Los robos menudean en los grandes hospitales
Uno puede ir a por un remedio y salir sin el bolso. La peque?a delincuencia tampoco deja en paz a los hospitales madrile?os. Generalmente corre a cargo de descuideros camuflados de visitas, pero alguna vez ha habido cuchillos al cuello. Son los cacos cl¨ªnicos. Los servicios de vigilancia pal¨ªan pero no acaban con esta enfermedad. Un solo centro p¨²blico, el Doce de Octubre, dispone de c¨¢maras de televisi¨®n para controlar las andanzas.-Ten cuidado con el bolso -dice la enferma veterana a su nueva compa?era.
-?Por qu¨¦?
-Es que hay gente que entra a robar.
A partir de ese momento, las dos miran con ojos escrutadores cada vez que se abre la puerta de la habitaci¨®n. Esta escena, ocurrida d¨ªas atr¨¢s en el hospital La Paz, es moneda corriente. A menudo es el propio personal sanitario, tambi¨¦n v¨ªctima de los cacos, quien advierte. "Hay una media de cuatro robos al mes", reconoce un portavoz del centro. "No son muchos, dice, "si se tienen en cuenta los miles de personas que visitan a diario este hospital de 1.600 camas y 14 vigilantes, repartidos en tres turnos.
?Al ladr¨®n!
En La Paz, los ladronzuelos suelen colarse como visitas. Por lo general, son descuideros que hurtan sin provocar da?os f¨ªsicos. En el hospital Ram¨®n y Cajal, el panorama se pinta m¨¢s complicado: "Aqu¨ª hay gente a la que han puesto una navaja al cuello", asegura el directivo Antonio Blanco. "Tenemos problemas tremendos con los cacos. Algunos son colgadillos, pero sacan unas navajas que dan pavor. Otros se limitan a coger un bolso y salir corriendo", explica. Seg¨²n Blanco, de vez en cuando se oyen gritos de "al ladr¨®n" en este hospital de 1.200 camas y 20 vigilantes, repartidos en tres turnos. En el Ram¨®n y Cajal se denuncian 15 robos al mes. No desaparecen s¨®lo monederos, tambi¨¦n vuelan ordenadores. Tiempo atr¨¢s, cuando la consulta de pediatr¨ªa estaba pr¨®xima a la de toxic¨®manos, hubo algunos pacientes de ¨¦sta que atracaron a madres.En la otra esquina de la M-30, en el Doce de Octubre, el grado de inseguridad llev¨® a la instalaci¨®n de 18 c¨¢maras de televisi¨®n hace tres a?os. Cubren tanto zonas del interior como el aparcamiento y los accesos. La situaci¨®n ha mejorado, creen los responsables. Ahora se denuncian dos robos por semana.
"El problema es dif¨ªcil de controlar y va por rachas", dice el gerente del Doce de Octubre, Ram¨®n G¨¢lvez. "Esto es como una ciudad. Hay 1.500 camas, pero a diario pasan por aqu¨ª 50.000 personas". El hospital gasta casi cien millones de pesetas anuales en seguridad. En otro hospital como el Gregorio Mara?¨®n tambi¨¦n conocen el problema, aunque dicen que es de tono menor. "Los robos son espor¨¢dicos", afirman. El menor tama?o de los hospitales privados y sus mayores dificultades de acceso sirven de freno, dicen en el Ruber.
En el Instituto Nacional de la Salud conocen el problema. Desde su delegaci¨®n madrile?a, el subdirector de atenci¨®n especializada, As¨ªs Jovesin acento, se?ala que todos los hospitales de esta red cuentan con vigilantes, un medicamento bastante eficaz contra la enfermedad delictiva. La instalaci¨®n de otras medidas depende de la gerencia de cada centro. "La seguridad no es el mayor problema de la sanidad p¨²blica, pero tambi¨¦n queremos mejorarla", asegura.
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