrile?ismo militante, se frotaba las manos antes del partido y animaba a los suyos con la consigna de la ma?ana: "Venga, que hay que echar un cable al Lega". Ni por esas. El paso de los minutos desesper¨® a los hinchas: "?Vaya, ma?anita que llevamos"!
El ?ibar, que se jugaba mucho, sali¨® al campo con los 11 hombres defendiendo. En los primeros 30, el conjunto guipuzcoano jug¨® en su propia ¨¢rea, no por el acoso de los madridistas, sino por una t¨¢ctica precavida. Es curiosa la actitud de los equipos que est¨¢n con el agua al cuello. Pecan de conservadores, y no buscan la victoria. Se conforman con un p¨ªrrico empate, que se suele convertir en derrota.
Se conform¨®
El ?ibar tambi¨¦n pas¨® por esta fase, porque pudo llevarse los dos puntos, pero se conform¨® con uno. A partir de la media hora de juego, los guipuzcoanos se empezaron a estirar, m¨¢s por inercia que por una actitud premeditada. El Madrid era incapaz de crear peligro. Un rebote permiti¨® al ?ibar salir al contraataque. La consigna era no salir del centro del campo, pero, claro, con un bal¨®n tan favorable el centrocampista visitante Arteche no iba a correr hacia su porter¨ªa. Trot¨® hacia la blanca y no encontr¨® oposici¨®n. Centr¨® a su compa?ero Bixente, que se encontr¨® solito frente al portero blanco, Valerio. Dispar¨®. Valerio amortigu¨® el balonazo lo suficiente para que antes de que se introdujera Ant¨ªa lo desviase. Esta jugada anim¨® a los visitantes. Los primeros minutos de la continuaci¨®n se?alaron que all¨ª el ¨²nico madridista que se tomaba en serio era el portero Valerio. En el minuto 10, actu¨® para desviar un disparo de Cu¨¦llar desde muy cerca.
Adem¨¢s de las tres grandes paradas que protagoniz¨®, Valerio no par¨® de animar a sus compa?eros, que recib¨ªan somnolientos las indicaciones del portero. En el minuto 11, Dani despert¨®. Recogi¨® el bal¨®n al borde de ¨¢rea, hizo un par de ca?os, pero su lanzamiento sali¨® rozando el poste. Tras esta impresionante jugada, de vuelta al catre.
La media hora final de partido fue una invitaci¨®n al espectador para que abandonase la grada en direcci¨®n al bar m¨¢s pr¨®ximo para tomar el verm¨². Cuando el ¨¢rbitro decret¨® el final, los jugadores blancos no parec¨ªan muy afectados por perder un punto. Su situaci¨®n en la tabla es holgada. El perjudicado es el Legan¨¦s.
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